La avenida de la Constitución, en plena zona comercial abierta de San Gregorio se transformó ayer en una singular huerta, donde el colorido de verduras y frutas sorprendió y animó a comerciantes, transeúntes y , cómo no, a los niños y profesores participantes. Tras dos semanas de espera al frustrarse su primer intento el 20 de febrero, los alumnos del colegio público León y Castillo desfilaron desde su centro escolar, en la urbanización Picachos hasta el pleno corazón de San Gregorio para unirse a los niños más pequeños del RAM que les esperaban. Unos 400 menores, con sus profesores, protagonizaron esta peculiar marcha verde por el barrio comercial ante la atenta y satisfecha mirada de sus familiares, que no pararon de sacar fotos o imágenes de vídeo para inmortalizar el acto. Plátanos, naranjas, fresas, piñas o pepinos, entre otros productos de la huerta, pusieron, junto a la batucada que animaba el trayecto, la nota más colorista y emotiva de este carnaval chico.