Mi abuela Consuelo lleva semanas como gallina sin nidar. Se sube a la azotea y se queda mirando pa'l horizonte. De vez en cuando sigue con la mirada a las gaviotas, se chupa el dedo índice de la mano derecha y lo alza como señalando al cielo. Luego lanza un gruñidito: "Mmmmmmrrrfff", y agacha la cabeza. "Abuela, ¿qué fue?", le pregunté cuando la curiosidad ya me había consumido medio hígado. "Pasa que va a nevar". Y sí, está nevando en La Isleta, como lo leen. No me pongan esa cara de avetontos.

Pero si se creían que eso nos iba a enchumbar el Carnaval, no conocen a los isleteros. Por lo pronto, ya hemos organizado varios eventos para recaudar fondos para la carroza. Yamisleisis del Pino se fue con el instituto a una semana blanca a Couteret, un pueblito del Pirineo francés, y además de traerse dos bolsas de croasanes con gelatina que llegaron bobos del viaje, me vino hecha una Blanca Fernández Ochoa. Ahora mismo la estoy viendo, con cara de velocidad, bajando de Las Coloradas haciendo eslalon, a la altura del cuartel.

El concejal nuevo que tenemos, Sergio Millares, tiene querencia por la calle Juan Rejón, que ahora, después de un referéndum que ya quisieran los catalanes, se llama La Carretera de Juan Rejón, y se ha apuntado a una prueba de esquí de fondo que patrocinan Los Chancletas. Míralo, qué pinturero, con todo el equipaje pim-pam, pim-pam, calle arriba y vuelta pa'bajo.

En el parque ahora hay que ir con casco, porque el Ayuntamiento ha instalado un trampolín de saltos como el de Bergisel, que viene estando en Austria, y te puede caer algún guiri en la cabeza. Agoney, que es un atrevido, se apostó con Yamisleisis que se iba a tirar y que iba a calcular como para aterrizar en una hamaca de La Puntilla. Esperen, que le toca... Ahí va. "¡Chancletaaaaaaaa!", grita el incauto antes de estamparse contra el Woermann. Este chiquillo nos va a quitar del mundo.

Para la gala drag, la Aemet ha recomendado que las reinonas lleven plataformas con cadenas por encima de los 30 centímetros. Inmaculada ha instalado unos infiernillos entre el público, le ha pedido tres parejas de pingüinos a Kiessling y ha sustituido los chiringuitos por igluses, que vienen bien pa' raspar el hielo de los mojitos. Mira, un inuit, ah no, es mi Miguel con una foca monje. Ains.