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"La situación en Cataluña es extrema, hace tiempo que sentimos miedo"

Marco Hulsewé, financiero holandés de madre española, establecido en Barcelona, relata la fractura social y las consecuencias del nacionalismo

"La situación en Cataluña es extrema, hace tiempo que sentimos miedo"

"Todo esto ha crecido poco a poco, pasito a pasito; fue algo muy paulatino, a lo largo de los años. Cada vez un poquito más, otro poquito más. Llevo 22 años en Barcelona, aprendí catalán como sexto idioma... fui políticamente correcto. Pero fue a partir de 2012 cuando me di cuenta de que me estaba autocensurando y me empecé a sentir incómodo. Hace tiempo que sentimos miedo, pero es hora de romper con el silencio, porque la situación es muy extrema. Y ya hay muchos que no se atrevían a hablar y que están saliendo del armario. Yo quiero aportar mi granito de arena y creo que contando mi historia puedo ayudar".

Marco Hulsewé, de padre holandés y madre española, llegó a Barcelona en 1995 y creyó que ése era su sitio: una ciudad muy europeizada, con alto nivel cultural y empresarial, abierta al mundo, en definitiva. Se casó y tuvo tres hijas. "Si me cuentan hace seis meses que íbamos a estar así, no lo hubiera creído. Todo esto es muy desagradable y provoca que después de 22 años te sientas un invitado".

Este ejecutivo asegura que "la situación en Cataluña es muy extrema. Hace mucho tiempo que sentimos miedo, porque ellos han ido avanzando". La primera señal de alarma, cuando Hulsewé se dio cuenta de que algo grave se estaba gestando, fue cuando sus tres hijas llegaron a la guardería y, sobre todo, al colegio.

"La gente dice que evidentemente la lengua vehicular es el catalán. Les da igual que haya una sentencia del Tribunal Supremo que establezca que como mínimo el 25 por ciento de las asignaturas troncales deban ser en castellano. Se incumple la ley reiteradamente y no pasa nada. El principio es: si lo que dice la ley no nos gusta, se incumple y ya está, porque no pasa nada".

Marco Hulsewé compara la situación en Cataluña con Bruselas (Bélgica), donde el ciudadano puede elegir entre el neerlandés y el francés en las escuelas.

"Lo más grave es que aquí puedes elegir entre la escuela alemana, la francesa, la japonesa.... pero no existe el español. Eso es muy grave y se ha permitido".

Este holandés de raíces españolas ha conseguido con mucho esfuerzo levantar una empresa de finanzas corporativas. Sus clientes son cada vez más internacionales. Muy pocos son catalanes.

"El dinero inversor es muy miedoso. Cuando empezó todo esto en serio, el 6 de septiembre, fue la primera vez que constaté que había decisiones pendientes que no se iban a tomar. Un cliente que iba a invertir en Barcelona se echó atrás y canceló la operación. Un fondo de inversión vasco que iba a invertir, ha paralizado todo. Hay incluso clientes que utilizan direcciones que no quieren que sean de Cataluña. No quieren que aparezca Barcelona en ningún lado", asegura.

Los anuncios de Banco Sabadell y Caixabank de cambiar su sede social, igual que han hecho otras muchas empresas, son una señal inequívoca de la gravedad de la situación. "La pregunta es sencilla: ¿Qué saben ellos que yo no sé para tomar una decisión de ese calibre? Los bancos tienen un efecto arrastre claro. Y esto puede ser solo el principio", asegura Hulsewé antes de recordar que "Artur Mas dijo que las entidades financieras nunca se irían de Cataluña. Pues ya se han ido".

Pero si la situación económica es dura, la fractura social ha alcanzado "extremos insoportables. Una parte de la población está exultante y el resto estamos con el miedo en el cuerpo. Hace tiempo que la legislación no se cumple y no pasa nada. Hacía mucho tiempo que sentíamos la ausencia del Estado. El discurso del Rey fue un alivio para muchas personas en Cataluña, porque habló rotundo y de forma clara. Y ha generado una enorme expectación, asegura este financiero.

¿Y el de Puigdemont? "Que le quiten lo bailado. Mientras suene la música seguirá bailando. Han vendido durante años una moto, con una enorme publicidad y la gente está en esa burbuja. Ahora no aceptarán que ellos mismos digan lo contrario. Los nacionalismos no son de izquierda ni de derecha, son excluyentes y siempre son los otros los que tienen la culpa de todo", razona Hulsewé.

En su opinión, aquella Cataluña avanzada, próspera, culta, europeizada, ha ido desapareciendo de la mano del nacionalismo exacerbado. "El índice de competitividad de las regiones europeas sitúa a Cataluña en la zona más baja de la tabla, a la altura de regiones del sur de Italia.

El informe Pisa coloca el nivel educativo por detrás de Portugal. Esto son sólo algunos ejemplos que se ocultan, porque Cataluña está en clara decadencia. El nacionalismo trae el provincianismo y al final esa decadencia".

Marco Hulsewé ha vivido y trabajado en varios países, entre ellos Alemania y Croacia. Y por su trabajo sigue con atención lo que ocurre con el Reino Unido y el Brexit. "Vendieron que era la panacea, y ahora ven que todo era un bulo, que va a ser un desastre económico. Y ahora ¿cómo dan marcha atrás? Pues en Cataluña están tan ciegos que no ven el ejemplo".

Este holandés se ha planteado abandonar Cataluña, aunque ahora quiere atisbar una luz de esperanza. "Vamos a esperar, a ver si hay un cambio de rumbo y vuelve la normalidad", augura.

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