Los chiringuitos de la zona de ocio del Carnaval, en la trasera del parque Santa Catalina, podrán vender cualquier tipo de ron durante los días de las fiestas. Eso es lo que se acordó ayer tras la reunión mantenida entre representantes de la Sociedad de Promoción de la ciudad, el patrocinador de Ron Ritual y los adjudicatarios de los ventorrillos después de que un sector de estos últimos anunciase un plante si no se podían expender otras marcas en los quioscos al margen de la oficial. En compensación, los 41 chiringuitos tendrán que pagar entre 500 y 100 euros más por la concesión de la licencia.

Ron Ritual, la bebida que produce y distribuye la empresa francesa Pernord Ricard conjuntamente con otras marcas conocidas, continuará, sin embargo, siendo la imagen patrocinadora del Carnaval. Incluso mantendrán los tres espacios que el Ayuntamiento les ha otorgado en la Zona de Ocio para publicitar este nuevo ron, que trata de atraer a un público joven.

La batalla del ron saltó a la calle el martes después de que el partido socialista en el Ayuntamiento se hiciese eco de las quejas de algunos chiringuitos y chiringays de que Sociedad de Promoción les exigía vender exclusivamente la marca patrocinadora, cuando la clientela está más habituada a una marca canaria, apenas unos días previos a la apertura oficial del Carnaval.

La propia concejala, Isabel García Bolta, advertía ayer en el mismo parque de Santa Catalina durante la visita que hizo con el alcalde al escenario que "todos los años" ocurría el mismo debate. "Es una crítica falsa. Todos los Carnavales, por lo menos desde que yo estoy; en el 2003, tenemos el mismo problema. Naturalmente, en cualquier tipo de eventos, unas veces el patrocinador es una empresa canaria y otras es una de fuera", dijo.

Pero a mediodía, representantes de los 41 chiringuitos -estudiantes, profesionales de la hostelería y del ámbito LGTB- se sentaban en la mesa con la Sociedad de Promoción y con el patrocinador para buscar una solución al debate.

Pernord Ricard no mantendrá, finalmente la exclusiva del ron, pero los chiringuitos tendrán que compensar a Sociedad de Promoción por el dinero que el patrocinador iba a ingresar a ésta. Y es que en el Carnaval hay mucho dinero en juego y también se obtiene mucho beneficio económico.

El Ayuntamiento dijo ayer que los adjudicatarios desembolsarán entre 500, 200 y 100 euros más, dependiendo del tipo de chiringuito; ya que el precio por montar el ventorrillo no es el mismo para estudiantes, empresarios o por los que optan por un chiringay.

El precio por instalar un chiringuito en las Carnestolendas capitalinas es de 1.500 euros por todos los días de las fiestas, mientras que para un chiringay es de 2.000 euros, según consta en los requisitos oficiales. En ambos, los empresarios deben además pagar la parte proporcional del coste de la instalación del hilo musical. No consta en dichos requisitos lo que abonan los estudiantes.

La edil socialista Inmaculada Medina mostraba ayer su satisfacción porque el Ayuntamiento hubiese "reaccionado a este despropósito" que sin duda alguna iba a beneficiar a los empresarios que invierten en Carnavales.

Medina dijo que la polémica no hubiese existido si la edil se sentará previamente a hablar con los responsables de los chiringuitos. "La fiesta no se sufraga sola, pero hay que llegar acuerdos con los grupos; se evitarían este tipo de problemas".

Empresarios de la noche, habituales en los Carnavales, como Armando Machín y Matías García, más conocido como Paco, el del Miau, reconocían ayer que los clientes canarios "están habituados a beber el ron de aquí" y que les cuesta decantarse por otras marcas.