"Nos han quitado la ilusión de un año trabajado", "¿Por qué hacen sorteo, si deciden lo que quieren sin titubeos? -nº 30-" "La 30 por sorteo, hace dos horas la 111 a dedo". Estas frases se pudieron leer este sábado en varios carteles que mostraron las féminas de la carroza número 30 de la cabalgata capitalina y que reclamaban justicia. Las damas venecianas se llevaron la sorpresa en la pasada mañana del sábado tras recibir el aviso de que su posición en el recorrido había cambiado. Desde ese momento, era el último lugar, en vez del número 30, tal y como les correspondía tras la celebración del sorteo ejecutado entre todos los participantes. Desconocen el fundamento y afirman que el Consistorio no les da argumento.

"Nos enteramos de que nos querían dejar fuera del sorteo y llamamos a la concejala de Cultura [María Isabel García Bolta] y al alcalde [Juan José Cardona] para saber el motivo", explica Dunia Torres, fundadora de la carroza Sueño veneciano. Según la afectada, no recibió ninguna explicación y no entendía esta acción ya que no constaba "ninguna denuncia" respecto a las cinco participaciones realizadas en años anteriores.

De esta manera, la organización de la carroza informó al Ayuntamiento que acudiría a la cita con la documentación que certificaba que cumplía con los requisitos. Finalmente, la plataforma a la que se subieron las 50 damas entró en la rifa y se hicieron con el número 30 de las 110 carrozas previstas inicialmente.

Estos automóviles requieren pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) en el mismo día de la cabalgata. El conductor y el decorador del Sueño veneciano fueron los encargados de esta labor, y cuando se dirigieron a cambiar el dorsal provisional por el definitivo, comprobaron que ambos números no guardaban relación.

"Hablamos con la concejala y con Cardona, y nos dijeron que no podían recibirnos por teléfono", sostuvo Dunia, quien insistía en que "no nos daban argumento ya que no tenemos ninguna denuncia ni notificación".

Esta carroza no cuenta con patrocinio. Nace del esfuerzo de estas mujeres, quienes asumen los gastos. "Contribuimos en el Carnaval", persistía tras el varapalo que recibió junto al colectivo.