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Entrevista a Alfonso Soriano Benítez de Lugo

"Si Cataluña logra la independencia luego invadirán Valencia y Baleares"

"El conflicto independentista catalán es fruto de politicuchos mediocres sin sentido de Estado", critica el exdiputado nacional del PP

Alfonso Soriano Benítez de Lugo antes de la entrevista. DELIA PADRÓN

Fue diputado al Congreso en cinco legislaturas, además de senador, ¿cómo ve la situación en Cataluña? ¿El enfrentamiento institucional era inevitable?

Si se han dado las circunstancias que se han dado tenía que terminar como muchos preveíamos, pero, sin duda alguna, los que estuvimos en la Transición creemos que la situación actual es fruto de unos políticos mediocres, sin formación alguna y sin sentido de Estado. A diferencia de la Transición, donde había grandes personajes que tenían sentido de Estado y pudieron llegar a acuerdos, los políticos de hoy sólo piensan en las próximas elecciones. Así todo tiene que suceder como está sucediendo, porque lo que está ocurriendo en Cataluña es un golpe de Estado anunciado, mientras que los golpes de Estado de los siglos XIX y XX en España fueron sorpresivos, pero éste es el primer golpe de Estado que llevan cinco años con el famoso proceso anunciándolo sin que nadie haga absolutamente nada. Es más, las instituciones del Estado, como la Corona, son expuestas al vituperio en Cataluña.

¿Ha faltado altura de miras?

Aquí no hay hombres de Estado. Todos los políticos de la Transición eran personalidades en la vida civil, desde el PSOE al Partido Comunista, pasando por el PP, todos eran grandes personas que habían acreditado en la vida civil su capacitación. Hoy son politicuchos que vienen a vivir de la política, no les interesa el Estado, sino las próximas elecciones.

El PSOE ha anunciado un pacto con el Gobierno para convocar elecciones en Cataluña en enero, ¿es la mejor salida a este conflicto?

Esta situación tiene una salida si hay personas con ideas claras de lo que es un estado moderno. El PSOE es el menos indicado porque no conoce la historia. El PSOE propugna en el seno del Congreso de los Diputados una comisión para modificar la Constitución, creen que modificando la Constitución se puede arreglar todo. Pero el PSOE es el que debería estar más escaldado de los nacionalismos. Juan Negrín dijo en plena guerra que no estaba haciendo la guerra contra Franco para que retoñase en Barcelona un separatismo estúpido y pueblerino, ante lo que consideró una abierta deslealtad de la Generalitat hacia la República. Azaña llegó a decir que no se fiaba del nacionalismo catalán por las escandalosas pruebas de insolidaridad y chantaje con el gobierno de la República. Sánchez Román decía que autonomía sí, pero soberanía compartida no. Indalecio Prieto llegó a afirmar que la actitud de los republicanos catalanes constituía un acto de deslealtad. Toda la historia del socialismo es el enfrentamiento con los nacionalismos. Prieto afirmó que el separatismo sería el suicidio por asfixia, y los pueblos no se suicidan. Por eso cuando oigo a Pedro Sánchez decir que hay que modificar la Constitución para crear un Estado federal... ¿Pero en qué consiste ese Estado federal? Lo que ya tenemos es un estado federal, que me digan las diferencias. Las comunidades autónomas tienen más competencias que los Länder alemanes, que es un estado federal. ¿Qué quieren los catalanes? ¿Que el Ejército dependa de la Generalitat y controlar la Administración de Justicia? Ésas son las pocas competencias residuales que le quedan al Estado.

La Constitución ya tiene casi 40 años, ¿habría que retocarla?

La Constitución de Estados Unidos tiene más de dos siglos y se ha retocado diez o doce veces en cosas muy puntuales. Yo parto de la base de que si cada generación tiene que tener su Constitución pues nos vamos al siglo XIX, en el que hubo ocho o diez constituciones. Hay aspectos de la Constitución que se pueden modificar, pero primero se tienen que poner de acuerdo PSOE y PP en qué es lo que van a cambiar porque no se va a abrir una caja de Pandora. Los sectores revolucionarios que quieren cargarse la Constitución, léase PDeCAT y Podemos, esa gente no se conforma con nada, no admiten pequeñas variaciones, se cargarán la Constitución de 1978 y tendremos un proceso revolucionario, que es a lo que conducen todas estas situaciones para cualquiera que conozca la historia.

¿Cómo solventar el desafío catalán?

La tragedia está en que esto es un proceso que lleva cinco años sin que el Estado haya reaccionado. El Estado ha estado improvisando hasta el punto de que los diplomáticos españoles, que están destinados en el exterior reconocen que están alarmados ante la difusión de mensajes falsos por parte de los separatistas, que presentan a Raül Romeva como consejero de Asuntos Exteriores de la Generalitat. Los diplomáticos se quejan de que no hay reacción ni respuesta del Gobierno español. Los nacionalistas están socavando la imagen de España como país corrupto, sin libertades ni división de poderes, cosa que es mentira, pero ocultan la corrupción que tienen ellos con Jordi Pujol. Ya nadie se acuerda de la corrupción de Pujol, que están todos los hijos imputados. Como el Gobierno central ha ido reculando, los independentistas no se van a satisfacer con nada, lo único que quieren es la independencia. ¿Qué diálogo cabe con unas personas que lo único que quieren es la independencia? Además, el día que tengan la independencia, si es que la llegan a tener, no se paran ahí, invadirán Valencia y Baleares para conseguir la gran Cataluña, los países catalanes, y si los dejan llegan a Italia, a lo que era territorio de la Corona de Aragón en Italia. El independentismo catalán es insaciable, pero los políticos actuales no lo saben porque no han leído, no están instruidos. Me sublevo porque hablo con los socialistas de la Transición, que tengo muchos amigos y que son personas instruidas, y están asombrados porque el PSOE actual debería haber tomado nota de su experiencia con el nacionalismo vasco y catalán de la República y la Guerra Civil.

¿El PP se ha equivocado al intentar esquivar el problema o no contrarrestar el discurso independendentista en Cataluña?

No ha habido una réplica ni una defensa del Estado español. Para empezar nadie conoce quiénes son los delegados del Gobierno en Cataluña. Son personas anodinas, políticos de quinta fila y en ausencia del auténtico representante del Estado, que es el presidente de la Generalitat, tenía que haber habido un delegado del Gobierno con mucha categoría. Adolfo Suárez mandó delegado del Gobierno en el País Vasco a Marcelino Oreja después de haber sido ministro de Asuntos Exteriores, una persona de primera calidad, y mandó a Cataluña a Rodolfo Martín Villa, que fue el que negoció con Tarradellas. Yo reto a recordar el nombre de un delegado del Gobierno en Cataluña en los últimos años. Ahora está un tal Millo, que procede de Convergència i Unió y no sé lo que hace porque el Estado ha ido echándose para atrás. Nunca he sentido más vergüenza que al ver a la Guardia Civil echada de hoteles, porque ni siquiera había cuarteles para recogerles o teniendo que malvivir en un barco atracado en puerto. Eso es una ignominia para cualquiera que se sienta español. Y luego se nombra a un coronel de la Guardia Civil para coordinar aquello y los Mossos hicieron lo que quisieron y ese coronel no ha dado ninguna explicación.

Hay quien cree que al Partido Popular le ha interesado en parte el conflicto catalán.

No, lo niego categóricamente. Ahora bien, el PP ha abandonado la educación en Cataluña. Ciudadanos llevó estos días una moción al Congreso proponiendo algo tan sencillo como evitar en Cataluña el adoctrinamiento nacionalista y el odio en las escuelas, proponiendo fortalecer la inspección. Una cosa tan evidente como ésa para inspeccionar de oficio los centros educativos para comprobar los contenidos curriculares, toda la izquierda y nacionalistas votaron en contra y el PP se abstuvo. Han abandonado la educación. De acuerdo con la Constitución, corresponde al Estado la Alta Inspección Educativa, pero esa Alta Inspección no tiene ni inspectores. La inspección de servicio está constituida por ocho inspectores, que ha nombrado la Generalitat y la inmensa mayoría son interinos. ¿Cómo se puede tolerar por el Estado que la educación quede en manos del nacionalismo? Se han abandonado por parte del Estado cosas fundamentales que hay que recuperar, como la educación y el orden público. Desde que José María Aznar cedió las competencias de la Guardia Civil a los Mossos en las carreteras acabó con la Guardia Civil en Cataluña. Tanto al PSOE como al PP lo único que les ha preocupado es el Gobierno de Madrid y han pactado con Pujol cuando no tenían mayoría absoluta a cambio de cederle todo lo habido y por haber.

¿De aquellos polvos vienen estos lodos?

Sí, cedimos a los catalanes todo. Todo lo que Pujol le pedía a Felipe González y luego a Aznar. Los lodos de ahora vienen de esos barros y aquí no se hace nada.

El Gobierno central remitirá este sábado al Senado las medidas del artículo 155 de la Constitución para intervenir Cataluña, ¿qué opinión le merece?

Ésta es una vía constitucional que hubo que adoptar desde el principio. Yo creo que ya es tarde. El problema está en que en política cuando se pasa de rosca se puede llegar tarde. La historia nos dice que ha habido revoluciones que, atajadas desde el primer momento, no hubieran prosperado, pero cuando el poder es débil los catalanes siempre se han aprovechado del poder débil. En el año 1934 hubo dos intentos de proclamar lo que ahora. En 1934 cuando el entonces presidente de la Generalitat de Cataluña, Lluís Companys, proclamó la independencia del estado catalán dentro de la República española, la República reaccionó declarando el Estado de Guerra en toda España y encargó al general Batet que resolviera la situación. Batet mandó soldados y los independentistas salieron todos corriendo. Hasta el consejero de Gobernación de la Generalitat Josep Dencás, huyó por las alcantarillas. Estos a la primera prueba de fuerza desaparecen.

Pero ahora las cosas son diferentes , no se puede llevar a cabo una medida de esa naturaleza.

Hay un Estado débil, un partido que lo sustenta que no tiene mayoría absoluta y hay un PSOE que no tiene las ideas claras y no sabe historia ni conoce la historia de Cataluña y los nacionalismos. Con todos esos ingredientes nos encontramos con una pataleta que tenemos que sufrir todos los españoles, porque la economía de este país ya estaba recuperándose y esto le ha dado un hachazo tremendo: el Producto Interior Bruto está bajando, la Bolsa bajando, todos los parámetros económicos están bajando.

Los independentistas avisan de que a partir de este sábado podrán declarar la secesión, ¿le inquieta?

No hay un Estado fuerte y se aprovechan. La declaración de Companys en 1934 coincidió con la revolución de Asturias cuando creían que el Estado estaba en Asturias. Un estado democrático se caracteriza por ser un estado fuerte.

La extrema derecha se asoma al conflicto independentista. Se suceden los altercados protagonizados por grupos de ultras.

Esto es lo malo. La extrema derecha en España tiene muy poca fuerza, quedamos vacunados en la época de Franco de extrema derecha. Como consecuencia del desastre de los partidos, que se han convertido en agencias de colocación para enchufar a la gente, surgen los extremismos y esto irá a más porque los partidos políticos actuales, que son la esencia de la democracia, no dan la talla.

El Gobierno catalán y los independentistas han tratado de internacionalizar el conflicto.

No lo han conseguido, pero tampoco ha habido una reacción fulminante por parte del Estado. El otro día oí al diplomático Fernando Arias Salgado quejarse amargamente de que España ha tolerado las delegaciones de la Generalitat en los países extranjeros. Eso se hubiera evitado con darle instrucciones a los embajadores de esos países para decir a los gobiernos que eso no se podía tolerar y se podía haber acabado la situación con una gestión diplomática fuerte.

Estos días los líderes europeos han expresado su apoyo a la unidad de España, ¿un cortafuegos para los separatistas?

La Unión Europea no puede permitir esto, aunque haya algún país como Letonia que está apoyando a los independentistas. Los países fuertes de la Unión Europea no puede admitirlo porque, de hacerlo, al día siguiente los franceses tendrían el problema en Córcega. Los independentistas son retrógrados porque mientras el mundo camina hacia la conformación de grandes países, estos quieren volver a la Europa de hace muchos siglos. Alemania hasta hace sigo y medio eran doce estados independientes. Y en Italia hasta hace más de un siglo eran varios estados independientes. El nacionalismo representa hoy en día volver a la época de la tribu. El nacionalismo en el siglo XX produjo dos guerras mundiales, trajo al fascismo en Italia y en Alemania y esas cosas deben saberlas los políticos actuales. El nacionalismo es el germen de la desunión del país.

¿Qué se debe hacer enton- ces para encauzar el conflicto catalán?

Llevan cinco años mareando la perdiz sin saber qué hacer, porque no saben qué hacer. Un hombre de Estado tiene en la cabeza lo que va a hacer en beneficio de todo el país. Cánovas del Castillo cuando la restauración monárquica a finales del siglo XIX tenía las ideas claras; y el propio Adolfo Suárez, que era un hombre de Estado, él estaba en la causa legítima de traer las libertades, hacer una Constitución y reconciliar a los españoles y no ha durado ni 40 años. El problema es que los políticos de hoy se creen que todo se resuelve con dinero, hasta el ministro de Economía dijo a los catalanes que si abandonaban sus tesis independentistas les daba más dinero. No tienen ni idea de lo que es el nacionalismo. Al nacionalismo se le combate con una réplica. Hasta ahora el único que le ha hecho una réplica perfecta al nacionalismo catalán ha sido el socialista Josep Borrell que con las balanzas fiscales hizo un estudio perfecto demostrando que es mentira el discurso catalán de "España nos roba". ¿Por qué no ha hecho ese informe el Gobierno español? El futuro lo veo muy mal. Hace falta una regeneración de los partidos, con nuevos políticos que no dependan de la política para vivir. Actualmente, los partidos son víctimas de mediocridades y de luchas internas. Veo incompetencia, incultura y falta de decisiones. Lo que diferencia al estadista del político actual es que el estadista se anticipa a los problemas, mientras que el político actual va a remolque de los problemas. La burguesía catalana está recibiendo la medicina que se merece, están ahora asustados. Los antiguos votantes de Convergència, que era la burguesía catalana que ha estado apoyando a los independentistas, en este momento están muertos de miedo. Las empresas catalanas se van ahora, pero antes estaban calladas. Cuando han visto las orejas al lobo es cuando han empezado a irse.

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