El Ayuntamiento de la capital grancanaria baraja la zona de El Rincón, en las inmediaciones del parque de la Música, o el recinto portuario más cercano al parque Santa Catalina, como las alternativas más viables para trasladar los chiringuitos y los conciertos. La zona portuaria, aunque tendría que ser acondicionada con vallas para garantizar la seguridad de las mascaritas, presentaría la ventaja de la cercanía con el parque Santa Catalina.

Aunque Cardona habló el pasado viernes de estas dos alternativas, fuentes oficiales del Gobierno municipal señalaron ayer que por el momento "no hay nada decidido. En cuanto termine el Carnaval de este año, será el momento para iniciar el estudio de las diferentes ubicaciones" para trasladar los bochinches y mogollones y dar así cumplimiento al acuerdo con los vecinos del edificio de la calle Simón Bolívar. La concejala de Cultura y Carnaval, Isabel García Bolta, se negó ayer a entrar en un "debate" sobre la ubicación de una parte del Carnaval, porque toda su preocupación "está centrada ahora en sacar adelante" la presente edición, señalaron las fuentes.

Anoche se reunieron los vecinos del edificio para dar el visto bueno al preacuerdo alcanzado con el Ayuntamiento, cuyos responsables esperan firmar hoy el pacto para garantizar que las fiestas, que arrancan el próximo viernes, se desarrollarán sin ningún problema.

Resolución

Los servicios jurídicos municipales redactaron ayer la resolución en la que se plasmará el acuerdo pactado por los vecinos, según la cual el Ayuntamiento sacarán del entorno del parque Santa Catalina las actividades más molestas del Carnaval, como los chiringuitos y los mogollones, y los vecinos se comprometen a no pedir la ejecución de la sentencia.

El Ayuntamiento seguirá adelante, sin embargo, con su decisión de presentar un recurso de casación contra el último auto que confirma la suspensión de los mogollones. "En el caso de que el Tribunal Supremo le dé la razón, se compromete a seguir adelante con el Carnaval".

Por su parte, la concejala socialista Inmaculada Medina criticó ayer la política de "improvisaciones" que está presidiendo los carnavales de este año y pidió al alcalde que "no hipoteque" el futuro de estas fiestas con un cambio de ubicación precipitado. "Tienen que imperar la cordura y el sentido común y llegar a un acuerdo entre todos", dijo Medina, quien consideró "un error separar los chiringuitos de las galas y concursos".