Segundo Rodríguez está enterrado con otro nombre en La Palma. Sus restos aparecieron en 1994 en una fosa común de represaliados del franquismo, pero en aquel momento la identificación no contaba con los sistemas modernos de la actualidad y se atribuyó el cuerpo a otra persona. Años más tarde, gracias a un proyecto de Asociación de la Memoria Histórica en La Palma, se pudieron realizar más estudios en ese mismo espacio y, según las pruebas de ADN realizada a pequeños restos hallados en el sedimento, se concluyó que en ese emplazamiento estaba Segundo.

Su hija Aralda lleva años buscando el cuerpo de su padre y de su tío, ambos asesinados en la dictadura. "Lo mataron, le metieron en un camión atado y a patadas", explica la mujer que afirma que lo único que quiere es poder enterrar a su padre con su madre. Su búsqueda se inició en 2005 cuando denunció ante el Ayuntamiento de Los Llanos la desaparición de su padre y de su tío y su sospecha de que pudieran estar en alguna fosa en la misma zona en la que unos diez años se había localizado la primera, en el Pinar de Fuencaliente.

Así lo explica el abogado José Pérez Ventura quien señala que a finales del siglo pasado se logró abrir una fosa de víctimas de la Guerra Civil en la que se encontraron cinco cuerpos. "El levantamiento de los cadáveres no lo hicieron los arqueólogos sino médicos forenses y las pruebas para la identificación se hicieron con las técnicas disponibles en aquel momento", resume el letrado quien continúa que años más tarde se halló otra fosa a escasos 200 metros de la primera.

Ya con la posibilidad de realizar pruebas de ADN, se intentó identificar a los seis cuerpos. Solo se logró a dos de ellos pero el sirvió de aliento para que la Asociación palmera, precisamente presidida por Aralda Rodríguez, solicitara una subvención para un proyecto para ampliar las zonas de búsqueda, en el que se incluyó la revisión de la fosa abierta en 1994. Ahí es cuando surgió la sorpresa.

Según cuenta el jefe del servicio de Genética Forense de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Pestano, "se encontraron unas falanges entre los sedimentos y los resultados de las pruebas decían que eran de Segundo".