En lo que va de año han fallecido en Canarias 40 personas por ahogamiento, un 33% más que en el mismo periodo del año anterior. Esa cifra equivale al número de muertos por esta causa entre enero y septiembre de 2016, cuando perdieron la vida en las playas y costas de las Islas 72 personas, un 26% más que en 2014. En la presentación del primer mapa de accidentes acuáticos del Archipiélago elaborado por Portada Comunicación -entidad impulsora de la primera campaña audiovisual nacional para la prevención de incidentes en el mar Canarias, 1.500 kilómetros de costa-, el periodista Sebastián Quintana exigió al Ejecutivo regional celeridad en la aprobación del nuevo decreto que regula las medidas de protección en playas y zonas de baño.

Durante el año pasado se produjeron 157 accidentes en 101 playas, puntos de costa y piscinas de 45 de los 88 municipios de las Islas. Pájara, en Fuerteventura, y Adeje, en Tenerife, constituyeron los principales puntos negros al registrar cinco muertos cada uno. Teguise, en Lanzarote, y Telde, en Gran Canaria, con cuatro ahogados cada uno, son las siguientes localidades en este ranking. La playa majorera de Costa Calma fue la que más víctimas mortales presentó, con tres fallecidos, seguida de la piscina natural de Jover (Tenerife) y Las Canteras (Gran Canaria), con dos ahogados cada una. No en vano, Quintana aseguró que los ahogamientos son la primera causa de muerte por accidente en las Islas, por delante de los accidentes de tráfico ya que en 2016 se contabilizaron hasta 38 muertes en las carreteras.

La Consejería de Política Territorial informó precisamente este lunes que a través de la Dirección General de Seguridad y Emergencias ha enviado a los ayuntamientos el documento en el que se recogen una serie de parámetros para unificar en todas las playas y zonas de baños de Canarias los criterios para establecer el nivel de riesgo -alto, medio o bajo- y el consiguiente grado de protección.

Quintana lamentó que tanto en Canarias como en el resto de España y la Unión Europea no exista una cultura de la seguridad subacuática. A su juicio, es una "necesidad pública" fomentarla en el Archipiélago, más aún cuando cada año se baten récords en la llegada de visitantes. "No podemos presumir de la llegada de más de 15 millones de turistas", afirmó, si las autoridades públicas no se preocupan por su "integridad física y emocional". Para ello, no solo pidió acabar con la ausencia de un marco regulador propio de las medidas mínimas de seguridad y protección que han de cumplir las playas -Canarias se ampara en la orden ministerial de 1977 para garantizar unas condiciones mínimas-, sino la colaboración de los hoteleros, aerolíneas y turoperadores en la difusión de las campañas de concienciación y prevención pues, según apuntó, el 87% de los ahogados son extranjeros y más del 85% de los accidentes acuáticos se producen por imprudencia.

La creación de un centro único de recogida de datos constituye otra de las demandas de Quintana, pues la dispersión de cifras y falta de interconexiones entre los ayuntamientos, los cabildos y el Ejecutivo regional en esta materia dificulta tener números certeros. El directivo del Real Club Victoria y exjefe del Grupo especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, Juan Ortega, señaló en este sentido que puede haber más muertes de las que recogen las estadísticas.

La ampliación de las plantillas de socorrismo y el aumento de su formación, la implicación del cuerpo consular en la concienciación sobre las medidas de seguridad y la constitución del primer observatorio nacional de accidentes acuáticos son las otras demandas exigidas por Quintana.

El promotor de la campaña Canarias 1.500 kilómetros de costa expuso que con las cifras de muertes por ahogamiento y el volumen de llegada de turistas, el ratio de fallecimientos se sitúa en uno por cada 350.000 visitantes. Asimismo, explicó que el estudio arroja que las playas del norte, pese a contar con menos usuarios, presentan una tasa de siniestralidad más elevada. Aun así, Quintana negó que las zonas de baño de Canarias sean inseguras.