A sus 48 años -treinta de ellos en la Guardia Civil, la mitad sirviendo en Canarias- el capitán Antonio Fresneda recibió la Cruz del Mérito de la Guardia Civil con Distintivo Blanco por pasar tres meses y medio del año pasado en el Centro de Recepción de Inmigrantes de Moria, de la isla griega de Lesbos. Fue en el peor momento de la crisis humanitaria, cuando se recibía "una media de mil inmigrantes diarios", tal y como recuerda. Todo ese tiempo fue el que pasó alejado de su mujer y su hijo. "Son los que soportan mis ausencias", destacó Fresneda, y por eso quiso que fueran ellos los que recibieran el primer agradecimiento.

También hizo partícipes a sus mandos -"de Canarias y de la Jefatura Fiscal y Fronteras de Madrid", detalló- por escogerle para participar en aquella operación Poseidón apoyando a la policía griega y coordinando el despliegue de expertos europeos.

"Seguramente es duro para ellos", reconoció sobre el tiempo que pasa alejado del hogar familiar, si bien esa separación por motivos profesionales también se vio atenuada por la recompensa que recogió ayer el actual director accidental del Centro de Coordinación Regional de Canarias. "Están orgullosos, claro", señaló el condecorado, que no quiso dejar pasar la ocasión de enviar todo su "apoyo" a los compañeros desplegados en la actualidad en Cataluña.