¿No le han dado ganas de tirar la toalla?

No, porque tengo un compromiso de lealtad con el proyecto. Crecí con la Televisión Canaria. No soy de las personas que se rinden a la primera. Son momentos duros, pero hay algo importante que está por encima de la dureza de una situación, que es la lealtad con un proyecto y con los trabajadores.

¿Por eso no ha presentado su dimisión, pese a que se lo han exigido en varias ocasiones?

No tengo motivos para presentar mi dimisión. Llevo trabajando dos años y ocho meses en este proyecto y creo que las cosas se están haciendo con rigor, transparencia y mucha limpieza. La dimisión la presentas cuando te has hartado de una historia, cuando crees que no estás haciendo las cosas bien o has fracasado, pero yo no tengo ninguno de esos sentimientos.

¿Esperaba tanta presión al asumir el puesto?

Esperaba presión, pero está siendo más duro de lo previsto, sobre todo porque se han cruzado líneas rojas que no deberían cruzarse.

¿Cuáles?

Las líneas rojas de lo personal. Cuando ya te afecta a ti como persona o cuando tu familia tiene que ver cómo se endurece la crítica hasta tal punto que ya no es crítica sino destrucción. Eso es muy duro. En mi cargo asumo la crítica, pero no puedo asumir las humillaciones.

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