Probablemente el Duque de Ezpeleta nunca llegó a imaginar que la unidad que creara a finales del siglo XIX, la Guardia Civil, traspasaría fronteras y llegaría a ser destacada como unidad de Policía Militar en misiones como la actual de Naciones Unidas en Líbano.

El contingente está formado por 12 agentes, al mando del teniente Francisco de Salas Rico Rivas, de 31 años, destinado en la actualidad en la Jefatura del Servicio de Protección a la Naturaleza en Madrid.

"Llevo cinco años en la Guardia Civil y ésta es mi primera misión internacional. Ejerzo como jefe de la unidad y asesor de seguridad del general español que manda la misión. Además, desempeñamos funciones de Policía Militar, de manera que estamos encargados del mantenimiento del orden, la investigación de delitos y faltas, los atestados de tráfico, el servicio fiscal -revisamos la paquetería tanto la que sale hacia España como la que entra en la base-, así como la escolta del general jefe del sector", narra el teniente Rico Rivas, para quien ésta es su primera misión en el exterior.

"La experiencia es muy positiva y tenemos bastante trabajo aunque no lo parezca. Tener la posibilidad de mandar guardias civiles fuera del territorio nacional es muy positivo y gratificante. Además, nos coordinamos con la policía francesa, los carabinieri italianos y los indonesios", añadió, al tiempo que enumera los proyectos en los cuales se encuentra inmerso. "Ahora estamos planificando una serie de joint training, ejercicios de entrenamiento con las Fuerzas Armadas libanesas (LAF), así como con la gendarmería libanesa, que es similar a nuestro cuerpo. Vamos a desarrollar prácticas de intervención, tiro policial y, más adelante, protección a la naturaleza, puesto que así nos lo han solicitado los libaneses".

El teniente Rico Rivas contó que es un aficionado al fútbol. "Soy socio del Real Madrid y, además, lo practico con asiduidad. Mi otra pasión es la Guardia Civil. No hay que olvidar que soy hijo y nieto de guardias civiles", concluye.

Raúl Cruz Pizarro

Otro de los componentes de la Benemérita en Líbano es el brigada Raúl Cruz Pizarro, de 48 años, especialista en Policía Judicial, concretamente en la rama de Criminalística, departamento de identificación. "Ésta es la primera vez que vengo. Me ha permitido conocer a compañeros que no hubiese podido conocer de otra manera. A pesar de que en mi materia no tengo mucho trabajo, compartir experiencia con otros militares, y de diferentes países, con otras culturas, me ha resultado muy enriquecedor", cuenta este guardia civil con 27 años en la Benemérita. En la Península quedaron su mujer y su hijo, que, sin duda, es lo que más echa de menos. Me gusta mucho el deporte y la lectura, así como poder hablar todos los días con la familia es algo que no tiene precio".

Otro agente del Instituto Armado destinado en este país es José Javier Arias Hernández. Tiene 47 años y lleva en el cuerpo 30, de los cuales 25 ha permanecido en la Agrupación de Tráfico. "Soy especialista en atestados y en la actualidad estoy destinado en el Subsector de Tráfico de Valencia. Esta es mi primera misión y cada día me gusta más porque estoy conociendo a otros militares y de otros países y el trato con ellos me aporta muchísimo. Cuando he salido fuera me he dado cuenta de que España no se vive tan mal". José Javier es el encargado de realizar los atestados de los accidentes ocurridos tanto en el interior de la base como los que ocurran en la calle y donde estén implicados vehículos de Naciones Unidas.

"Añoro a la familia"

"Tengo dos hijos, un varón de 11 y una niña de 9, que es un torbellino. A la familia los añoro muchísimo y sobre todo a los peques", relata este guardia civil, que añade el caso curioso que le sucedió con su hija: "El otro día la llamé y su madre la estaba regañando. Cuando se puso al teléfono yo también la reprendí y entonces me espetó: ¡Ojalá no vuelvas!" Lo dice entre risas este padre natural de Linares (Jaén), para añadir: "Con eso y con todo los echo mucho de menos".

"Me encanta jugar al fútbol y tocar la guitarra. Soy del único equipo que se puede ser: el Real Madrid. En cuanto a la misión, tenía muchas referencias de oídas, puesto que un compañero que habló mucho de la misma", matiza José Javier, que finalizó con los destinos por donde ha pasado: Barcelona 92, Almería, Motilla del Palancar (Cuenca) y, finalmente, Valencia.

El sargento Ricardo Boneton Leñero, de 49 años, que entró en la Benemérita como guardia civil auxiliar en 1986, es otro de los componentes de la pequeña casa cuartel de la Base Miguel de Cervantes. "Soy madrileño y tengo dos hijos. Uno de 20 años y otro de 16 . Como miembro de la Guardia Civil, he recorrido media España: Yeserías y Carabanchel, en Madrid; Servicio de Información, también en Madrid; Teruel, Jefatura del Servcio Fiscal...", explica.

"Tengo cuatro misiones internacionales a mis espaldas: Bosnia, Kosovo, Georgia y Líbano. La verdad es que esta misión apenas se diferencia de las otras donde he estado, aunque a la que más se me parece es a la de Georgia. Ser miembro de la escolta del general es muy bueno", narra, para agregar: "Aparte de jugar al mus, que me encanta, me gusta todo lo relacionado con el deporte. Ahora estoy aprendiendo boxeo y, como no podía ser de otra manera soy colchonero".

"El ambiente es muy bueno"

"El ambiente es muy bueno, ya que estuvimos en un periodo de adaptación en La Isleta y en el Centro de Adiestramiento Especial (CAE), en Logroño, donde nos impartieron diversas materias, tales como seguridad, escolta o módulo de primeros auxilios aplicados a un conflicto, por ejemplo. Además, el tiro fue otro de los temas sobre los que insistieron que en la Guardia Civil es mejorable. En el CAE te enseñan tiro de combate. Se trata de un centro de excelencia a nivel europea. Desarrollamos ejercicios de unidades de intervención, policial y con toma de rehenes, manifestaciones, protección de autoridades. Esta es una enseñanza que nos llevamos a nuestras unidades cuando acabe la misión y regresemos a los destinos de donde procedemos", finalizó este miembro de Ahumada, que pretende que su hijo mayor siga sus pasos.