El palacio de Las mil y una noches, con sus minaretes blancos y dorados, sus celosías y arcos de herradura por los que asoma una judería, el desierto y una gran luna estrellada, luce ya en el parque Santa Catalina, aunque aún le faltan los últimos retoques para abrir sus puertas este mismo domingo a los concursantes caninos y a las comparsas infantiles, que serán los primeros en subirse a este escenario de cuento de más de 1.565 metros cuadrados ideado por el diseñador Alberto Trujillo. En el Carnaval la creatividad no camina sola. Varios equipos de profesionales trabajan a destajo desde el pasado 15 de diciembre para que este decorado oriental envuelva durante 22 días a cientos de mascaritas en la transgresión y en la diversión. Uno de ellos es el trío de xHoxB, encargado de la volumetría y de dar color a este inmueble efímero, epicentro durante unas semanas de las fiestas más populares de la ciudad.

Rubén Cabrera, Ana María del Pino, Ninoska Monzón, Laura Curbelo, Carmen Fernández y Fernando Curbelo pintaban ayer sobre la tarima que pisaran las estrellas del Carnaval la de ocho puntos que el artista Néstor Martín Fernández de la Torre solía dibujar como motivo decorativo en sus trabajos. Un plató que parecía un puzzle dentro del edificio Miller, convertido estos días en un gran taller donde se mueven carpinteros, electricistas, montadores, limpiadoras; entre otros profesionales que colaboran en este proyecto majestuoso.

Ellos han sido los encargados de dar color a este palacio oriental, en donde destacan los dorados, fucsias, verdes, amarillos y azules. Unos 600 litros de pintura acrílica no tóxica y sin disolvente han sido utilizados para dar vida a este escenario de cuento de Las mil y una noches, donde se han utilizado tres paletas diferentes en los colores primarios para poder combinarlos y conseguir los tonos deseados. Es uno de los secretos de este trabajo silencioso y que nos cuenta Rubén, que junto a Ana María y Ninoska componen xHoxB, una cooperativa formada por tres autónomos que fueron compañeros de la Escuela de Bellas Artes y que comprobaron que no se les daba nada mal trabajar juntos después de colaborar con el pintor Pepe Dámaso en un mural para una comunidad de propietarios de Secretario Padilla.

En el Carnaval del 2004, dedicado a Memorias de África, comenzaron a colaborar como aprendices de la mano del artista fallero -Jesús Ovejero- hasta que en las Carnestolendas del 2008, dedicadas al Olimpo, se les dio las riendas del trabajo, que no solo consiste en colorear y crear efectos sobre el poliestireno expandido o corcho blanco que da vida a este escenario en el que dan ganas de irse a vivir sino en crear todas las esculturas y piezas que ideó Alberto Trujillo y que como un lego hacen realidad el equipo junto a Fernando, Laura y Carmen, como ayudantes.

Bucear en el Arte

Una tarea nada sencilla en donde hay que compensar diferentes volúmenes y masas sobre un gran escenario para crear ese efecto mágico de que las mascaritas se sientan a la entrada de palacio o en los jardines del mismo durante los días y las noches en que durará el Carnaval capitalino.

Ellos también han buceado en la historia del Arte para crear celosías, mosaicos, arcos y otros elementos del arte hispano musulmán, huella inequívoca de la brillantez de la cultura árabe que dejó un legado importante sobre nuestro país, aunque el palacio que se levanta hoy sobre Santa Catalina sea una recreación más fantasiosa de un equipo humano que coordina Alberto Trujillo y que de una idea ha creado más que una simple ilusión.

"En los arcos de herradura, por ejemplo, hay una gran variedad en Internet", explica Rubén, que subraya que cualquier modificación siempre se ha hecho con la "supervisión" de Trujillo, el cerebro de este escenario donde se subirán hasta 500 figurantes durante alguna de las principales galas del Carnaval.

"Tratamos de hacer piedras vistosas y fáciles porque no hay tiempo para equivocaciones además de que trabajamos a contrarreloj, aunque haya elementos muy trabajados como la puerta central", cuenta Ana María.

En el Carnaval de este año también se han vuelto a reciclar piezas de otros festejos . Y los caballos alados esperan en el edificio Miller una nueva ubicación sobre el escenario de Las mil y una noches, que contará con una pasarela de 18 metros de largo para que las candidatas a Reina puedan lucirse.

La experiencia de xHoxB en el Carnaval ha sido todo un "trampolín" para la contratación posterior del equipo para otros trabajos como esceneografías para proyectos teatrales, murales, atrezos para eventos publicitarios, por enumerar algunas de las intervenciones artísticas que ha realizado este joven equipo de profesionales de Canarias. "No nos podemos quejar, aunque ha habido un par de años duros, el Carnaval ha sido una buena oportunidad para trabajar en otros proyectos", añade Ninoska, quien indica que tras colaborar en la creación del escenario "se te quita el miedo para trabajar en otros proyectos".

Ellos también están seguros de la oportunidad que se abre en el cine si finalmente la Isla se convierte en un gran plató, aunque reconocen las dificultades que de momento hay para que las productoras de fuera apuesten por las empresas artísticas locales. "En el ámbito de las Artes Escénicas la confianza en los equipos es fundamental, por eso cuando trabajas bien con uno es muy difícil que cambies; se crean círculos muy estrechos", dice Rubén.

De aquí al sábado, el sexteto continuará manchándose de pintura y reptando, en ocasiones, por el suelo para terminar de dar los últimos retoques a este edificio. Una obra de arte, que ha costado en su conjunto 120.000 euros, y con la que xHoxB espera, como el resto de los profesionales que trabajan en su creación, el asombro del público. "Ese gusanillo existe durante todo el proceso de trabajo; que es muy duro. Todo el día pensando cómo quedara finalmente todo. Se agradece mucho cuando la gente te felicita y te dice que le ha gustado. Eso te motiva para seguir trabajando", añade Ninoska.

El palacio de Las mil y una noches acogerá pronto a las mascaritas, aunque será durante las Galas de la Reina y de la Drag Queen -días 13 y 16, respectivamente- cuando el esplendor de oriente brille con intensidad.