Parecía que este martes se había dado un paso hacia adelante y el enfriamiento de la carga del buque británico MV Cheshire ya se iba a poner en marcha, tras la subida a bordo de los especialistas, pero la reciente propagación de la reacción química a las bodegas uno y dos impide que los técnicos vuelvan a pisar el barco "debido al calor y el humo", apunta la empresa propietaria Bibby Line Limited.

Actualmente el granelero sigue siendo remolcado en dirección este, a una velocidad aproximada de tres nudos, hacia una posición que, según la misma compañía, ha designado Salvamento Marítimo. Los responsables calculan que se sitúe a 40 millas náuticas al sur de Gran Canaria donde se prevé que llegue hoy por la tarde noche. Pedro Mederos, capitán marítimo, asegura que "no se va a situar a menos de esa distancia, que se corresponde con unos 70 kilómetros" y explica que "estará bastante más lejos dependiendo del viento, la mar y otras condiciones, porque no queremos ningún riesgo". Además, señala que "la decisión de la posición la decidiremos nosotros en función de que no entorpezca el tráfico marítimo ni hayan riesgos para el medio ambiente, incluso si llega a hundirse que no influya en nuestras playas ni en nuestro mar".

Las bodegas tres, cuatro y cinco están controladas, "se han apagado y la carga se ha descompuesto", asevera Bibby Line Limited, por lo que la reacción química que se presenta es "muy fuerte", resalta Mederos sin olvidar mencionar que "está muy activa en las otras dos" y se está propagando hacia la proa del barco. Que la problemática se aleje de la popa supone mejores previsiones en cuanto al posible hundimiento del buque, según el capitán. "Aunque no creo que ocurra, todo lo que flota puede hundirse", agrega.

A pesar de que los dueños del MV Cheshire calculan que la carga no dejará de estar activa hasta dentro de "seis u ocho días, si no se puede desactivar antes", Mederos es más positivo y aunque puntualiza que "es algo que no se puede prever" cree que puede tardar "bastante menos". En cuanto a los trabajos en el granelero con la carga activa, explica que "sí se pueden continuar con ellos, porque ya lo han hecho cuando las bodegas cuatro y cinco lo estaban, y era mucho peor".

Fuentes de Bibby Line Limited determinan que "cuando el buque está siendo remolcado no es posible ni enfriar la carga desde los remolcadores ni abordarla debido a que el movimiento de lado a lado del barco es impredecible". Pese a ello, continuarán con las labores de enfriamiento de los costados para que la estructura no presente mucho calor. Mederos, por su parte, fija que "si el buque va a una velocidad de unos dos nudos y poco, como ha sido hasta ahora, no hay problema para subir a bordo y enfriar la carga". Una operación que se ejecutará con lanzas especiales, llamadas Víctor, que inyectan agua en los focos de calor detectados a través de cámaras termográficas.

El capitán cuenta, además, que las labores que los especialistas llevaron a cabo este martes en el MV Cheshire consistieron en "tomar temperaturas para tener bajo control su estatus y la reacción química". "Ya no hay fuego, lo que queda es esta reacción por la descomposición del fertilizante", añade.

Los expertos no pudieron subir ayer a bordo del barco dañado y, tal y como anuncia la compañía propietaria, "se ha pedido a las autoridades que establezcan una zona de exclusión cuando esté llegando el barco a la posición designada, ya que los humos se extienden hasta cinco millas náuticas". Los técnicos de Resolve Marine -empresa estadounidense que ha traído a los especialistas desde Holanda y Gibraltar y que ha sido contratada por Bibby Line Limited para impulsar el análisis de situación y fijar las acciones necesarias a poner en marcha- "están enfocados ahora en hacer que el buque llegue a la posición indicada por Salvamento Marítimo antes de intentar subir a bordo otra vez", agrega.

El granelero sigue siendo remolcado por Red Sea Fos, uno de los cuatro remolcadores del plan de socorro, hasta llegar a la zona fijada que, según Salvamento, "presentará mejores condiciones climatológicas que faciliten el acceso al equipo para seguir trabajando". Las tareas no se han desempeñado más lejos por las condiciones adversas y, también, para que los expertos estén más cerca de los recursos necesarios para las labores a desempeñar y más próximos a la costa para que, una vez se haya extinguido la reacción química y se tenga un informe con los daños, puedan acceder al puerto que más oportuno consideren según las necesidades del buque.