El carguero británico MV Cheshire continúa a la deriva al sur del Archipiélago con la combustión de parte de su carga extendida a más bodegas. El buque, propiedad de la compañía Bibby Line Limited, se encuentra ahora a unas 75 millas al sur de El Hierro. Casi una semana después de que comenzara la reacción química en el interior del granelero -que transporta 42.654 toneladas de fertilizante con base de nitrato de amonio- los ochos técnicos procedentes de Holanda y Gibraltar contratados por Resove Marine, la empresa estodounidense especializada en accidentes de buques a la que recurrió la dueña del carguero para solventar la situación, aún no han podido subir a bordo del Cheshire por el humo tóxico que desprende la reacción química del abono. En un comunicado enviado ayer, Bibby Line Limited reconoce que "los esfuerzos están siendo frustrados" por la nube de gases, por lo que ha sido necesario traer más refuerzos para comenzar con las labores de enfriamiento de la embarcación.

El buque de Salvamento Marítimo Punta Salinas que flanqueaba al carguero británico ha sido sustituido por el Miguel de Cervantes, construido en 2006, para realizar las tareas de vigilancia y actuar en caso de que sea necesario. El capitán marítimo de Las Palmas, Pedro Mederos, explicó que el nueva remolque presenta mejores condiciones para ayudar a bajar la temperatura del Cheshire si así lo determinan los especialistas contratados para sofocar la combustión. El subdelegado del Gobierno en Canarias, Luis Molina, destacó por su parte que se trata de una embarcación mucho "más potente" y con "más recursos". Ésta se suma al remolcador Red Sea Fos contratada por Resove Marine y a otros dos fletado por la misma compañía: el VB Hispania y el Jacques 2, procedente de Castellón y Casablanca, respectivamente. Ambos partieron ayer en dirección a la zona del barco afectado.

Asimismo, un técnico de Capitanía Marítima de Las Palmas y otro de la Dirección General de la Marina Mercante sobrevolaron ayer el Cheshire para evaluar su situación. El segundo de ellos cuenta con experiencia en apagar incendios causados con el mismo compuesto que alberga el carguero, que destaca por su naturaleza oxidante y comburente.

Situación "preocupante"

La conclusión que se extrae de sus informes es que la situación es "preocupante". A principios de mes, el granelero británico zarpó de Yara Porsgrunn (Noruega). La ruta marcaba una parada en el Puerto de La Luz para repostar antes de continuar su viaje hasta Tailandia con las 42.654 toneladas de fertilizante NPK, propiedad de la multinacional noruega Yara. Sin embargo, la hoja de ruta se truncó el sábado pasado, día en el que comenzó la reacción química en la bodega cuatro por una subida anormal de la temperatura por causas que aún se desconocen. La toxicidad de la columna del humo, con un alto nivel en óxido nitroso, obligó a evacuar el pasado lunes a los 24 tripulantes del buque, que se encuentran en buen estado de salud.

Pese a que la combustión en esa bodega se ha reducido porque el fertilizante se ha consumido tras llevar varios días incendiado, la reacción química se ha intensificado en la cavidad cinco -situada al lado de la sala de máquinas- y se ha iniciado una nueva en la tres. Mederos indicó que es muy difícil determinar si el barco se hundirá, ya que depende de cómo el calor esté afectando a la estructura del barco.

Dada la peligrosidad de la situación, fuentes consultadas apuntan a que uno de los técnicos desplazados a la zona por parte de Yara reconoció que nunca había visto algo así y recomendó no acercarse al buque. Para navegar cerca de embarcaciones con incidentes como el del Cheshire no hay una distancia de seguridad fijada. Son los propios capitanes de barco los que deciden qué separación adoptan en función de las circunstancias.

Las cualidades del nitrato de amonio, base del abono, ha llamado la atención de terroristas porque se trata de una sustancia que combinada con derivados del petróleo o expuesta a altas temperaturas torna en explosiva. El carguero se sitúa aún en la zona económica exclusiva de España, lo que da derecho al país a establecer medidas de conservación de los recursos marinos. Éstos, según insiste Mederos, "no están amenazados". El componente es altamente hidrosoluble, por lo que no se teme que afecte al ecosistema marino o a las costas del Archipiélago.

Bibby Line Limited confía en salvar el buque, construido hace solo cinco años y de 190 metros de eslora. Fuentes especializadas aseguran que es muy difícil que el granelero se hunda pese a la intensidad de la combustión. La posición del carguero es la adecuada para que la columna de humo no afecte a la parte trasera del barco, donde se sitúa los camarotes y la sala de máquinas. Para solventar cuanto antes la situación, subrayan, las labores de enfriamiento deben ser continuas y por ambos lados del carguero.

Las mismas fuentes remarcan que el barco no podrá ser reparado en Canarias, pues no existen astilleros con capacidad para recomponer una embarcación de tales dimensiones. En cualquier caso, Capitanía Marítima ya advirtió que para dar el permiso de entrada en puerto al granelero, antes tendrá que pasar una inspección que determine que no entraña ningún peligro para la población.