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¿Nos tiene en cuenta la DUI?

"Los pueblos de la Península Ibérica" es la única mención de las otras regiones del país en una declaración que 'olvida' al Archipiélago

¿Nos tiene en cuenta la DUI? REUTERS

"Catalunya restaura hoy su plena soberanía [...] tras décadas de intentar [...] la convivencia institucional con los pueblos de la Península Ibérica". Esta mención de la Península Ibérica -escrita en minúsculas en el cuarto párrafo- es toda la referencia que hay de los restantes territorios del país en la pseudo declaración de independencia aprobada e inmediatamente suspendida por el Parlament este pasado martes, con los añadidos, eso sí, de una alusión a la región euromediterránea y de varias apelaciones a "los pueblos del mundo".

La literalidad de la declaración unilateral de independencia (DUI) excluye así a Canarias, región de raigambre ibérica pero que obviamente no forma parte de la Península. Una exclusión que, con independencia de su carácter más o menos anecdótico, es equivalente a la atención que el independentismo o secesionismo catalán presta al Archipiélago: escasa cuando no ninguna. De hecho, el interés de los independentistas de la comunidad del noreste peninsular no es tanto por los otros territorios del Estado como por los movimientos nacionalistas análogos que han surgido o puedan surgir en esos otros territorios del país. Y, sin embargo, ni siquiera el nacionalismo o las distintas formas de nacionalismo independentista con origen en las Islas han sido especialmente tenidos en cuenta por el secesionismo catalán, para el que, de algún modo, sus correligionarios canarios juegan en una segunda división.

Antonio Francisco Canales Serrano, profesor de la Universidad de La Laguna (ULL) y experto en Historia Regional y nacionalismos, explica que, efectivamente, para lo más que ha podido serle útil el nacionalismo canario a los independentistas catalanes es para ayudar a engordar la idea de que no hay una España más allá del Estado. Una contribución a la causa que, en cualquier caso, no es ni remotamente comparable, por su menor capacidad para sacudir el edificio estatal, con la que pudieran hacer a su objetivo secesionista los nacionalismos vasco y gallego. De modo que si ni siquiera quienes desde el Archipiélago comparten sus ideas son especialmente apreciados, Canarias queda reducida a ese pueblo "cariñoso y divertido", apunta el profesor de la alma mater lagunera. Así pues, ni aun cuando no fuera anecdótico podría sorprender que la DUI haya olvidado que Cataluña también lleva décadas conviviendo con un archipiélago atlántico.

"La idea es que todo aquel que reconozca que no es español merece reconocimiento porque contribuye a la idea de que hay pueblos y no una España como nación, sino únicamente como Estado", expone Canales Serrano, que agrega: "Así que sí, claro, los nacionalistas canarios son estupendos y, además, añaden ese puntillo colonial, pero hasta ahí". En realidad, la DUI resulta así una evidencia no pretendida de que Canarias ni está ni ha estado en el imaginario social del separatismo catalán, y ni lo está ni lo ha estado porque, de hecho, ni tan siquiera lo han estado los movimientos independentistas con raíz en las Islas más que de forma residual.

"El nacionalismo canario nunca ha estado engarzado con los nacionalismos peninsulares", insiste el experto, que hace hincapié en cómo tradicionalmente han sido representantes del independentismo catalán, vasco y gallego los que han escenificado las amenazas a España y los que se han fotografiado juntos.

Hay que puntualizar que tampoco Baleares es territorio peninsular, pero como precisa Canales Serrano, el archipiélago mediterráneo es parte de los anhelados Països Catalans que pariera el intelectual valenciano Joan Fuster, con lo que su aparente ausencia en el tenor literal de la DUI no es tal.

Claro que una cosa son las concepciones y los idearios, de facto restrictivos en el caso del imaginario independentista, y otras las relaciones socioeconómicas y también culturales, que han sido y siguen siendo "muchísimas", tal como recuerda la doctora y profesora Teresa Noreña. Noreña explica que, desde el siglo XV -el siglo de la conquista-, Canarias es también un pueblo ibérico y que, desde esa premisa, las relaciones con Cataluña siempre fueron, han sido y serán unas relaciones "estrechas, muy fuertes".

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