El Senado va a seguir aún por un tiempo indefinido sin abordar el debate sobre la situación de las comunidades autónomas y los desajustes territoriales en el conjunto del Estado. Aunque hace ya 12 años que no se celebra una sesión de ese tipo pese a que así lo establece el reglamento de la Cámara, el Gobierno central y el partido de la mayoría que lo sustenta consideran que no es el momento de entrar en esa dinámica en pleno desafío soberanista en Cataluña. En una lectura contraria a la que hace el resto de los grupos, el PP, en un giro de 180 grados respecto a lo que defendía en febrero pasado, ayer vetó una propuesta en este sentido de la senadora de Nueva Canarias, María José López Santana.
"Estoy absolutamente escandalizada con el PP, no entiendo que en esta casa no se cumpla la propia norma del Senado", afirmó la nacionalista canaria tras conocer que los populares habían rechazado su iniciativa en la Junta de Portavoces.
La senadora había solicitado por carta al presidente del Senado, Pío García Escudero, la celebración de ese debate. El asunto se llevó al órgano que decide el orden del día de los plenos y la mayoría del PP rechazó darle vía libre a la propuesta frente al apoyo del resto de los grupos. La Junta de Portavoces lo ha trasladado a la Mesa del Senado, que a su vez lo ha remitido a la mesa de la Comisión General de las Comunidades Autónomas, donde la mayoría absoluta del PP volverá a rechazarlo con total seguridad.
La actitud del PP ha sorprendido a los demás grupos dado que los conservadores habían apoyado en febrero una propuesta en sentido contrario. Entonces, el PP aceptó una enmienda de López a una moción propia en la que la senadora grancanaria solicitaba la celebración de este debate apelando a que la norma de funcionamiento de la Cámara así lo establece en su artículo 58.
Marcha atrás
"Se aprobó una moción que decía que se aplicara el reglamento que dice que se tiene que celebrar una vez al año en pleno un debate monográfico sobre el estado de las autonomías, y es taxativo" recalca la senadora. Según ella, con esta actitud, el PP "abre la puerta a que los demás senadores nos cuestionemos ahora si tenemos que cumplir las normas de la Cámara porque cuando el partido mayoritario las incumple y lo comunica abiertamente, nos genera dudas al resto".
López Santana asegura que con el veto a este debate "se le está lanzando un mensaje a la ciudadanía que lo que hacemos aquí no sirve para nada. Es preocupante, escandaloso y da la razón a los ciudadanos que dicen que hay que cerrar el Senado, que es un órgano fundamental para poner en evidencia los desequilibrios territoriales", recalcó.
El portavoz del PP, José Manuel Barreiro, ha justificado el rechazo al debate asegurando que su grupo no descarta convocarlo en otro momento pero tras una previa reforma del reglamento de la Cámara, "porque con el formato actual nunca tuvo buenos resultados en sus tres ediciones anteriores", las de las presidencias consecutivas de Felipe González (1994), José María Aznar (1997) y José Luis Rodríguez Zapatero (2005).
El rechazo del PP a este debate fue aprovechado por Josep Lluis Cleries, portavoz del PdCAT (integrado en el nuevo Grupo Parlamentario Nacionalista junto a los dos senadores de CC), para arremeter contra el Gobierno de Mariano Rajoy en relación con la convocatoria del referéndum ilegal del 1-O en Cataluña. Cleries respaldó el debate autonómico, que ve diferente a la Conferencia de Presidentes (a la que el president de la Generalitat no acudió cuando se celebró en enero pasado) y denunció el fracaso del Senado como cámara territorial y de diálogo mientras el Gobierno central mantiene un "estad de excepción" en Cataluña aplicando subrepticiamente el artículo 155 de la Constitución (que suspende distintas competencia a la comunidad autónoma) por el referéndum del 1-O. El exconvergente ha anunciado que si gana el "sí" a la independencia, los senadores del PdCAT tendrán que decidir si continúan o no ocupando sus escaños.
El portavoz del PP, por su lado, respondió al nacionalista catalán acusándole de actitud "hipócrita" por respaldar la celebración del debate cuando el propio Puigdemont, además de no acudir a la Conferencia de Presidentes, se negó a comparecer en la Comisión General de Comunidades Autónomas, a la que fue invitado, para explicar el referéndum independentista.
