La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tercer atentado en Gran Betaña en menos de tres meses

"Tranquilos, estoy a salvo"

Canarios residentes en Londres relatan cómo han transcurrido las tensas horas tras los ataques en cadena

"Tranquilos, estoy a salvo" LP / DLP

Todo ocurrió en apenas unos minutos que parecieron eternos y el caos se apoderó de Londres. El arquitecto Donacio Cejas, de 33 años y natural de El Hierro, estaba disfrutando la noche del sábado en un cumpleaños, cuando, de repente, empezó a recibir decenas de WhatsApp en su móvil. Compañeros de trabajo, familiares y amigos querían saber cómo estaba. Así fue como se percató de que "algo pasaba" en la capital británica. Había mucha confusión. Se hablaba de "entre tres y cinco ataques", aunque los medios era muy cautos y no hablaron de atentado terrorista hasta tener la notificación oficial.

Él suele comer a diario en el Borough Market, uno de los lugares de la tragedia y una de las zonas más concurridas por sus bares y restaurantes. Está a diez minutos de su vivienda. La ciudad está sitiada por la Policía, que, además, aporta información a través de Twitter y eso "ayuda a tranquilizar y saber qué zonas hay que evitar".

"Hay agentes armados en muchos sitios". La vigilancia se ha intensificado tras la masacre de Mánchester hace dos semanas, en la que fallecieron 22 personas. De hecho, el joven cree que, a raíz de lo ocurrido ahora, "la gente puede estar dispuesta a aceptar menos libertad por más seguridad".

Cejas no tiene miedo y dice una y otra vez que Londres "es una máquina enorme, imposible de parar". Una ciudad que, de hecho, "ha sobrevivido a los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial" y donde, ante los ataques, "la sociedad inglesa reacciona más con valor que con cobardía".

En ello coincidió el grancanario Kevin Rodríguez Falcón, de 24 años. Lleva un año y medio en Londres y está convencido de que "no hay que vivir con miedo, sino con cautela, porque el miedo hace que los terroristas se sientan poderosos". Él trabaja en el centro comercial del Parque Olímpico, uno de los sitios más transitados y que se mantiene en alerta prioritaria de evacuación. La Policía les ha dado instrucciones de cómo actuar ante cualquier peligro.

Ayer la zona de compras estaba abierta, pero había "mucha menos gente que un domingo normal". "Me preocupa que vuelva a ocurrir otro atentado, están amenazando con hacerlo en un punto más céntrico y grande", comenta este escaparatista, que ve "policías con metralletas y pistolas, hay el doble de seguridad por todos lados".

Por primera vez la Policía Metropolitana ha lanzado el lema Run, hide, tell, que significa "corre, escóndete y avisa" ante un conflicto. "Ésas son las tres reglas de oro", destacó Fernando Q. M., de 40 años, que insistió en el mensaje de los agentes instando a "escapar a un lugar seguro, llamar al a Policía y reportar todo lo que veas" en caso de ataque. Él trabaja como recepcionista en la City, el corazón administrativo y empresarial, donde la seguridad ha sido reforzada.

"Hay que aceptar lo que venga y si desgraciadamente te ves envuelto y te toca, pues te tocó", indica resignado. Reconoce que al coger el metro en hora punta para ir al trabajo los vagones van muy llenos y no puede evitar que una idea se le pase por la cabeza: "¿Y si a un kamikaze le da por explotar un chaleco?" Pero, "no hay otra, no puedes quedarte en casa", agrega Fernando, que lleva doce años en Londres.

El sábado apenas acababa de hablar con su madre cuando ella le envió un mensaje inquieta por lo que estaba viendo en la televisión. Él ni se había enterado, estaba viendo una película. Inmediatamente, su móvil echó humo por mensajes de sus amigos. "Imagínate el drama, conecté la tele y activé en Facebook la aplicación en la que puedo avisar a todos mis contactos: "Tranquilos, estoy a salvo".

Tremendo susto se llevó también Claudia Jiménez Marrero, de 22 años, que aterrizó en Londres el mismos sábado. Su plan es mudarse allí para continuar sus estudios. Nada más bajar del avión se subió en una guagua que la llevó hasta el centro de la ciudad. Desde allí atravesó el puente de Londres, que cruza el río Támesis, para hacer transbordo. Justo al bajarse de la segunda guagua, acompañada por su pareja, vieron "montón de coches de policía y muchas ambulancias". Había mucho ruido. Una furgoneta blanca había arrollado a varias personas en el puente en el que ellos habían estado casi media hora antes. Siente miedo, pero fundamentalmente rabia. Lo tiene claro: "No nos vamos a ir de aquí ni nos vamos a replantear nada. Esta ciudad está muy vigilada y controlada, la gente no va a frenar sus vidas".

"No puedes dejar que tu vida cambie simplemente porque alguien te quiera meter un poco de miedo". Son las palabras de Luis de Bethencourt, ingeniero de software de 33 años, que asegura que los ingleses están "acostumbrados" a lidiar con este tipo de situaciones, pues en los años 80 sufrían actos terroristas del IRA "cada dos semanas", así que "no se van a achicar ni se dejarán intimidar ante la presión, sino que van a plantar cara a los terroristas".

Defiende que Londres es una ciudad multicultural, donde "la mayoría de la gente respeta la diversidad y no hay xenofobia". No en vano, él vive al lado de una mezquita y "están en la calle como cualquier día". "Es momento de demostrar que la vida sigue", apostilló.

Asimismo, intuye que en este caso el objetivo de los atacantes era sembrar el terror y lanzar un mensaje a nivel internacional, pues el epicentro de los ataques es una zona frecuentada por turistas.

El sábado él estaba con unos amigos cuando uno de ellos alertó de que en Twitter había información acerca de unos altercados. Al principio no se sabía si lo de la furgoneta era un accidente, hasta que averiguaron lo ocurrido.

En este sentido, mostró su indignación porque aunque aún la primera ministra británica, Theresa May, y la Policía no habían confirmado que se trataba de ataques terroristas, ya el presidente estadounidense, Donald Trump, lo daba por hecho a través de su cuenta de Twitter "dentro de su campaña xenofóbica".

"La vida sigue, nada puede parar porque lo que tenga que suceder sucederá", sostiene Alexandra Rodríguez, de 25 años, que cree que poco a poco se irá recuperando la normalidad. Y en ello considera que contribuye el carácter de los británicos, que "nunca van a bajar la guardia, pero quieren demostrar al mundo que no se asustan ante nada, no se van a acobardar". Ellos prefieren plantar cara a la adversidad y sus propias amistades le dicen: "Voy a seguir haciendo mi vida, da igual que me sigan amenazando con atentados terroristas".

Con todo, admite que ayer fue un día "bastante raro" en Londres, ya que los domingos suele haber mucho bullicio y fue "impresionante ver que mucha gente decidió no salir de casa". Atenta a las noticias, traslada que el Gobierno británico ha pedido a los ciudadanos que no se acerquen al centro de la ciudad "por precaución, hasta que esté todo controlado".

Ella misma el sábado por la noche tenía planeado ir a London Bridge con una amiga, pero lo cancelaron en el último momento. "Parece algo del destino, porque nunca se sabe lo que va a pasar, pero me imagino que mucha gente habría salido a tomar algo y, de pronto, un loco con una camioneta te lleva por delante o te apuñala. Los terroristas saben dónde atacar y golpear fuerte", señaló enfadada y muy triste por lo acontecido.

Precisamente Margarita Lorenzo, diseñadora de productos de hogar con empresa propia en Londres, decidió ayer pasar el día a las afueras de la capital, en el campo con amigos, para intentar olvidar la noche anterior, ya que su casa está a media hora del centro de la ciudad, donde ocurrieron los ataques, así que oyó durante horas helicópteros, ambulancias y sirenas de la Policía. "Había agentes por todos lados, la zona está acordonada, así que mucha gente mañana no podrá ir a trabajar". Ella seguía expectante las noticias en los medios locales pero "ni siquiera el que daba la información sabía lo que estaba ocurriendo, los ataques fueron simultáneos, todo era en directo".

"No puedes dejar de pensar en muchas cosas, pero la vida sigue, está claro que todo depende de las circunstancias y de dónde estás en un momento determinado", concluye.

Compartir el artículo

stats