A las 12.30 horas abandonaba ayer el palacio de justicia de La Laguna Roberto Mesa, el activista tinerfeño detenido el jueves a las 8:00 en su casa de Barrio Nuevo, La Laguna. Tras pasar la noche en los calabozos de la comisaría de la Policía Nacional y una breve declaración ayer ante el juez, Mesa quedaba en libertad con un cargo. Se le investiga por un presunto delito de incitación al odio contra la Corona, las instituciones españolas y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

Nada más abandonar los juzgados, el joven era abrazado por algunas de las personas -medio centenar- que lo esperaban desde la mañana en la lagunera plaza del Adelantado y que clamaban por su libertad. Una de esas personas fue su hermana, Sara, que ha ejercido de portavoz durante estos dos días ante los medios de comunicación. Entre abrazos y algunas lágrimas, ondeaban varias banderas -de las siete estrellas verdes, una estelada y otra republicana- y un megáfono animaba los cánticos: "Yo también me cago en el Rey...".

Mesa, en chándal y cholas, rehusó hacer declaraciones. El jueves se había anunciado que la investigación la dirigía el Juzgado de Instrucción número 5 de Santa Cruz de Tenerife, a donde se le tenía previsto llevar ayer por la mañana. Pero, finalmente, declaró -durante no más de 20 minutos- ante el juez César Romero Pamparacuatro, titular del Juzgado de Instrucción número 1 de La Laguna.

Con su libertad provisional bajo el brazo solo tiene una obligación: presentarse ante la autoridad judicial cuando le sea requerido. Asimismo, el juez devolvió las diligencias al Número 5 de Santa Cruz, que es el que inició una investigación declarada secreta, informó el TSJC.

La Policía Nacional ha remitido a la Justicia un conjunto de comentarios realizados por Roberto Mesa a través de su perfil de Facebook -le siguen 185 personas-, desde septiembre de 2017 hasta la actualidad, que considera injuriosos hacia la corona española, instituciones públicas -como el Gobierno nacional- y los cuerpos de seguridad del Estado. No solo mandó a la corona "a los tiburones". También llamó "ladrón", "vividor" y "asesino" a Felipe VI, así como "terroristas", "asesinos" y "torturadores" a policías nacionales y guardias civiles. A estos últimos les deseó la "muerte" en un comentario de septiembre de 2017. Exactamente escribió: "Muerte a España. Muerte a la Guardia Civil".

Tras su salida de comisaría varios cargos públicos de Podemos reclamaron el archivo de la causa. Entre ellos las diputadas nacionales Meri Pita y Carmen Valido, y las regionales Conchi Monzón, Natividad Arnáiz o Francisco Déniz.