El ingenio y la diversión se apoderaron ayer de la bahía de Puerto del Rosario durante la tradicional regata de achipencos (artilugio carnavalero hidrodinámico impulsado por energía no contaminante, obviamente), que volvió a convertirse en una de las atracciones más ingeniosas de las carnestolendas capitalinas.

Un total de 20 artilugios flotantes partieron desde la rampa de salida del muelle de la capital, pero no todos llegaron hasta la meta establecida en la playa de Los Pozos. Sin embargo, los miles de personas que abarrotaban la avenida marítima no cesaron de aplaudir el ingenio derrochado por las mascaritas a la hora de poner a prueba el sistema de flotación de los achipencos.

Esta prueba comenzó a desarrollarse hace 13 años de la mano del colectivo Así Andamos, aunque la organización fue asumida por el Ayuntamiento de Puerto del Rosario desde 2008. Desde entonces, se ha convertido en la cita que más espectadores acoge durante los Carnavales.

Premios

El jurado, presidido por el alcalde, Marcial Morales, otorgó el premio a la mejor originalidad al achipenco Chicco no grande; la mejor presentación fue a El Jardín del Edén; el sistema más original de propulsión a Es nuestro volcán; a la mejor propulsión a El Chiringuito, mientras que el galardón en la modalidad promesas quedó desierto.