¿Cómo tomó la decisión de dejarlo todo para ir a Japón a jugar al League of Legends?

Yo trabajaba como enfermero, pero quería competir porque es lo que realmente me llena, así que decidí hacer las maletas y marcharme.

¿Ser extranjero supone un obstáculo para competir en un equipo japonés?

El mayor obstáculo es el idioma, pero las diferencias culturales también son un factor clave. El equipo para ellos es un hobby, por lo que también estudian o trabajan en otros sectores al mismo tiempo. Además, mientras en Europa ofrecer una opinión o una crítica constructiva a tus superiores es algo positivo, en Japón puede generarte muchos problemas.

¿Cómo afecta la presión mediática en los torneos?

Depende mucho de la persona. A mí la presión me ayuda a obtener mejores resultados en competiciones presenciales, pero hay jugadores que a pesar de su talento, no son capaces de rendir al mismo nivel durante estas competiciones.

¿Ha evolucionado el sector en los últimos años?

Cuando yo empecé hace 10 años, sólo éramos unos machanguillos jugando en casa con un ordenador. Nada estaba regulado ni existían los contratos, no estábamos asegurados y tenías que fiarte de los equipos. Lo máximo que podías conseguir era una camiseta con tu nombre. La repercusión también ha cambiado mucho, antes los torneos prácticamente no tenían seguimiento mediático.

¿Y cómo se entrena un jugador profesional?

De media un jugador suele entrenar unas 6 ó 7 horas al día de lunes a viernes o sábado, que suele aumentar en épocas de torneos. Yo me exijo mucho más: tengo una rutina de entrenamiento de unas 12 horas diarias. Puede que sea demasiado, pero es mi forma de trabajo. Siempre intento esforzarme al máximo para lograr mi objetivo. Es cierto que al dedicarle tantas horas, el cansancio se nota y hay momentos en los que parece que no se disfruta como al principio, pero todo eso pasa a un segundo plano y se ve recompensado cuando llega el momento de competir.

¿Es posible lograr un equilibrio entre la salud y las horas frente al ordenador?

Yo intento cuidar mucho las posturas y realizar estiramientos a lo largo del día para que el esfuerzo no me pase factura. Esos pequeños detalles son necesarios para evitar lesiones que puedan impedirte competir como el síndrome del túnel carpiano. Nuestro cuerpo es también nuestra herramienta de trabajo y hay que cuidarlo. Se han dado casos de jugadores que han tenido que retirarse o pasar temporadas completas sin participar en los torneos por culpa de una lesión. La profesionalización del deporte ha conseguido incorporar las dietas y la conciencia por el bienestar físico de los jugadores.

Las conocidas como Gaming Houses -casas en las que conviven y entrenan los jugadores- son el sueño de muchos jóvenes, ¿son una realidad en los equipos?

No soy un firme defensor de las casas, porque aunque es cierto que el trabajar juntos beneficia a los resultados, no es una fórmula mágica. Si el equipo no tiene unas cualidades básicas, convivir en una misma vivienda no va a cambiarlo y en algunos casos el resultado puede ser contraproducente. El tamaño o las características de estas casas también dependen de la categoría de los clubes, las hay que parecen palacios y otras que se limitan a un pequeño cuarto para entrenar.

Internet permite deslocalizar las partidas, ¿sería factible fomentar la creación de estas casas en las islas?

Por supuesto. Y no sería la primera vez. Creo que uno de los mejores equipos españoles, Origen, en el que jugaba Enrique Cedeño, más conocido como xPeke, tenía su Gaming House en Tenerife, antes de que la trasladaran a Alemania. Las singularidades de Canarias lo convierten en un lugar perfecto para un equipo.

¿Qué ofrecen los clubs a los jugadores profesionales?

Depende siempre de las capacidades del equipo, pero en un cuerpo técnico además del coach o entrenador existe también la figura del fisioterapeuta, el psicólogo o el nutricionista para cuidar de los jugadores. Mientras más alto es el nivel de la liga, más protegido está el jugador y más preocupado el equipo por su bienestar. El staff técnico de los equipos también debe encargarse de que los jugadores estén fuertes psicológicamente, porque es muy fácil venirse abajo tras una mala partida y dejar de rendir en los siguientes torneos.

¿A qué tipo de situaciones se enfrenta habitualmente un equipo durante el juego?

En los torneos importantes los factores técnicos están regulados a través de la figura del árbitro que puede parar el partido y analizar situaciones como el fallo de un ordenador para que no afecten al resultado de la partida. El factor humano se supera cuando el equipo funciona como una familia, si un jugador tiene un mal día sus compañeros no deben castigarlo. La unidad es vital para que el equipo no se desmorone.

El próximo jueves debatiremos sobre la propuesta de incluir los eSports en la Ley Canaria del Deporte, ¿por qué cree que es necesario este reconocimiento?

Para poder regular la situación de los equipos. Los jugadores necesitan una protección y una normativa que reconozca sus derechos y que permita mejorar las condiciones laborables. Hay jugadores con sueldos de 200 euros al mes que no les permiten vivir de su trabajo y no hay ningún organismo que lo controle. La ley también permitiría el control y la regulación de los fichajes internacionales como ocurre en otros deportes y el trasvase de jugadores que actualmente saltan de un equipo a otro únicamente para conseguir una mejora de sus condiciones salariales. El reconocimiento también serviría para la puesta en marcha de torneos e incluso la creación de una selección canaria. El apoyo público también es necesario para que los jóvenes que quieran optar por esta salida laboral tengan la posibilidad de formarse o de recibir ayuda institucional durante su trayectoria.

En España cada vez hay más interés, ¿qué falta para que los eSports se igualen a otros deportes?

Más atención mediática y más competiciones. Si hay torneos, se formarán equipos y si hay equipos será posible crear ligas regionales como las de otros deportes. Deberían retransmitirse estos torneos y las administraciones tendrían que implicarse para darles la misma visibilidad que a otras competiciones deportivas.