María Cabrera perdió a sus dos hijas y a su nieto. Xiomara tenía 18 años, Abenauara, 14 años, y el pequeño Tanausú, sólo once meses. Fueron a Madrid a conocer a una hermana por parte del padre. El viaje era como un regalo de cumpleaños para las dos. Cuando regresaban ocurrió el accidente. María Cabrera las estaba esperando en el aeropuerto y el tiempo se paró. "Lo importante es que se haga justicia y saber la verdad", dice.

Avelina Coruña se quedó sin Roberto, de 37 años, el mayor de sus cinco hijos, y sin sus dos nietos, de 4 y 12 años. Fueron de vacaciones a Madrid a ver el estadio Santiago Bernabéu. "Mi nieto, el pequeño , me llamó por teléfono a y me dijo: "Abuela, mañana cuando llegue te voy a llevar un regalito", "¿Qué regalito?", "Papi me dice que no te lo diga que es una sorpresa", "Vale mañana me lo das, y nos vamos todos juntos para el sur de vacaciones"... La sorpresa me la llevé cuando vi por la tele el accidente; me fui corriendo al aeropuerto dislocá, mirando y mirando y no me dejaban ver las listas; me puse delante de una azafata que llevaba la lista y el primer nombre que vi fue el de mi hijo y mis dos nietos. Y ya?" Así lo cuenta Avelina Coruña, residente en Pedro Hidalgo, que llora aún la muerte de sus seres queridos. "No me quiero morir hasta no saber la verdad. Se tapó la verdad", afirma.

Mercedes Sosa, a su lado, la abraza. Ella perdió a su hermana gemela, Mari Carmen, a su cuñado, Pedro Pablo, y a sus sobrinos Jorge y Miguel, de 10 y 3 años. "Estoy aquí para evitar que esto se repita; nadie nos va a devolver lo que perdimos pero creo que se puede evitar que vuelva a suceder, y cuando cualquiera de nosotros nos montemos en un avión podamos ir tranquilos", dice sentada en un banco en la plaza de Ojos de Garza, en Telde, donde se rindió, un año más, un homenaje a las 154 personas que murieron en el siniestro, ocurrido el 20 de agosto de 2008 cuando el vuelo JK5022 de Spanair despegaba del aeropuerto de Barajas-Madrid con destino a Gran Canaria.

"Nos han ninguneado y he comprobado que la justicia no existe; existe para quien tiene que existir. Se nos negó hasta el derecho de una investigación, lo que se sabe es porque hemos pagado para que se haga una investigación, y con echar la culpa al piloto y poco menos que a los pasajeros se acabó", señala con dolor Mercedes Sosa.

La Asociación de Afectados de este vuelo sigue luchando para que se investigue la verdad de lo sucedido y se haga justicia con la reapertura de la causa penal. La asociación ha recabado apoyos de partidos e instituciones para presentar en septiembre una iniciativa en el Congreso con la petición de que se abran dos comisiones de investigación: una para analizar el informe de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac), que concluyó que la culpa era de los pilotos y se archivó el caso en sobreseimiento libre, y otra para que se aclare desde el punto de vista de la normativa la forma en que se siguen otorgando los permisos a aviones sin inspeccionar. La asociación, que preside Pilar Vera, considera que la investigación no fue independiente y que hubo una cadena de errores, no solo por los fallos técnicos del avión sino en el protocolo del aeropuerto de Barajas. "No fue únicamente Spanair, el avión no se cayó en el Amazonas y no se perdió en el Congo Belga, se accidentó en el primer aeropuerto de España. Fue en pleno Madrid y hubo problemas hasta para entrar los servicios de emergencias. Es que no quiero que me devuelvan nada. Nadie podrá hacerlo, pero las imágenes de esas ambulancias me clavan", explica Mercedes Sosa, junto a Avelina Coruña, María Cabrera y su hermana Rosa Delia.

La nave siniestrada tenía caducada la licencia de vuelo pero su permiso fue renovado sin realizar las inspecciones adecuadas, un hecho que puede propiciar que se reabra la causa penal, y más aún con el apoyo de las dos comisiones del Congreso. "Esa es la esperanza, que es lo último que se pierde porque lo que es ¿fe en la justicia?, ¡Maldita la fe que existe en la justicia!", condena Sosa.

Ayer se celebraron dos actos. Uno en Ojos de Garza, con la ofrenda floral a las víctimas, música y la intervención de la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022. Y otro en Ingenio en el Jardín de los ausentes. Hoy, día en que ocurrió el siniestro hace nueve años, habrá homenajes en Las Palmas de Gran Canaria y en Madrid, en el aeropuerto de Barajas.