"El pique se queda en las letras... y en el fútbol". Con un sano espíritu carnavalero se expresaba ayer, en la isletera Plaza del Pueblo, Josechu Álvarez, director de La Traviata. La murga tinerfeña se trasladó hasta la capital grancanaria en su segunda aventura en la Isla, después de aquella Champions murguera de 2010. Los integrantes de la formación agradecieron el agasajo cariñoso recibido en tierra ajena, y mostraron su predisposición a sumarse con el mejor humor posible al encuentro convocado ayer.

Eso sí, dejaron claro que los pleitos son sólo aptos para carnestolendas o rivalidades futboleras, frescas por estas fechas tras el último derbi canario. "Este año vamos ganando los amarillos, ¿no?". No tanto, en el parecer de Álvarez, al que, como a muchos chicharreros, supo a mucho el último empate arrancado por los blanquiazules del Estadio de Gran Canaria.

El tema, que tanto ha alimentado a las murgas, no era ayer de primer orden. Sí la recepción reservada para La Traviata y Los Gambusinos, de Fuerteventura.