¿Cuánta valentía hay en el gesto de presentarse a candi- data a Reina del Carnaval de la capital?

Bastante. El porcentaje exacto no lo sabría decir, pero hay que ser muy valiente para llevar la banda que llevo y lo que va a mis espaldas. [representará a la asociación Pequeño Valiente, cuya candidatura ha sido posible con el apoyo de Café Ortega, ArtyBelleza Canarias, Asociación de Empresarios y Profesionales de Bo-lulevard Siete Palmas y Asociación de Comerciantes y Empresarios de Schamann].

Me imagino que no solo se refiere al peso del traje sino a quién representa, a la asociación Pequeño Valiente, dedi- cada a los niños con cáncer en Canarias.

Exacto, por la responsabilidad que llevo. Es una forma de fusionar mi profesión; soy enfermera en oncohemotología en el Insular, con mi hobby, la moda, la pasarela, el mundo de la publicidad. Y es por eso que no me lo pensé dos veces. La mejor iniciativa que se nos ha ocurrido es donar nuestro premio, en caso de que consiga alguno, para la asociación.

Ve muy de cerca la enfer- medad, la desesperación de las familias y el dolor de los pequeños.

Sí, ahora trabajo en la parte adulta del Insular, pero también nos llegan niños porque el Materno desde que tienen 14 años los deja de acoger. Vemos la parte de desconocimiento, de incertidumbre, de miedo que tienen las familias porque cuando uno dice la palabra cáncer a todos se nos ponen los pelos de punta. Por desgracia, todos conocemos un caso en la familia o alguien cercano.

¿Y qué les dice una profesional de la salud a estos enfermos y a sus familias?

Que no pueden perder la esperanza, que tienen que ser unos pequeños valientes como lo soy yo ahora (sonríe). Que siempre hay alguien que les va a echar una mano, ya sea el equipo de médicos, el de enfermería, una acción social como ahora el diseñador, el equipo de trabajo que hay detrás.

¿Quién le presentó la idea?

Nadie. Me presenté al casting que hizo el diseñador Willie Díaz, y supongo que, entre tantas condiciones, la mejor candidata sería yo.

¿Qué cree que valoraron en usted? ¿La talla como modelo o su profesión y el conocimiento que tiene de la enfermedad?

Supongo que las dos cosas. Creo que cuando vas a un casting tienen que valorar más cosas que un simple dar una imagen; lo bueno es que te conozcan como ser humano, persona. Porque ese día, por cualquier casualidad, puedes estar mala, nerviosa; ya que es como un examen y pueden condicionarte tu futuro.

Hablando de exámenes, ha- ce poco se celebró la OPE de Enfermería.

¡Sí, lo aprobé! (ríe).

Y, desde entonces, tiene un subidón de adrenalina.

¡Sí! Desde entonces estoy metida al cien por cien en el Carnaval. Me he quitado un gran peso de encima porque con el tema del Carnaval tengo que ir a muchos eventos y, pensaba: ¡Dios mío!, no puedo estar en un lado y en otro. Pero pasado el examen ya estoy de lleno en el Carnaval (ríe).

¿Seguirá en el mismo puesto?

No lo sé, creo que seguiré en el mismo departamento ya que a plaza fija no puedo optar porque no soy de las más antiguas en el hospital. Pero estoy muy contenta porque mi objetivo era aprobar el examen y continuar trabajando, y lo he conseguido. Además, con mis compañeros de trabajo no hay problemas en hacer cambios en el horario laboral y poder compaginar mi trabajo con mi afición a la pasarela, a la publicidad.

¿Y cómo compagina una profesión tan vocacional, tan dura, con jornadas maratonianas, horarios diversos, con ese otro mundo de la pasarela que aparenta tan glamuroso?

Con el apoyo de todos mis compañeros; ellos son también parte de mis seguidores. Mi jefa, mi supervisora, también me anima y me cuadra alguna guardia para que pueda dedicarme a ello. Soy una persona muy activa y nunca, afortunadamente, he dejado de hacer algo porque tenía que trabajar. Me organizo bien.

Ahora, su objetivo es representar bien la fantasía, pero supongo que también visibilizar a la asociación

Sí, su labor social, pero también de que se vincule el Carnaval a la sociedad. Que si con ello podemos aportar un granito de arena a los enfermos, a la gente que lucha, a las organizaciones como Pequeño Valiente, Alejandro Da Silva, y otras, para que se les ayude con recursos y les saquemos una sonrisa, bienvenido sea.

Fue candidata a Reina por un día a Telde el pasado año pero, por la edad, no pudo ser al no cumplir las bases.

(Ríe) Eso fue el aliciente para estar este año aquí. Nunca me había presentado a la elección de la Reina; ni aquí ni en ningún sitio.

¿Es la veterana del grupo?

No lo sé; tengo 33 años. Pero estoy muy contenta de presentarme. La edad no me condiciona, sigo haciendo cosas de pasarela, de publicidad y me presento con la misma ilusión o más que el resto de las candidatas a la elección.

Pero parece que para ser reina hay que tener una edad.

Creo que mientras cumplas el perfil de persona sociable, humana y que sepas compaginar diferentes actos no tiene por qué condicionar la edad.

¿De quién depende la elección de la Reina: de un buen diseñador, del jurado de esa noche o del público?

De todos en general; yo sé que mi diseñador está trabajando muy duro; también el equipo que lo está haciendo de forma altruista. Porque no solo son los espónsores los que nos ayudan sino toda la gente que está detrás de esta causa, de la que no se habla pero que gracias a ellos esto es posible.

¿Se ha hecho muchos selfis y los ha colgado en las redes sociales para animar a la gente a que la vote esa noche?

(Ríe) Tengo poco tiempo para llevar las redes sociales al día, de eso se encargan mis compañeros de trabajo, espónsores y compañeros de equipo.

Es una cuestión que ahora se tienen que trabajar mucho las candidatas a Reina.

Sí; hay que estar al instante en las redes, en Twitter, en Instagram, aunque yo soy más de facebook. Pero, aunque suene un poco absurdo, soy más de llamar, de hablar con la gente. Me encanta dialogar, conversar, prefiero siempre hablar porque el Facebook te mantiene siempre en la distancia.

¿Qué hace cuando llega algo despectivo o fuera de tono? ¿Entra al trapo o pasa?

De momento no he tenido ningún comentario despectivo ni destructivo. Al contrario, aunque siempre salgo lo positivo de las críticas. De todos modos no me gustan los follones, las discusiones.

¿Se ve en un futuro como enfermera en un hospital?

¡Siendo enfermera y con la corona por los pasillos! (ríe)

¿No dejará su vocación si la pasarela la llama?

No, lo bueno que tengo es que soy enfermera aquí o en Pekín. Me adaptaré sin problemas si tengo que marcharme fuera.