Se podría decir que Roberto Herrero, presentador de 11 de las 19 galas Drag Queen que ha tenido la historia del carnaval grancana- rio, se ha doctorado en la especialidad, y a él, como a Israel Reyes y a Paco Medina, se debe el detonador de la explosión que se produjo en el parque Santa Catali- na en el febrero de 1998, cuando Carlos Menéndez tocó cielo con su fantasía Heaven, Metamorfosis Cibernética.

Aquel primer experimento, en el que apenas salieron cuatro drags propiamente dichas y con el resto de participantes ataviados de reinas, no fue ni siquiera retransmitido por televisión, "nadie daba un duro por ella", y aunque Herrera no lo advierta por su conocida cortesía, tampoco aparecen en las fotos de entrega de premios ni el entonces alcalde de la capital, José Manuel Soria, ni la concejal del área, Pepa Luzardo, de forma que para el consciente popular, la primera gala drag se date erróneamente en la siguiente, la de 1999, inolvidable por aquella cabra que asomó por el escenario de la mano de Tino el de El Fauno, con su tinglado titulado Cabra loca - Fauno del jardín de las Hespérides.

Desde entonces, el isletero Roberto Herrera es parte ineludible de la parranda de la plataforma -el pasado sábado presidió la preselección-, y ante él ha visto lágrimas de emoción, y también lágrimas por partigazos desde unas alturas crecientes que "ya van por los 45 centímetros", señala con relación al techo de vuelo de los candidatos.

En aquel segundo año habían codazos por entregar las bandas a los estratosféricos participantes, y el propio Herrera se catapultó como un presentador cotizado para ésta y para cualquier otra gala que le pusieran por delante. A partir de ahí se apuntaron a la fiesta Loles León, Rossi de Palma, Antonia San Juan, Esther Arroyo, Ángel Garó, la Terromoto de Alcorcón o Lidia Cañal, entre otros muchos nombres, que con la cobertura internacional recibían mensajes, como así le ha pasado al grancanario, de Estados Unidos, Venezuela, México, y toda Europa cada vez que se repite el acontecimiento.

En ese tiempo Herrera se ha dado sus propios leñazos en pleno escenario, tras robar unas plataformas, y se ha desalado en dos principales ocasiones, como cuando se le cayó una tremenda serpiente prácticamente enci- ma de los periodistas que cubrían el acto en la zona de butacas, o en el dantesco enriscamiento de otra candidata que tuvo la ocurrencia de atarse el par de tremebundos taconazos con verguillla. "Salió pitando por las escaleras del escenario de Maspalomas tras perder el equilibro".

"Aguantó como pudo y se tragó el orgullo", recuerda, "pero se metió para dentro y los dolores eran criminales", apunta para subrayar que "son unos auténticos artistas".