El Memorial de agravios ( Memorial de greuges en catalán) fueron las reclamaciones que enviaron diversos grupos catalanistas al rey Alfonso XII en 1885. Su defensa del proteccionismo y del derecho civil catalán se considera la primera plasmación política del catalanismo político, aunque sus autores estaban lejos de propugnar la secesión. "No tenemos, Señor, la pretensión de debilitar, ni mucho menos atacar la gloriosa unidad de la patria española -precisaban-; antes por el contrario, deseamos fortificarla y consolidarla". Hoy, en cambio, para proclamar la secesión, los firmantes de la declaración de independencia del pasado día 10 aducen, entre otros agravios, "una discriminación lingüística y cultural" que sitúan no ya en la dictadura franquista, sino en el actual periodo democrático.

Cualquier observador extranjero mal informado podría pensar que la cultura catalana ha estado proscrita o marginada en estas cuatro décadas. Nada más lejos de la realidad. El peso de la cultura producida en Cataluña no solo es proporcional a su importancia política y demográfica. Es la segunda comunidad en población y supone casi la quinta parte de la economía española.

Pocas manifestaciones culturales son tan populares desde la segunda mitad del siglo pasado como el pop. Los barceloneses Manel se convirtieron en 2011 en el primer grupo en catalán que llega al número 1 de la lista oficial de ventas. Lo lograron con su segundo álbum, 10 milles per veure una bona armadura. Anteriormente lo habían conseguido los cantautores Joan Manuel Serrat (1974 y 1996) y Lluís Llach (1976 y 1977), que hoy representan posiciones encontradas por sus opiniones sobre el procés catalán.

El éxito de Manel en toda España -incluida Galicia y Madrid, donde colgaron el cartel de no hay entradas y tuvieron que dar un segundo recital- estuvo precedido por el de Antònia Font (1997-2013), grupo mallorquín catalanohablante muy apreciado por la audiencia indie. También Albert Pla y, más recientemente, Silvia Pérez Cruz han triunfado en toda España.

Más allá de los grupos como Sopa de Cabra y Sau, representantes de un movimiento subvencionado por la Generalitat y que apenas tiene seguimiento fuera de Cataluña, son decenas los grupos y solistas que han copado listas de éxitos y festivales como Love of Lesbian, Sidonie, Dorian y Delafé.

Lista interminable

Dentro de la corriente principal del pop y el rock, toda España ha coreado las canciones de los catalanes Loquillo, Kiko Veneno, Manolo García -y antes, su grupo El último de la fila, con Quimi Portet-, Sergio Dalma -nombre artístico del cantante de Sabadell Josep Sergi Capdevila-, Antonio Orozco, Mónica Naranjo y Miguel Poveda. Son solo algunos nombres de una lista interminable.

De la importancia que tiene Cataluña en la cultura española da idea también el hecho de que la gran mayoría de los grupos de rock internacionales circunscriban sus giras españolas únicamente a Madrid y Barcelona. Más aún, durante muchos años el Palau Sant Jordi, construido con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992, con capacidad para 17.000 personas, fue un recinto sin competencia en el resto de España, por lo que monopolizó buen número de giras en pabellones. Y en el anillo olímpico de Montjuic han actuado recientemente en exclusiva en toda la península U2 y Rolling Stones. Quien ha querido ver a ambos en España ha tenido que viajar a Barcelona.

Barcelona es también una capital festivalera a la que acuden miles de espectadores del resto de España a ver el Primavera Sound, el Sónar, la feria Ficomic o el Festival de Sitges. En cuanto al cine, resulta significativo que una película rodada en catalán haya sido propuesta este año por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España como candidata al Óscar a la mejor película en lengua extranjera. Es el caso de Verano 1993, dirigida por la cineasta catalana Carla Simón. No se trata de un hecho aislado. Hace siete años, Pan negro ( Pa negre), una película ambientada en la Cataluña rural de la posguerra y también rodada en catalán, fue preseleccionada, en su caso para los Óscar de 2012, aunque quedó eliminada.

La lista de cineastas catalanes que han triunfado en las taquillas de toda España es muy extensa, y en ella habría que incluir, entre otros, a Juan Antonio Bayona ( El orfanato, Lo imposible), Jaume Balagueró ( Darkness y la saga REC), Ventura Pons ( Amor idiota), Isabel Coixet ( La vida secreta de las palabras) y el ya fallecido Bigas Luna ( Jamón, jamón).

Los medios de comunicación constituyen un buen barómetro para conocer de qué forma se perciben y aceptan los habitantes de una comunidad autónoma. Resulta difícil encontrar un comunicador con un pronunciado acento gallego, pero las pantallas y las ondas están repletas de periodistas y presentadores de Cataluña. Desde el polifacético Andreu Buenafuente al eterno Jordi Hurtado, pasando por Javier Sardá, Mercedes Milá, Ángel Casas, Julia Otero -catalana de origen gallego-, Constantino Romero, Ángels Barceló, Carles Francino o Gemma Nierga.

Mucho antes de la era de los monologuistas fue inmensamente popular en la España de los años 80 y 90 Eugenio Jofra, más conocido como Eugenio, humorista barcelonés que figuró entre los más famosos de España. Tan célebre como su camisa negra, su gesto serio y su cigarrillo era su acusado acento catalán y la frase, en ese mismo idioma, con la que comenzaba sus chistes: "El saben aquell que diu...?".

En el mundo de la escena ha sido también importantísima la presencia catalana, tanto en sus manifestaciones más vanguardistas -La Fura dels Baus-, como en las más populares -Els Joglars del exiliado Albert Boadella y el trío humorístico El Tricicle. Actores como Adolfo Marsillach, Núria Espert, Juanjo Puigcorbé -ahora en las filas de Esquerra Republicana de Catalunya-, Josep María Pou, Rosa María Sardá y Mónica Randall figuran entre los intérpretes mejor considerados.

Catalanes han sido tres de los pintores españoles más importantes y cotizados del siglo XX: Salvador Dalí, Joan Miró y Antoni Tàpies.

Y qué decir de la literatura escrita en Cataluña. Barcelona, pese al cambio de sede social de Planeta, se mantiene como la capital editorial de España, y los escritores catalanes han estado entre los de mayor éxito en estos 40 años de democracia: Manuel Vázquez Montalbán, Ana María Matute, Terenci Moix, Rosa Regàs, Eduardo Mendoza, Juan Marsé, Pere Gimferrer, Ildefonso Falcones, Carlos Ruiz Zafón, Albert Sánchez Piñol... Y no es cierto el mito de que la literatura en catalán estuviese totalmente proscrita durante el franquismo. Pero eso sería materia para otro reportaje.