Juan Fernando López Aguilar (Las Palmas de Gran Canaria, 10 de junio de 1961) vuelve a dar la batalla en Canarias. Ayer presentó oficialmente su precandidatura a las primarias del PSOE en las Islas en la sede regional del partido en Tenerife, acompañado de dos decenas de militantes, con dos mensajes fundamentales a los afiliados: su organización debe liderar la izquierda y gobernar Canarias. Crítico con la política clientelar que, a su juicio, desarrolla Coalición Canaria en el Archipiélago y azote de los casos de corrupción del PP en España, concurre a la carrera para dirigir el partido frente a Patricia Hernández y Ángel Víctor Torres con una apelación directa a los militantes: solo los socialistas pueden evitar veinte años más de gobierno de CC y el PP en el Archipiélago liderando una alternativa de izquierdas.
A Juan Fernando López Aguilar le molesta que Coalición Canaria gane siempre en el juego de las tres sillas y ocupe la Presidencia del Gobierno indistintamente con el PP o con su propia formación. A él mismo le ocurrió cuando en mayo de 2007 se presentó como candidato a la Presidencia del Gobierno. Llegó como un vendaval de Madrid, con una dialéctica impulsiva e imparable y la fama de haber sido ministro de Justicia, atributos con los que logró ser la lista más votada frente a Paulino Rivero (CC) y José Manuel Soria (PP) y la que obtuvo el mayor número de diputados en el Parlamento de Canarias, un total de 26 de 60. Pero CC, con 19 parlamentarios, volvió, como en la anterior legislatura, a pactar con los populares, que lograron 15 escaños, y esta pinza lo desbancó de la Presidencia regional, relegándolo a la oposición, algo que Juan Fernando López Aguilar no asimiló precisamente muy bien.
Quería volver al centro de la política nacional y en dos años abandonó su cargo en las Islas para concurrir como cabeza de lista a las elecciones europeas. También dejo de ser secretario general del partido en Canarias. Desde entonces es eurodiputado.
La vuelta
Ahora retorna al Archipiélago a capitanear un partido a la deriva, aunque hay quienes dentro de su propia formación creen que se debe a la cercanía de que finalice su mandato en Europa -en 2019- y a que sea improbable que repita como candidato. Ya no tiene, como antaño, los favores de Ferraz. Dicen que los fue perdiendo por su fuerte carácter y sus fricciones con la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega cuando era ministro de Justicia. Sus problemas familiares hicieron que en 2015 fuera suspendido de militancia y apartado del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo de forma cautelar a raíz de una denuncia por malos tratos a su mujer. Él siempre sostuvo que era víctima de una denuncia falsa. En julio de 2015 el Tribunal Supremo archivó la causa. Fue una época donde se le vio angustiado, más delgado y sin ese moreno de piel que le caracteriza de horas de sol en el Real Club Náutico, en la capital grancanaria. Ahora vuelve a sonreír y a intentar que el PSOE recobre el liderazgo en las Islas. "Venimos de un periodo de debilitamiento", caracterizado por menos militantes, menos votos y menos escaños, y por eso hay que recuperar el partido como la casa de todos, también de los que se fueron o los echaron, señaló ayer. "No concibo un PSOE fragmentado", dijo, y por eso se postula para integrar a todos.
Apoyos
Su presentación la hizo en Tenerife, quizás porque una parte de los socialistas de esta isla que respaldaron a Pedro Sánchez para la Secretaría General del PSOE se han posicionado a favor de su candidatura.
Los aspirantes a la dirección regional del partido deben reunir unos 630 avales, una cifra mínima que se corresponde con el 10% del censo de la formación en las Islas, que asciende a en torno 6.300 afiliados. Este proceso será hasta el 6 de julio y del 11 al 21 se producirá la campaña que disputarán quienes hayan logrado recabar los respaldos. Puede que este proceso previo sea ya una exhibición de fuerza de los precandidatos con la recogida del máximo número de refrendos, como ocurrió con Pedro Sánchez, Susana Díaz y Patxi López. Sánchez arrasó en las Islas.
López Aguilar parte con ese estigma, como su contrincante Patricia Hernández. Ambos se decantaron públicamente por Susana Díaz, aunque al final, comentan todos ellos, los que votan son los afiliados.
El eurodiputado reducirá su actividad oficial al mínimo y solo se desplazará a Estrasburgo y Bruselas para los plenos y volverá de inmediato a las Islas para la campaña. Para López Aguilar, el sistema político canario de los últimos 25 años está caracterizado por el gobierno permanente de ATI-CC, que va cambiando de socio en función de cual es más débil para repartirle "migajas", aquellas áreas que no le interesa gestionar. Es una crítica a su propia formación, a la que le ha achacado, sin pelos en la lengua, debilidad frente a las pretensiones de CC. Los socialistas, con José Miguel Pérez al frente, apoyaron a Rivero a la Presidencia en 2011, y en esta legislatura Fernando Clavijo ha gobernado con Patricia Hernández durante un año y medio hasta que el presidente echó al PSOE del Ejecutivo.
Ahora le toca volver al PP y si su partido no es capaz de liderar una alternativa desde la izquierda con las fuerzas progresistas CC durará otros veinte años, considera. Apuesta por definir las posiciones del PSOE en asuntos esenciales en los que la sociedad no sabe muy bien qué defienden los socialistas, como en la reforma del Estatuto de Autonomía o la postura "zigzagueante" en la Ley del Suelo. Y da por hecho que quien asuma la dirección del partido deberá estar disponible para ser candidato autonómico en las elecciones de 2019, aunque eso se decidirá en otras primarias.
Juan Fernando López Aguilar, el mediano de tres hermanos, fue en su adolescencia un joven con gran actividad y una extraordinaria inteligencia. Aprendió a tocar la guitarra y a hacer caricaturas por su propio empeño. Él mismo contaba que se enamoró de la musicalidad deslumbrante de los Beatles antes de cumplir nueve años y empezó a tocar la guitarra con la ambición de "sacar" todas sus canciones, a oscuras en la habitación, oyéndolas una y otra vez, y no paró hasta que lo consiguió en la adolescencia.
Admirador del dibujante Francisco Ibáñez, se define como caricaturista, viñetista e historietista desde que recuerda. En Granada se licenció en Derecho y en Madrid en Políticas y Sociología, obtuvo excelentes calificaciones académicas mientras desarrollaba actividad como caricaturista. Luego pasó por Boston y Bolonia.
Fueron años en que Jerónimo Saavedra se convirtió en su mentor. Tras su ingreso en el PSOE en 1983, asesoró en Madrid a los ministros Enrique Múgica, Tomás de la Cuadra y al propio Saavedra y obtuvo una plaza de catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
López Aguilar posee una amplia formación y una dialéctica extensísima que dispara con fluidez sin pestañear. Ha sido diputado nacional y regional, ministro de Justicia y ahora eurodiputado.
