Drag Kuki, reinona del Cómic

La gala más transgresora no podía empezar sino con el cómic más vanguardista del panorama, el manga japonés. La obertura se inició con un dibujante que plasmó sobre el escenario toda una serie de personajes muy manga que rodeaban a un prisionero colgado de unos ganchos, un personaje que iría evolucionando al ritmo de la obertura y de las canciones de Lady Gaga que convirtieron una abarrotada grada de Santa Catalina -cerca de 4.000 almas- en una gigantesca discoteca. Una geisha se apropió de la voz de Lady Gaga y de su canción Alejandro para cantar Drag queen Alejandro. La entrada de unos pájaros sobre zancos arrojando fuego anunció la llegada de la geisha, más ligerita de ropa, con una bañera y unos extraños seres azules sobre plataformas. El prisionero del principio se sumerge en la bañera que no está llena de otra cosa que de oro líquido. Con la música disco a tope el escenario se llenó de personajes cada vez más estrafalarios y coloridos hasta que el sufrido prisionero sale de la bañera totalmente dorado y con una corona de hojas de pavo real convertido en reinona. Fin con un despliegue de voladores sobre el escenario.

Otro de los puntos álgidos de la noche fue la salida a escena de los presentadores a bordo de un espectacular deportivo blanco descapotable. Roberto Herrera, de esmoquin clásico, y la estrella invitada de la noche, Ana Obregón, de rojo pasión de pies a cabeza. "Para mí es un enorme placer presentar esta gala", gritó la reina del papel cuché ante un entregado público que rio y aplaudió a partes iguales sus intentos por dar la bienvenida a los extranjeros repartidos en la grada con un Spanglish made in Obregón, que no Oregón. Los arranques de naturalidad de la Obregón la acercaron más al público como cuando reconoció que tenía falta de vista y no era capaz de reconocer a menos de cinco metros a un poco reconocible anoche Juan José Cardona, vestido de Tintín. "No veo na".

Entre el público había decenas de personas disfrazadas que no pudieron aguantar las ganas de formar parte activa de la noche más movida del Carnaval capitalino. Personajes de cómic, tanto nacionales como extranjeros, se dieron cita para levantar el ánimo de las gradas. Tampoco faltaron los drags que no consiguieron entrar a concurso en la preselección del martes, que disfrutaron el espectáculo subidos a una pasarela a la izquierda del escenario.

Roberto y Ana dieron paso a los verdaderos protagonistas de la noche. Rompió el hielo la drag Píkara, que, aunque triunfó en su debut, dio un mal paso y terminó con las manos aterrizando en el suelo. Lo mismo le ocurrió a la drag Valkiria, que no tuvo tanta suerte y terminó besando el piso. Otros a los que les subió la temperatura corporal pensando que se caían fueron Anémona, que trató de levantar a una bailarina y se quedó a medias y Asharik, a quien no le quedó mal el tropiezo ya que hacía de robot. Las gradas votaron con fuerza cuando apareció la drag Légora que revolucionó al personal con su tocado de pinchos. Pero para revolución las puestas en escena de la drag Pompi, que apareció sentada en un váter dentro de una caseta de perro y Asharik, que comenzó siendo una linda Barbie y pronto se convirtió en un Adonis semidesnudo.

La noche también tuvo su momento revival con la actuación del drag Séregon, ganador del concurso del año pasado que anoche eligió un miniconjunto de colores negro y plata con el que deslumbró en su despedida. Otro momento drag de la noche lo puso el grupo Circus que combina la transgresión de las reinonas con las acrobacias típicas del circo. La banda sonora de la noche la pusieron varios artistas que mantuvieron al público de pie y dando palmas. Natalia y D-Mol abrieron la discoteca anoche. Le siguieron Radio Killer, acompañados de la comparsa Cubatao y el punto fuerte de la noche lo puso Ultra Naté. La americana animó a un público ya de por sí animado que culminó la gala de pie. Con su tema estrella Free salieron a escena todos los candidatos con sus bailarines para asistir a la lectura del fallo.