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CC solo baraja apoyos puntuales a Sánchez en su nueva etapa en Madrid

Los nacionalistas, ahora con más peso en el Congreso, mantendrán un discurso duro contra el Gobierno aunque logren acuerdos

Ana Oramas en un pleno en el Congreso Efe

CC y el PSOE están decididos a iniciar una nueva etapa en sus relaciones en el Congreso y en el Senado, pero «dentro de un orden». Ninguna de ambas formaciones cuenta con que el posible acercamiento que vayan a intentar alcance como para que los nacionalistas canarios se sumen al elenco de socios parlamentarios del Ejecutivo de coalición de socialistas y Unidas Podemos. La precaria mayoría del Gobierno en las Cámara baja, agravada en las últimas semanas por el desmarque de algunos de sus aliados por distintas razones de política interior y exterior, dan más valor a los dos escaños con que cuenta CC desde el lunes tras la llegada a la cámara de María Fernández, que ha sustituido a Pedro Quevedo (NC) en cumplimiento del acuerdo electoral entre los dos partidos nacionalistas para repartirse temporalmente el escaño logrado el 10-N de 2019.

Con esta sustitución, el Gobierno de Pedro Sánchez pierde un apoyo fijo, que se convierte, al menos en teoría, en un escaño más del lado de la oposición y necesitará más que nunca tirar de la geometría variable pactando asuntos con distintos grupos, según los casos. Fernández, que adquirirá la plena condición de diputada el próximo martes durante la sesión con la que dará comienzo el pleno del debate sobre el estado de la nación, se une a la única diputada de CC hasta ahora en el Congreso en esta legislatura, Ana Oramas, que pese a votar en numerosas ocasiones junto a los socialistas, ha sido extremadamente dura en sus intervenciones con la política general del Gobierno y particularmente con el propio Sánchez.

La formación de Clavijo quiere evitar que se la identifique con un «Gobierno en descomposición»

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Sin embargo, tanto PSOE como CC asumen la nueva situación con espíritu posibilista y como una oportunidad para ambos de sacar provecho si consiguen alcanzar acuerdos que puedan rentabilizar cada uno a su manera: los socialistas logrando dos votos que pueden ser decisivos para algunas de las leyes importantes, en trámite o en agenda, para las que en estos momentos no cuentan con la mayoría necesaria; y CC arrancando medidas para Canarias que claramente se puedan apuntar en su haber. 

Pero esta posibilidad de entendimiento no pasa en ningún caso por un acuerdo genérico para el año y medio que resta de legislatura, sino que se limitará a apoyos concretos que se irán negociando día a día, y ley a ley, y sin cambiar el tono del discurso nacionalistas contra determinadas políticas del Gobierno de coalición, que mantendrán tanto Oramas y Fernández en el Congreso, como el líder del partido, Fernando Clavijo, desde su escaño en el Senado, según detallan desde Coalición.

De hecho, socialistas y nacionalistas llevan ya varias semanas en contacto para afrontar la nueva situación parlamentaria y algunas de las leyes importantes que pasarán este jueves y en los próximos meses por la Cámara. Por ejemplo, el voto de Oramas fue decisivo el lunes en la ponencia de la ley de Memoría Democrática apoyando la posición del Ejecutivo, y lo será en algunas de las propuestas de resolución del debate sobre el estado de la nación, y otros asuntos que se votarán este jueves o el viernes. Lo podría ser también para leyes como la de Vivienda, en la que CC pretende poner mucho énfasis, la ley de Seguridad Ciudadana (Ley mordaza), la ley concursal, la de salud sexual y reforma del aborto, la ley trans, la reforma del CGPJ, el proyecto de ley anticrisis, y sobre todo la ley de presupuestos generales del Estado si es que Sánchez, como pretende, la remite a la Cámara una vez compruebe que cuenta con los apoyos necesarios y no se vea en la obligación de prorrogar las actuales cuentas públicas. Algunas de estas materias requerirán debate interno en CC bien sobre el contenido de las mismas y las contrapartidas que exijan al Gobierno central para respaldarlas, bien sobre el marco político en el que se debatan y el interés estratégico de los nacionalistas a ese respecto.

En este marco, socialistas y nacionalistas buscan un entente que no quiebre las líneas generales de sus respectivas estrategias teniendo en cuenta el actual contexto político y el hecho de que juegan también en bandos distintos en la política canaria, los primeros liderando el Ejecutivo regional, y los segundos como primera fuerza de la oposición y alternativa de gobierno. 

En este sentido, CC tiene muy claro por ejemplo que no va a abandonar en Madrid su línea dura contra Sánchez por más que acabe apoyando a su Gobierno en las sesiones de los jueves, donde se ventila el destino de los proyectos legislativos. De entrada, Oramas mantendrá la próxima semana en el debate sobre el estado de la nación, el primero después de quince años, un discurso «muy duro» contra el Gobierno tanto en relación con la política nacional, como con la agenda canaria, enfatizando cuestiones como el giro en el conflicto del Sáhara y las relaciones con Marruecos, la inmigración, la ausencia de defensa del REF en Bruselas, las inversiones en las Islas, el engaño del acuerdo sobre el convenio de carreteras, el bloqueo del traspaso de las competencias en Costas, o el retraso en la llegada de las ayudas a La Palma por la crisis volcánica del año pasado, entre otras materias.

Mirando a mayo

Además, CC no está dispuesta a aparecer en estos momentos como un nuevo socio parlamentario de un Gobierno «en descomposición interna» por los constantes problemas entre los dos partidos que lo integran, con pérdida absoluta de confianza por parte de la ciudadanía, y con sus partidos de referencia –PSOE y Unidas Podemos– en retroceso electoral. Los nacionalistas necesitan en este sentido mantener su discurso de fondo crítico con Sánchez durante los meses previos a la campaña electoral de las autonómicas y locales de mayo de 2023, pero también intentando demostrar su utilidad en Madrid. 

Pese a ello, la formación buscará un modus operandi y una imagen de «partido con sentido de la responsabilidad» en el Congreso apoyando políticas de Estado por una parte, y sacando provecho de sus dos escaños pactando con el Ejecutivo medidas trascendentales para el Archipiélago. Siempre, eso sí, dejando claro que serán logros de la propia CC y no de supuestas gestiones del Gobierno de Canarias ante los ministerios. Ponen como ejemplo el acuerdo que llegaron a cerrar con el Gobierno para incluir en los presupuestos, pese a no apoyarlos en ningún momento, los 800 millones en tres años para la reconstrucción de La Palma y que aseguran que se frustró por el veto impuesto desde las Islas por el PSOE canario y NC.  

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