La segunda jornada del pleno del Parlamento de Canarias arrancó con una operación de acoso y derribo contra la consejera de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, María Teresa Lorenzo (CC). Dos andanadas en forma de petición de comparecencia le envió el Partido Popular (PP), que coincidió con Nueva Canarias (NC) en la que tenía por objeto la regulación del alquiler vacacional; ración doble de críticas a las que se sumaron otros grupos.
En plena negociación de un pacto de gobierno entre Coalición y PP, las iniciativas de los conservadores se concretaron en obligar a Lorenzo a someterse a un informe de gestión para concluir que el principal pulmón de la economía canaria, el turismo, se halla sumido en la parálisis más absoluta. Pareció un guión escrito para dar por amortizado el servicio de la consejera en caso de remodelación del Ejecutivo.
Las nuevas cargas de profundidad de igual origen y destino llegaron menos de 24 horas después de que la también popular Josefa Luzardo criticara -el martes- el agujero de 400.000 euros generado en el Festival de Música de Canarias. Con una diferencia, los populares no quieren, ni por asomo, hacerse cargo de las competencias en materia cultural si cristaliza un pacto CC-PP.
El único banco azul que permanecía ocupado a esa hora era el del presidente Fernando Clavijo, que pareció no querer dejar sola a Lorenzo ante ese trágala. Tan notoria fue su presencia, que la parlamentaria de Podemos Asunción Delgado la consideró "una sorpresa".
Primero fue Miguel Jorge Blanco (PP) quien afeó a Lorenzo su escasa "diligencia" para adaptar la normativa turística a los nuevos tiempos. Después, la también popular Astrid Pérez, a la que se sumó Román Rodríguez (NC), se preguntó cuánto tiempo más seguirá el Gobierno "mirando para otro lado" con el alquiler vacacional. Por su parte, Lorenzo explicó que el análisis previo detallado es indispensable para poder dibujar soluciones.
