La inversión pública volverá a tirar de la actividad económica de las Islas después de más de seis años de caídas, el cierre de unas 8.000 empresas y más de 100.000 empleados destruidos en el sector de la construcción. Entre 2007 y 2016 la licitación de las administraciones públicas en Canarias cayó en 970 millones de euros, lo que ha supuesto un severo golpe a la economía de las Islas, que ahora inicia una recuperación que seguirá en ascenso en los próximos años si se cumplen las expectativas generadas por la recuperación de los convenios con el Estado, los acuerdos políticos del sistema de financiación autónomica y la flexibilización de la regla de gasto.

Los años del mayor desplome fueron entre 2010 y 2013, con descensos superiores al 70 y al 80% con respecto a ejercicios anteriores. Un ejemplo es la inversión proveniente de la Administración del Estado que pasó de licitaciones superiores a los 590 millones de euros en 2008 a 17,9 millones en 2012, lo que da idea del impacto de los recortes del gasto público que se produjeron en esos años. Tampoco la Comunidad Autónoma se quedó atrás ya que de los 721 millones de 2007 bajó a los 41 millones en 2014.

En este desolador panorama las repercusiones económicas y sociales son de sobra conocidas al haberse alcanzado hasta más de un tercio de la población activa en paro, un incremento exponencial de la pobreza y la exclusión social y el endeudamiento y concurso de acreedores de miles de empresas en estos años.

Después de tocar fondo la inversión pública se ha ido recuperando pero aún a niveles que distan mucho de la lluvia de millones anteriores al inicio de la recesión. La licitación pública alcanzó los 469 millones de euros en 2016 liderados por las corporaciones locales -218,8 millones- y el Estado -198,4 millones-. Sin embargo, la licitación de la Comunidad Autónoma el año pasado fue solo de 51,6 millones, según el informe de la patronal de las empresas de la construcción, Seopan.

Esta mejoría está suponiendo un respiro para el sector de la construcción de las Islas ya que, tras ocho años de descensos continuados, la actividad del sector ha logrado experimentar un crecimiento positivo del valor añadido bruto, comenzando una incipiente fase de recuperación que se confirma con los datos más recientes. La tasa de paro llegó a ser del 35% en 2011 frente al 7,9% de 2007. Al cierre de 2016 esta cifra descendió hasta el 22,1%. Asimismo, tras una caída de las empresas del sector de seis años consecutivos, desde 2015 los números ya son positivos, con un incremento del 2,5%.

La gestión, clave

Este aumento del gasto en obra pública es también visto con optimismo por los constructores. La presidenta de la patronal de la construcción de Las Palmas, Salud Gil, celebra que después de tantos años la inversión pública pueda convertirse de nuevo en el motor de la economía de las Islas, ante las expectativas que se abren por el incremento de los convenios de infraestructuras del Estado y la subida de las partidas procedentes del sistema de financiación autonómica.

Sin embargo, Salud Gil espera ahora que este incremento significativo de la inversión pública que se espera para el próximo año sea bien gestionada por la Administración y se invierta con eficacia. "La pregunta que nos hacemos es si se va a gastar adecuadamente, cómo se va gastar y, sobre todo, si seremos capaces de gastarlo todo en el ejercicio", advierte la directiva.

Para Gil, además de la ejecución lo importante es que también las empresas de la construcción de las Islas y los sectores afines se vean beneficiados por este incremento de la inversión pública que prevé el Gobierno regional. "Ahora que hay mucho dinero ¿qué pasa con nosotros?", se pregunta Gil, que espera mantener el diálogo y los contactos con el Ejecutivo como hasta ahora.

Ahora lo que hace falta, según la presidente de la patronal, es organización y planificación por parte de la Administración autonómica y después establecer mecanismos de coordinación con los cabildos, ayuntamientos y empresas para que la inversión suponga un impulso para el sector, la creación de puestos de trabajo y unas empresas más competitivas. "Es necesario que la construcción se implique, el Gobierno lo ha hecho bien ahora lo que falta es que se gestione de forma correcta", añade Gil.