La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El taekwondo tiene acento canario

El medallero de Rosanna Simón cuenta con oros de Mundiales, Europeos y torneos nacionales

El taekwondo tiene acento canario

Rosanna Simón lleva más de media vida subida a un tatami con la mirada fija en los ojos de una oponente. Lleva 17 años dedicados a su pasión, el taekwondo. El Gobierno de Canarias destaca a la deportista con una Medalla de Oro, pero esta vez la condecoración no será por derrotar a una rival. Esta vez es un reconocimiento a todas las horas de esfuerzo, a los sacrificios que ha hecho y a la gente que ha estado a su lado haciendo posible su carrera hacia la cima. Se premia todo lo que no se ve a simple vista, pero que se esconde detrás de cada victoria de la actual campeona de España.

Rosanna nació en 1989 en La Laguna, pero se trasladó a la Isla Bonita cuando tenía ocho meses, así que se considera "palmera de corazón". Recuerda que antes de ponerse por primera vez el dobok -indumentaria del taekwondo- sus padres le apuntaron a otros deportes como baloncesto, gimnasia rítmica o tenis; pero ninguno le llamó la atención hasta que llegó este arte marcial coreano. La primera vez que lo practicó tenía 11 años y fue en el colegio público del pequeño pueblo costero de Puerto de Naos. Cuatro años más tarde le ofrecieron la beca para ingresar en un Centro de Alto Rendimiento (CAR). Explica que durante un tiempo tenía que irse a un gimnasio de Tenerife para poder entrenar con el seleccionador de Canarias. La primera competición que ganó fue un campeonato cadete al que siguió el torneo de España junior en el que también conquistó el oro. "Entonces se pusieron en contacto con mis entrenadores en Canarias para preguntarles si podía hacer unas pruebas para entrar en el CAR de Barcelona", explica Rosanna. Las pruebas duraban dos semanas, a ella le ficharon desde el tercer día.

En este centro seguía un rígido horario que le permitía entrenar al más alto nivel mientras que estudiaba la ESO y, unos años después, se sacaba la carrera de Fisioterapia en la Universidad Internacional de Cataluña. "Era una locura, entrenaba dos veces al día y además tenía que ir a clase y estudiar", señala Rosanna que comenta que consiguió terminar la carrera en seis años en vez de los cuatro de rigor. Sus días empezaban a las 7.00 de l mañana con un entrenamiento físico, al terminar desayunaba corriendo e iba a clase hasta que salía para comer. Luego tenía tiempo libre hasta las 18.00, cuando comenzaba el entrenamiento específico de taekwondo, que se prolongaba hasta las 20.30. El momento de estudiar llegaba a las 22.00 y duraba hasta altas horas de la madrugada.

Primeras competiciones

La palmera recuerda que enfrentó su primer Mundial con mucha ilusión. Era 2005, se celebrara en Madrid y sus padres iban a verla por primera vez competir al más alto nivel. Además, participaba simultáneamente en las categorías junior y senior. En uno de los primeros combates su contrincante, procedente de Nigeria, le pegó un puñetazo no válido en la cabeza y la dejó KO. "¡Me desplazó la mandíbula, el primer torneo en el que me ve mi familia y salgo en camilla!", comenta entre risas Rosanna, que señala que, al jugar en casa, todo el pabellón se echó encima de su contrincante. Tras recuperarse, comenzó su carrera hacia el siguiente Mundial. En el Europeo de Bonn de 2006 consiguió la medalla de bronce con apenas 17 años. "No iba con ninguna expectativa, era muy pequeña, solo iba a ver lo que salía, pero en ningún caso me planteé subir al podio", asevera. En 2007 volvió a tener una cita mundial, esta vez en Pekín. Perdió en cuartos, pero había conseguido clasificarse para los Juegos Olímpicos, que acogió la capital china el año siguiente. "Tenía 18 años y estaba en una nube, no podía creérmelo", asegura la deportista, que destaca que lo mejor de esa cita fue disfrutar de "la Villa Olímpica con tantos atletas de tantas disciplinas; lo mejor que puede vivir un deportista".

En Pekín no hubo suerte, pero la recompensa llegó un año más tarde, en el Mundial de Copenhague, cuando se llevó el oro. "En esta ocasión sí que fui con mentalidad ganadora, pero igualmente cuando vencí a la china en la final fue un bombazo", explica la palmera, que recuerda que en ese momento se dio cuenta de que "podía seguir haciendo cosas importantes en el deporte". La siguiente gran victoria llegó el año después, cuando se convirtió en campeona europea en San Petersburgo. Desde los 21 años el único oro que se le resiste es el olímpico. Tras ganar este campeonato fue consciente de lo que había supuesto para su familia que ella estuviese desde tan joven tan lejos de casa. "Si hasta el momento estaba dándolo todo, entonces empecé a dar el 200%".

A pesar de que el paso del tiempo afecta radicalmente al rendimiento de un deportista, la palmera se siente en uno de sus mejores momentos profesionales, porque ahora se ve "más reposada, sobre todo mentalmente". "Al haber llegado tan alto y tan joven mi reto siempre ha sido mantenerme", comenta y añade que lo peor han sido las expectativas que se generaron cuando ganó el Mundial y el Europeo, una presión que aún sigue sin saber manejar. "Cuando tengo que competir sigo pasando muchísimos nervios aunque estoy empezando a disfrutar de mi deporte, porque ahora no solo pienso en ganar", explica. El siguiente gran reto es conseguir un pase para Tokio 2020. A pesar de haber caído en el campeonato de Europa celebrado este mes, cree que tiene posibilidades de ser olímpica de nuevo. Estos serían sus segundos Juegos tras Pekín, ya que en el torneo clasificatorio para Londres se quedó paralizada y le remontaron un 9-0 y en el campeonato para a Río estaba lesionada.

Planes de futuro

Explica que en deportes minoritarios los ingresos nunca son tan elevados como para poder "dejar de mirar al futuro". Rosanna lo tiene claro, cuando ya no pueda rendir al nivel al que lo hace, no dejará el taekwondo. Hay muchas ideas en la cabeza de la deportista pero una seguridad que las atraviesa todas, volver a casa. La palmera no se plantea su futuro sin volver a su pueblo y estar involucrada en la vida pública de Puerto de Naos. "Quiero montar una clínica de fisioterapia y estar vinculada al ayuntamiento en todo lo que tenga que ver con el deporte" asegura Rosanna. En sus cábalas de futuro también incluye el taekwondo, pero no como parte de una alta competición, sino que quiere transmitir toda la pasión por el deporte a los pequeños palmeros. "Quiero montar un gimnasio para que todo aquel que quiera descubrir este deporte en mi isla no tenga que pasar por todo lo que pasé yo", concluye la campeona canaria.

Compartir el artículo

stats