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Dos años de gobierno de Clavijo El presidente defiende la política tributaria de su gabinete

Clavijo rechaza de plano bajar el IGIC y enfría las expectativas del PP

"Si esa es la propuesta, no va a haber acuerdo", subraya José Miguel Barragán

El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, se sumó ayer abiertamente al 'no' de Coalición Canaria (CC) a la rebaja del IGIC que reclaman desde el Partido Popular (PP) para incorporarse al Ejecutivo. Aunque Clavijo se había mantenido hasta ahora en un discreto segundo plano durante las negociaciones entre su partido y el PP, el dirigente autonómico aprovechó ayer el balance que hizo sobre sus dos primeros años de legislatura para cerrar definitivamente la puerta a las exigencias de los populares en la negociación para alcanzar un acuerdo de gobierno. Es más, justo al término de la exposición de Clavijo, su consejero de Presidencia, Justicia e Igualdad y secretario general de CC, José Miguel Barragán, fue más contundente que nunca al rechazar la exigencia del PP: "Si esa es la propuesta, obviamente por esa parte no va a haber acuerdo".

Sin aludir directamente a los contactos entre ambas fuerzas políticas, que de puertas afuera se reducen a una única toma de contacto tras cancelarse las dos últimas citas, Clavijo se aplicó en un tono didáctico a argumentar el porqué de que el mantenimiento de los actuales niveles de recaudación sea "absolutamente necesario tras ocho años de crisis". "Es importante y me gustaría recalcar esta idea", se detuvo el jefe del Gobierno autonómico, que recordó que ni Canarias ni España nutren sus arcas públicas con "minas de oro o de diamantes", sino con la recaudación de impuestos y, por tanto, la generación de empleo. Más empleo, más consumo y más recaudación, apuntó Clavijo, que reconoció que los tributos del bloque de financiación canario, entre ellos y en primer lugar el IGIC, han reportado a la Administración autonómica unos 140 millones de euros extras desde su toma de posesión en julio de 2015, "140 millones más para los servicios públicos", subrayó, y 140 millones que ni el Ejecutivo ni CC están dispuestos a sacrificar por la incorporación del PP a la mesa del Consejo de Gobierno. No en vano, Clavijo expuso que tras el daño que sufrieron los servicios públicos por los recortes presupuestarios a los que obligó la crisis, solo hay ahora "dos vías" para tratar de "compensar" esos efectos y revitalizar la sanidad, la educación y demás servicios: "El empleo, que aún no es de la calidad que nos gustaría, y por otro lado los impuestos".

En todo ello ahondó con más contundencia el consejero de Presidencia en su faceta de líder negociador de CC. Barragán se preguntó de qué forma podría explicarse a los ciudadanos que la entrada del PP en el Ejecutivo ahora en minoría supondría, "con los graves problemas que tenemos", contar con entre 300 y 400 millones menos de ingresos públicos, que es la cuantía en que Hacienda calcula que se reducirían los ingresos en caso de bajarse el IGIC del 7 al 5%. "Estamos dispuestos a hablar de una reforma fiscal más amplia y moderna, pero no de esta manera", enfatizó el consejero, que, en cualquier caso, quiso dejar claro que CC y el PP no están "ni al borde de la ruptura ni al borde del acuerdo".

Eso sí, tanto Clavijo como Barragán reabrieron la posibilidad de "un pacto de estabilidad", es decir, que el PP apoye al Ejecutivo desde el Parlamento sin asumir tareas de gobierno, una opción que, cuando menos hasta ahora, no ha seducido a los populares. El acuerdo "puede ser desde fuera o desde dentro", dijo por su parte el presidente.

Clavijo se mostró también tajante respecto de las tesis que apuntan la posibilidad de que los nacionalistas demoren la negociación con el PP a la espera de las primarias socialistas; en resumen, a la espera de que no gane Patricia Hernández para explorar una reedición del pacto con los socialistas por otra parte harto improbable. El jefe del Ejecutivo dijo no poder hablar por su partido, pero dejó claro que su gobierno "no está esperando por nada ni por nadie".

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