Agarra tú por ahí Migueeeeel... Nooooo, por ahí... ¡La perdemos, la perdemos!". Carnaval al Sol, ni qué ocho cuartos. Se nos ha volado Yamisleisis del Pino. Y ahora aquí, el gracioso de la Policía Local no nos cree.

Le tengo dicho a mi prima que coma, que se le ha quedado un cuerpo sin fundamento, sin reservas para los días de apreturas. Pero ahora las chiquillas cuanto más pejines, más privadas. El otro día nos vino a mi madre y a mí con que se iba a hacer vegana. "Déjate de boberías, Yamisleisis, que como la Iglesia católica no hay ninguna, mi virgencita de La Luz", le espetó mi progenitora, alarmada por si la incauta se había cambiado de confesión. "Yasss, qué atrasada estás Tita, vegana es que comes vegetales solo". Mi madre ejerce de tía con Yami con todas las de la ley y no le pasa ni una, porque está convencida de que está "muy suelta". "¿Y eso ahora? ¿Le hiciste una promesa a Pinito?" Atenta a la conversación y, como siempre, quedándose con toda la copla, mi abuela Consuelo: "Madonna también es vegana". Ni siquiera sabía que ella conociera la existencia de Madonna, pero así es, una caja de sorpresas. Bueno, el asunto es que si mi prima ya comía poco, ahora parece una cabra, que dan ganas de echarle afrecho.

Y de un tiempo pa'cá, se le ha puesto al Ayuntamiento hacer un pasacalle por Las Canteras, el dichoso Carnaval al Sol, porque resulta que somos la ciudad turística más potente del Atlántico medio y hay que amortizar ese título. Y claro, Yamisleisis no se lo iba a perder, porque ella se apunta a un bombardeo y es novia de un Chancleta, que lo da todo por La Isleta.

Yo lo veía venir, unos nubarrones de esos que inspiran a mi abuela a ponerse apocalíptica y a clamar "esto es la fin del mundo, quería". Pero ella con sus plumas y un bolso diminuto, directa pa' La Puntilla. Horas antes yo había cogido unas plomadas de la caja de pesca de mi padre para cosérselas al traje, pero ni por cuánto. "Ay, déjame, exagerá". Exagerá es mi segundo nombre para Yamisleisis. Pero espera, que me pongo a hablar y me despisto... "Miguel, ¿qué es aquello que está agarrado a una palmera washingtonia?"... "Ay, Yamisleisis aguantaaaa". Coño, se soltó. Tres días después la encontramos. Pobrecilla, lo primero que pidió fue un bocadillo de pata.