La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La mitad de los vertidos ilegales en Gran Canaria son habituales

El 48% de las emisiones llega al mar casi todos los días

La mitad de los vertidos ilegales en Gran Canaria son habituales

El 48% de los vertidos ilegales al mar en Gran Canaria son habituales y generan un grave impacto tanto en el medioambiente como en la salud pública. El problema de las emisiones descontroladas en las Islas es histórico y requiere no sólo invertir en mejorar las infraestructuras ante el crecimiento imparable de la población y el auge en la llegada de turistas, sino también ir hacia un modelo de depuración descentralizado, según los expertos en esta materia.

El censo provisional que dio a conocer la consejera de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad del Gobierno de Canarias, Nieves Lady Barreto, en el Parlamento este miércoles, registra un total de 355 vertidos indiscriminados en el Archipiélago, de los que 246 no cuentan con la preceptiva autorización, nada menos que el 69%, que está fuera de control y se desconoce la calidad del agua que se arroja al mar y si está depurada correctamente o no.

Ninguna isla se libra de vertidos residuales y fecales al mar. En el caso de Gran Canaria, hay detectados al menos 109 vertidos. Del total, 32 (29%) están autorizados y los 77 restantes (71%) no cuentan con el permiso correspondiente, por lo que es imposible llevar a cabo un plan de seguimiento de los mismos.

La Viceconsejería de Medio Ambiente ejerce la función de inspección ordinaria de los vertidos al mar autorizados. Aquellos que no tienen permiso carecen de control por parte de este departamento y "lo más normal es que las aguas vertidas no estén depuradas", indican técnicos de la administración.

Según datos oficiales, la mitad de las emisiones ilegales en Gran Canaria se producen casi todos los días. En concreto, de los 77 vertidos no autorizados, 37 se dan con una periodicidad habitual y 40 en situaciones de excedencia o emergencia. Se diferencian por la continuidad del vertido. Así, aquellos habituales significa que se ocasionan "casi siempre, casi todos los días, puede ser durante una hora o más al día pero todos los días", explican fuentes oficiales y varios investigadores universitarios. Este tipo de vertidos se efectúan usualmente en horas punta, por ejemplo, a las ocho de la mañana.

Excedente

Mientras que cuando se llevan a cabo emisiones de aguas negras al mar en situaciones de excedencia-emergencia se originan por la imposibilidad de las infraestructuras de abarcar toda el agua y se tienen que abrir las compuertas, episodios que se realizan de forma puntual, bien por una llegada extraordinaria de agua, fundamentalmente por lluvias, o bien por una avería en las instalaciones.

En Canarias como llueve muy poco ese agua de lluvia en las primeras horas viene con mucha suciedad porque está limpiando todo y cuando va por las alcantarillas se mezcla con el agua residual, con lo cual la calidad del agua es muy mala y se vierte al mar sin depurar siempre, insisten los expertos.

Coinciden en que los vertidos que suceden habitualmente son más perjudiciales. Un pequeño vertido continuo es mucho más dañino que un gran vertido puntual, advierten investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

Los derrames por aguas residuales, procedentes de núcleos urbanos o industrias, son aguas con carga orgánica y son bacteriológicas, por lo que son nocivas para la salud; mientras que los vertidos de salmuera (agua con una alta concentración de sal), generada en las desaladoras, afectan más al medio marino, ya que se asientan en el fondo, no flotan.

Los expertos consultados consideran que Canarias necesita un cambio de gestión del agua y sostienen que la depuración descentralizada es la única solución. Eso implicaría instalar depuradoras a pequeña escala, en barrios y núcleos de población.

"Nunca se va a poder solventar el problema de las aguas residuales si se continúa con el actual modelo centralizado", avisa un profesor de la ULPGC, que defiende que un sistema descentralizado supone un ahorro en la inversión y la reutilización del agua en el momento. "El coste de cualquier obra que se realice de alcantarillado para enviar las aguas residuales de un lado a otro supera la inversión para cualquier pequeña o mediana depuradora", añadió este investigador, que apuesta por convertir las numerosas estaciones de bombeo que hay en las ciudades en depuradoras, por lo que se reduciría el movimiento de aguas sucias y se acabarían, a su vez, los malos olores.

Respecto a las declaraciones del presidente del Cabildo grancanario, Antonio Morales, sobre que el 99% del agua residual vertida al mar en la isla está depurada, este profesor cuestiona dicho porcentaje, una cifra que "no se da en ningún país del mundo y menos en Canarias".

Igualmente, el Doctor en Ciencias del Mar en la ULPGC y experto en Química Marina, Aridane González, estima que ese porcentaje es "bastante elevado". "Es un número atrevido y arriesgado", manifestó el investigador postdoctoral del Instituto de Oceanografía y Cambio Global de la ULPGC, que coordinó la semana pasada coordinó la mesa de Contaminación Marina del Foro Océanos, organizado por la universidad grancanaria y la Sociedad Atlántica de Oceanógrafos.

González aseguró, no obstante, que "algunos vertidos no están autorizados porque a lo mejor tienen más caudal del que fue autorizado en su momento y no se le ha renovado el permiso aún, pero eso no quiere decir que las aguas que se

Compartir el artículo

stats