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Pleno del Parlamento regional Nuevos retos

La reforma electoral obliga a obras en el Parlamento para los nuevos diputados

La transformación de la sede de la Cámara sería más profunda si aumentasen los parlamentarios en más de 70

La diputada Patricia Hernández sale del salón de plenos, el pasado martes. CARSTEN W. LAURITSEN

La sede del Parlamento de Canarias va camino de una importante transformación de sus instalaciones ante el previsible aumento de los diputados por la reforma del sistema electoral. La propia presidenta de la Cámara, Carolina Darias, admitió ayer que la institución ya trabaja en este escenario para la próxima legislatura ya que, en función del número de escaños que se decida incrementar, las obras tendrán que ser de mayor o menor enjundia. "Derribar tabiques me gusta bien poco", precisó Darias.

Desde que se creó el Parlamento autonómico, con el Estatuto de Autonomía de 1982, la Cámara ha estado compuesta por 60 diputados, a mitad de camino entre el mínimo de 50 y el máximo de 70 que permite el texto estatutario. De esta forma, el hemiciclo y el resto de salones de la Cámara donde se reúnen la comisiones y las oficinas que ocupan los grupos parlamentarios se han adecuado en estas tres décadas a este número de escaños.

Las obras y transformaciones que ha sufrido la sede de la Cámara hasta ahora han sido para modernizar y reformar el inmueble pero nunca para acoger a más diputados y todo lo que ello conlleva, es decir, asesores, personal administrativo, asistentes, etcétera. Y este escenario inédito en la historia autonómica se acerca cada vez más si sus señorías deciden que la reforma electoral pasa por incrementar el número de parlamentarias para que las islas no capitalinas no pierdan sus escaños actuales y ganen las capitalinas, para así mejorar la exigua proporcionalidad actual.

Fuentes parlamentarias confirman que si la ampliación de diputados llega a los 69 o 70 diputados las obras serían menores ya que se tendría que remodelar el hemiciclo para adaptarlo ampliando las bancadas de los grupos políticos. Otra cosa sería superar esta cifra y llegar a los 75 diputados como defienden algunos de los grupos parlamentarios, escenario que sí implicaría una transformación más importante de la sede de la Cámara, ya de por sí bastante ajustada de espacio.

La propia Carolina Darias señaló que dependiendo del número final que se decida, quizás que-pan en el actual hemiciclo, aunque no se descarta que haya que acometer obras. "Derribar tabiques me gusta bien poco", señaló aunque es un aspecto que ya se está contemplando por los servicios de la Cámara.

Al gasto en obras hay que sumar el incremento de los fondos para los salarios y dietas de los parlamentarios y su personal.

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