Los colegios de Guía fueron los grandes protagonistas de unas fiestas carnavaleras en la que se echa en falta una mayor participación vecinal, como había sucedido históricamente en su cabalgata.

El grupo de percusión del CEIP La Dehesa de San Juan sirvió de reclamo en el pueblo para advertir del comienzo del pasacalles, al que se sumaron los centros Miguel Santiago y Nicolás Aguiar, cada uno de ellos con su propia temática.

La cabalgata partió dese la calle Fernando Alonso de la Guardia, para recorrer las distintas calles de Guía, hasta concluir en la plaza Grande, donde se prendió la mecha para la quema de la sardina en el frontis de la iglesia, con la que se pone fin a esta fiesta.

Los escolares y muchos padres llevaban trajes muy innovadores, como es el caso de los países representativos de la Unión Europea, los trajes sobre unos ficticios caballos y dragones, y hasta los indianos con su blanco impoluto, así como los tradicionales pitufos y Batman, además princesas.

Y, entre ellos, la carroza de la clase, tras un curioso rótulo en el que se podía leer Tintín y Tintina, en busca del tesoro de la vajilla, dentro de una claqueta de cine.