María Teresa Lorenzo se cae del Gobierno dos años después de ser nombrada consejera de Turismo, Cultura y Deportes. La primera de CC y la quinta que abandona el Ejecutivo, sumando a los cuatro del PSOE que destituyó Fernando Clavijo el pasado diciembre, cuando se rompió el pacto de gobernabilidad entre nacionalistas y socialistas. En esta ocasión, se debe a una "remodelación interna" para afrontar los dos años que restan para finalizar la legislatura en solitario y en minoría de CC, tras el fracaso de las negociaciones con el PP para incorporarse al Gobierno, precisó ayer la portavoz del Ejecutivo, Rosa Dávila.
El Consejo de Gobierno dio cuenta del "cese a petición propia" de la titular de este área, muy criticada por la gestión del último Festival Internacional de Música de Canarias y por las pérdidas que generó el evento, y de su sustitución por el también nacionalista lanzaroteño, como ella, Isaac Castellano San Ginés, que toma posesión hoy mismo del cargo y que hasta ahora ocupaba la Viceconsejería de Relaciones con el Parlamento. El nuevo consejero tiene grandes retos por delante. Se enfrenta a la regulación del alquiler vacacional y a la nueva Ley de Turismo, retomar el plan de infraestructuras turísticas y promover el aumento de la competitividad y de la calidad del destino. Además, en Cultura deberá apaciguar las aguas dejadas por la exconsejera por su negativa gestión en el Festival de Música. Castellano es economista, ha sido diputado y cuenta con el visto bueno de CC de Lanzarote. En este área no se producirán más cambios.
Luis Padilla Macabeo, hasta ahora número dos en la Consejería de Hacienda que dirige Rosa Dávila, sustituye a Pedro Rodríguez Zaragoza en la Viceconsejería de Acción Exterior, que cesa también a petición propia para convertirse en el nuevo director general del CD Tenerife. En el puesto de Padilla, asciende como viceconsejero de Hacienda Javier Armas González, director general del Tesoro y Política Financiera hasta 2011.
El resto de cambios o nuevos nombramientos serán en otro Consejo de Gobierno que se celebra este viernes, antes de que el Ejecutivo se vaya de vacaciones, pero se limitan a puestos intermedios y en áreas que se dejaron de cubrir cuando el PSOE fue destituido, principalmente en la Consejería de Presidencia, como es el caso de las viceconsejerías de Justicia y Administraciones Públicas y Transparencia.
Por tanto, esta remodelación no afectará a otros titulares de las consejerías ni se modificará la actual estructura orgánica del Ejecutivo, de ahí que el departamento que dirigirá Isaac Castellano seguirá siendo de Turismo, Cultura y Deportes.
Lorenzo fue "leal" con el Gobierno, reiteró en más de una ocasión ayer la portavoz del Ejecutivo. Además le agradeció el "esfuerzo, la buena labor y el compañerismo" que ha tenido con el Consejo de Gobierno, y aseguró que su gestión ha sido valorada como "satisfactoria" por el propio Clavijo, de ahí que el Ejecutivo desea que "pueda seguir contando son su capacidad y valía".
En ningún momento se citó ayer el malestar que se produjo en el seno del Gobierno en estos meses tras la gestión de María Teresa Lorenzo en el Festival de Música de Canarias, el pasado enero y febrero, y que dio lugar a duras críticas de la mayoría de los grupos del Parlamento canario. El Ejecutivo prefirió cerrar filas ante un cese "a petición propia" que hubiera sido, de no producirse así, con toda probabilidad una destitución de la consejera. De hecho, Lorenzo no acudió al Consejo de Gobierno. No obstante, desde el Gobierno intentan explicar que no es un cese forzado, sino a que la presión de las críticas tras el evento hizo mella en el ánimo y en la propia salud de la consejera que desde hace dos meses mostró su voluntad al presidente de dejar el Ejecutivo, cuestión a la que este le pidió calma porque en esos momentos se estaban produciendo las negociaciones con el PP.
Sobre Luis Padilla en Acción exterior, Dávila recalca que el presidente Clavijo ha querido contar con él, dada la "agenda internacional que puede proyectar" durante los próximos dos años al Gobierno, en virtud de su dilata trayectoria profesional en este ámbito, que le ha llevado a trabajar en la OCDE en París.
