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30 de Mayo | Día de Canarias

Fragmentar la realidad para convertirla en arte

Concha Jerez, pionera del arte conceptual en España, es la única creadora canaria con el Premio Velázquez de Artes Plásticas

Fragmentar la realidad para convertirla en arte

Detrás de la artista grancanaria Concha Jerez se esconden cuarenta años empujando las barreras del arte. Cuatro décadas diseccionando la realidad a través de su particular visión e indagando en los conceptos sobre los que se cimenta la sociedad para descomponerlos y volverlos arte. Una trayectoria que la ha convertido en la única creadora canaria con el Premio Velázquez de las Artes Plásticas. Su aporte al arte conceptual y su visión del mundo serán recompensados en Día de Canarias por el Gobierno regional con una Medalla de Oro.

Jerez explica que el arte siempre ha formado parte de su vida en sus diferentes expresiones. Aunque nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1941, vivió la mayor parte de su infancia en el Sáhara Occidental, en la ciudad de Sidi Ifni. "Mi padre era profesor de dibujo en el protectorado y mi madre, aunque no se dedicaba a este mundo, era más creativa que él", apunta. Atesora entre sus recuerdos más queridos los domingos con su padre, cuando visitaban el Museo del Prado o el Sorolla. Pronto despertó en la grancanaria su pasión por la música y a los nueve años comenzó a estudiar piano en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. En el séptimo año de estos estudios se dio cuenta de que no quería ser intérprete, optó después por las Ciencias Políticas porque incluía asignaturas de muchas disciplinas como historia, sociología o economía.

Tampoco terminó la carrera por lo que es "casi politóloga y casi pianista profesional". "Al final todo ha influido en mi forma de ver el arte", afirma Jerez, que empezó a exponer en galerías a los 30 años, en 1971. "Mis primeros trabajos los aprecio, pero no los considero precedentes de mi obra actual". Considera que su verdadero inicio fue cuando se sumergió en el arte conceptual en 1974. "Mis trabajos parten de una preocupación conceptual, que deviene en una idea y elijo la mejor forma de resolverlo y el material más coherente con el concepto", explica. La canaria descompone conceptos actuales a través de su personal punto de vista y transmite sus conclusiones a través de recursos sonoros, visuales y nuevas tecnologías. La mayoría de los trabajos de la artista son performances y obras in situ en las que suele integrar a los visitantes a través de elementos interactivos.

En su trayectoria, de más de cuatro décadas, el papel de los medios de comunicación es un tema recurrente. En los inicios de su carrera fue la "autocensura franquista", a la que siguió el ruido de los mass media y la televisión en sus aproximaciones al videoarte y a los nuevos formatos. A partir de la década de los 90 empieza a profundizar en la interactividad con el usuario. "Antes de las nuevas tecnologías, usaba espejos y objetos reflectantes para atrapar al espectador sin que se diese cuenta", explica la artista, que entiende que esta interacción genera un diálogo íntimo entre la muestra y el visitante.

Concha Jerez asegura que uno de los puntos de inflexión de su concepción del arte llegó en 1976, cuando le presentaron al grancanario Juan Hidalgo. "Lo conocí a partir de Martín Chirino que me introdujo en un grupo de artistas canarios que vivían en Madrid", apunta y explica que Hidalgo, junto al vanguardista grupo Zaj, le hizo plantearse "una manera distinta de aproximarse a la música". Este grupo, compuesto por el canario y Ramón Barce, profundizaba en la música de acción, pero acabó siendo un movimiento que influyó a poetas, pintores y escultores de la época. Jerez asegura que Juan Hidalgo, que falleció en febrero de este año, abrió "un camino novedoso para músicos y artistas extraordinarios".

Recuerda que cuando comenzó con el arte conceptual no estaba de moda y que se encontraba "contra las cuerdas". La generación de Jerez, en la que destacaban los creadores catalanes, empujaron las barreras del arte y lo enriquecieron con arriesgadas apuestas que aún siguen cuestionando lo establecido. La artista ha sido reconocida con la Medalla de Oro al Mérito a las Bellas Artes (2011), el Premio Mujeres en las Artes Visuales (2012), el Premio Nacional de Artes Plásticas (2015) y el Premio Velázquez (2017).

Docencia en la universidad

Durante diez años, entre 1975 y 1982, Jerez decidió no vender su obra para poder "crear libremente". Por ello comenzó a dar clases, faceta que considera uno de los aspectos "más enriquecedores" de su vida y la mejor forma de pagar las facturas, por que "estaba claro que el arte no lo iba a hacer". En 1991 entró como docente en la Universidad de Salamanca , en la que permaneció hasta su jubilación en 2011. "Estuve veinte años y pude aprender de los jóvenes a los que daba clase y ayudarles en lo posible en sus comienzos en esta profesión", comenta, al tiempo que califica de "grave error" el recorte de las disciplinas artísticas en los programas educativos, que acabará "limitando la creatividad de la sociedad". De cara al futuro, quiere dedicarse a una labor "más introspectiva" en la que analizará en profundidad líneas de su obra y añadirá contenido nuevo. Su siguiente gran reto es la exposición en el Museo Reina Sofía, que inaugurará en el 2020. "En esta muestra trataré las distintas aproximaciones al concepto de tiempo que he trabajado a lo largo de todos estos años", adelanta Jerez, que espera seguir aportando su visión de la realidad durante muchos años.

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