Telde disfrutó de la Gran Cabalgata de su Carnaval de las pirámides. 40.000 personas, según fuentes municipales, salieron con sus disfraces a las principales calles de la ciudad, que ayer hicieron las veces de río Nilo. La comitiva de 39 carrozas participantes recorrió sin apenas descanso la ruta entre la vía María Encarnación Navarro y el parque de San Juan, acompañadas con música -en su mayoría, éxitos del momento- que amenizó el ambiente.

No fueron pocos los que optaron por disfrazarse en sintonía con la temática de las carnestolendas de este año en el municipio, como Paola Quinac, que acudió a la cita con un punto cleopátrico. "Aunque soy de Las Palmas de Gran Canaria, suelo venir a este Carnaval también; lo bueno que tiene es que es más tranquilo", apuntó la joven, que, con su testimonio expresó el sentir general de la mayoría de los asistentes respecto a la fiesta. A veces, tranquila como un desierto en vísperas de siroco.

Efectivamente, gran parte de los presentes reconoció que una de las principales ventajas del Carnaval teldense es su carácter moderado, sobre todo en comparación a otros más concurridos. Ahí van Rosi Ortiz y Juan Hidalgo, disfrazados de tiernos bebés cargados por cigüeñas voladoras, y que hicieron especial hincapié en este aspecto: "Lo mejor que tiene esta cabalgata es que no hay follones, que es lo que uno intenta evitar siempre cuando sale", apuntaron pensando en su condición de niños chicos.

Algo similar destacó Jesús Romero, quien, caracterizado como el superhéroe Hulk, estuvo siguiendo las carrozas acompañado por su familia, algo que agradece poder hacer.

"Para mí", comentó Hulk , "este es el mejor Carnaval de todos, porque hay buen rollo, buen ambiente, y puedo venir con mi familia sin problema de ningún tipo".

Lo cierto es que en la jarana que se vivió ayer en la ciudad no faltaron, entre la multitud, numerosos niños que se sumaron a la parranda y se recreaban, además de en las propias carrozas, en los curiosos disfraces que llevaban los presentes. Allí había de todo para ser tal desierto: hippies, ovejas, genios, geranios, mimos, princesas y hasta un fauno.

Adolfo González era el fauno. "Me lo paso bien aquí porque veo a muchísima gente que conozco, la verdad", declaró mientras buscaba a otros faunos como él.

Original fueron también los disfraces de Antonio López y Manuel Rodríguez, que se vistieron de árabe -con camello de pega y todo- y de momia, respectivamente. "Me gustan todos los carnavales y cada año me hago yo mismo el disfraz y me maquillo", dijo la momia, cuya necesidad de maquillaje era obvia.

También graciosos pero prácticos a la vez son los trajes de rockeras por los que se decidieron Lidia y María. "Queríamos algo que fuese abrigado y divertido a la vez", explicaron. Mal no les vinieron las chaquetas para soportar el frío que, si bien no era muy intenso, cuando soplaba más fuertemente el viento, sí se dejaba notar, aunque no trajo arena del desierto. Además, la lluvia, que allí cae una vez cada miles de años, amagó con presentarse en varias ocasiones con un ligero chispi chispi que prácticamente ni percibieron los presentes por falta de costumbre.

Asimismo, cabe destacar que la Concejalía de Limpieza Viaria y Residuos Sólidos ha coordinado un dispositivo especial para este fin de semana. Un dispositivo -reforzado con operarios, dos vehículos barredoras y un camión- que comenzó sus labores ayer a las 17.30 horas, media hora después de iniciarse la cabalgata.

Por otro lado, se ha puesto en marcha también una actuación especial para el entierro de la sardina que tendrá lugar hoy, a partir de las 18.00 horas, y que partirá desde la calle María Encarnación Navarro y finalizará el recorrido en el parque de San Juan.

Una de las tareas que acometerán será barrer el chubasco de confeti cuyo lanzamiento desde las carrozas no cesó a lo largo del recorrido de ayer, en esta cita que hizo de la ciudad una auténtica fiesta.