El Partido Popular (PP) presentará enmiendas al proyecto de ley de crédito extraordinario durante el debate parlamentario de la próxima semana. Lo anunció ayer el presidente de dicho partido en las Islas, Asier Antona, y añadió que el preceptivo informe del Consejo Consultivo pone "algunos reparos" al texto enviado por el Ejecutivo autónomo a la Cámara. A pesar de ello, también señaló que la negociación con Coalición Canaria (CC) para entrar en el Gobierno regional se mantiene viva y más relajada que al inicio de la semana.
"Creo que esa ley es mejorable y vamos a intentar mejorarla en el trámite parlamentario", anunció Antona sobre la norma elaborada por el Gobierno de Canarias para inyectar 340 millones de euros en el presupuesto del presente año. "La mayor ampliación de crédito de la historia de la comunidad autónoma", han reiterado en varias ocasiones tanto el presidente del Ejecutivo regional, Fernando Clavijo, como su consejera de Hacienda, Rosa Dávila.
Precisamente a cuenta de su tramitación se produjo el pasado martes un rifirrafe entre el propio presidente canario y la portavoz del grupo Popular en la Cámara, Australia Navarro, quien lamentó no tener el contenido exacto del texto legislativo y advirtió de que su formación no la apoyaría "a ciegas".
Fernando Clavijo le recordó entonces que Ana Oramas, que ocupa el único escaño con que CC cuenta en el Congreso de los Diputados, ha ayudado al Gobierno de Mariano Rajoy a sacar adelante numerosas iniciativas. Entre otras, los Presupuestos Generales del Estado de 2017 y, esta misma semana, el plan para la distribución del esfuerzo fiscal entre los diferentes niveles de la administración hasta 2020.
Los desencuentros del martes
La escalada verbal se produjo justo antes de que Antona y Clavijo se reunieran en un despacho de las plantas altas del edificio de Teobaldo Power. Allí el presidente responsabilizó al líder de los populares en el Archipiélago de haber filtrado a los medios de comunicación la existencia de dicho encuentro y le criticó por ello. Más tarde fue la propia Oramas la que desde Madrid exigió a los populares la misma "lealtad" que ella les brinda en la Cámara Baja.
El encontronazo sirvió para que ambas formaciones notaran la necesidad de rebajar la tensión. Descontado que cada una quiere que en el potencial acuerdo programático que intentan perfilar imperen los propios postulados, tanto PP como CC se necesitan, por lo que deben preservar las buenas relaciones independientemente de si el Gobierno de Clavijo navega hasta 2019 en solitario o acompañado por Antona y los suyos.
Los conservadores entienden que tampoco los nacionalistas apoyan sin poner ni quitar una coma las iniciativas parlamentarias del Ejecutivo de Mariano Rajoy, por lo que hallan plena lógica a que también aquí el Gobierno en minoría de Coalición negocie con ellos las leyes, incluida la de crédito extraordinario, en lugar de pretender su apoyo incondicional.
Los encuentros y comunicaciones lejos de los focos y de miradas ajenas se prodigan. Las comisiones negociadoras de las dos formaciones no volverán a sentarse hasta que haya un acuerdo plenamente desarrollado al que solo le falten las firmas. Por parte de los populares, tendrá que ser la de Mariano Rajoy. Así lo exigen los nacionalistas.
En plena negociación, esa imposición podría entenderse dirigida a minar la moral del rival, pero es así como ha ocurrido en todas las ocasiones. Por el partido estatal que se coaliga con CC -PP o PSOE- siempre rubrica el acuerdo el presidente o el secretario general; en la última ocasión, cuando se generó la alianza entre nacionalistas y socialistas malograda en la última víspera de Nochebuena, fue Pedro Sánchez quien estampó su firma.
En el caso de que esa puntualización tuviera la intención de zaherir a Antona, no lo consiguió. "¿Cómo me va a molestar? Todo lo contrario, me parece una muestra de que el PP se toma muy en serio todos los acuerdos de gobierno", señaló tras ser preguntado por la cuestión. "Me enorgullecería que fuera el presidente de mi partido quien validara y apoyara ese pacto", enfatizó.
El presidente de los conservadores en Canarias clausuró ayer la Asamblea Local del PP de Telde, la primera del ámbito municipal isleño que se celebra dentro del proceso de renovación de los órganos de la formación que se inició en febrero con el congreso nacional. Sonsoles Martín es la nueva presidenta del PP teldense y a ella y al resto de militantes y simpatizantes explicó Antona en el curso de su intervención cuál es el rol que está desempeñando el partido en las negociaciones para incorporarse al Ejecutivo regional.
"Podríamos haber echado gasolina" sobre un gobierno "frágil y en minoría", señaló en referencia al tiempo transcurrido desde que Coalición se quedó en solitario al frente del Ejecutivo regional, "o hacer un llamamiento a la responsabilidad". El líder de los populares explicó que se decantó por la segunda opción "sin poner los intereses" de su partido "por encima del general". En torno a la negociación, aseguró que no son "los sillones" lo que le preocupa y sí "dar respuesta a quienes desesperan en una lista de espera sanitaria o mejorar los resultados del Servicio Canario de Empleo".
También incidió en el significado que tiene poner como fecha límite para el acuerdo el miércoles de la semana próxima, algo que, según él, no es un modo de meter presión, sino de mostrar que se está explorando realmente la posibilidad de acercar al Gobierno a una nueva mayoría y no "perdiendo o haciendo perder el tiempo" a nadie.
Además, señaló que la posición que mantiene su partido en este proceso negociador es "positiva, favorable, de búsqueda de acuerdos y de intentar limar las asperezas con CC". A su juicio, también los nacionalistas "intentan acercar posturas y marcar prioridades para el Gobierno de Canarias. Esa es una buena actitud para que finalmente podamos llegar a un acuerdo de gobierno", aseguró.
También ayer los diputados nacionales por Las Palmas del PP María del Carmen Hernández Bento y Guillermo Mariscal opinaron sobre el proceso negociador. Ambos coincidieron en señalar la necesidad de que las aguas se calmen, algo que también apuntó el presidente Clavijo. Este último abogó por que el sentido común gobierne las relaciones entre ambos partidos y recalcó que siempre ha tenido la mano tendida para dialogar. "Si en el camino los partidos encuentran otra fórmula, fantástico" señaló, según Efe.
Por su parte, Hernández Bento señaló que es posible bajar impuestos y aumentar la recaudación. "No estamos especulando, lo hemos demostrado", señaló en referencia a la bajada del IRPF aprobada por el Gobierno central. La diferente interpretación de la política fiscal de populares y nacionalistas es uno de los principales problemas para su alianza, si bien las posturas se han acercado en los últimos días.
Mariscal también incidió en la necesidad de que el buen clima de las relaciones se prolongue. "Si los presupuestos para 2017 son buenos para Canarias y no les damos continuidad, ¿qué estamos diciéndole a la gente? Que les estamos tomando el pelo. Me parece que hay que ser más responsable", señaló sobre la escalada de amenazas de días pasados.
