Lo dio todo sobre el escenario el domingo. ¿Cuántas horas hay que entrenar para hacer twerking

[Se ríe]. Se entrena y mucho. Durante los ensayos hay entrenamiento físico y de coreografía y los de física son muy físicos.

Hace tres años que nació Grimassira y es el segundo que se presenta a la gala y gana. ¿Cómo se digiere eso? ¿Esperaba que fuese así?

No, porque hace dos años me expuse de una forma distinta a la de ayer [por el domingo]. El primer año la gente no conocía a Grimassira y fue más cuestionada por el vestuario, que decían que no era representativo, pero a la gente, fuera de concurso, le encantó lo que hice. Y esta edición quería comprobar la reacción del público, que ya me conoce. Y tengo que decir que mis expectativas se han superado.

El público espera que Grimassira Maeva sea divertida...

Sí [se ríe]. Grimassira es petarda y de repente no me voy a vestir de guapa ni hacer un espectáculo que no va con ella. Grimassira es eso y la gente sabe que va a haber reguetón y twerking también.

Tanto al salir al escenario como al acabar, fue el más ovacionado de la noche. ¿Qué sintió?

Pues eso te lo podré decir dentro de una semana, que me pare a asimilarlo todo, porque ahora estoy cansadísimo, apenas he dormido dos horas. Pero como te comentaba antes, yo en esta gala quería ver cómo reaccionaba el público y si era verdad todo lo que se comentaba en las redes y lo que me decían en la calle. Durante la actuación a mí me costaba escuchar y entender parte de la música por el apoyo del público. Y después todos mis compañeros me dijeron que durante mi espectáculo todo el mundo estaba atento y se rio.

¿Es consciente de que es el único drag que tiene un personaje concreto?

Claro que sí. Es que se trata de poner a Grimassira en muchas situaciones diferentes y me encanta que haya sido así y cómo ha surgido todo, porque no fue nada provocado y las casualidades no existen y estoy muy contento con la posición en la que ahora me tiene el público.

Maeva es muy low cost

¡Arriba los chinos! [se ríe]. Esta es una de las cosas que más han marcado la diferencia. Dicen que me faltó diseño, pero lo cierto es que si tú vas al sur, a la playa, ¿qué diseño ves? Ves toallas, pareos, bañadores... Y si estoy encallado en una roca, ¿qué me voy a poner? El segundo vestuario, que es con el que me quedé, si se paran a mirar estaba muy estudiado. Llevo flecos de los años 20 con pedrería. Acabé con el guiño de la estola blanca y mi vestuario era de los colores de la bandera de Canarias. A lo mejor no es el diseño de fantasía que ellos quieren, pero diseño y trabajo hay. Porque para ser cutre tienes que tener un buen trabajo detrás.

Todo esto le convierte en el drag más transgresor...

Soy el que menos vergüenza tiene, creo. A la hora de ponerme sobre el escenario soy Grimassira. Se me cambia un montón el rol y me siento muy satisfecho con el trabajo y con cómo ha ido todo.

Este año, además, su espectáculo ha sido reivindicativo. Aprovechó la polémica de los anuncios de las Islas. ¿Por qué este tema?

Es una crítica a las agencias y no a los de Tenerife. Creo que la gala drag tiene bastante repercusión a nivel mundial y este es un tema que quería tratar porque iba a empatizar con el público y era Carnaval. Desde pequeño sigo las murgas, me encanta la crítica, así que blanco y en botella... Humor fue, humor es y como humor se entendió.

La anterior vez que ganó también fue crítico con la poca participación que se le dio como representante del Carnaval. ¿Cree que eso cambiará este año?

Voy a dejar que la Sociedad de Promoción me sorprenda. A ver qué le ofrecen al drag ganador como recompensa al trabajo que ha tenido. En 2014 fui más comedido porque no sabía a qué me atenía, pero viendo que de todos los cambios que se habían prometido solo se hizo la presentación de los candidatos en el Círculo Mercantil que, además, la propuso la asociación de los drags. Es decir, dijimos que se hiciera un acto para que nuestros patrocinadores tuvieran también repercusión y esto les favorecía a ellos porque salió en los medios de comunicación. Por eso, este año mi máxima preocupación es que la próxima edición haya cambios económicos y que la prioridad de esta seamos los drags y no los artistas invitados.

¿Cuáles son esos cambios?

Propusimos que nos subieran el premio, pero nos dijeron que era imposible. Pero si nosotros llenamos el parque dos veces, ¿por qué no invierten eso en nosotros?, ¿por qué no nos ponen seguridad aquí detrás para que solo nos tengamos que gastar el dinero de los transportes una vez? Son 200 euros cada vez que coges el camión. Es que parece que nosotros vamos de divas y que a ellos les ofende que queramos subir el premio. Pero no es así, nosotros solos nos creemos lo que nos dice el público, que no es otra cosa que el hecho de que vienen a vernos a nosotros. Al igual que las audiencias en televisión son por nosotros. Que dejen de pagar tanto a la gente que viene de fuera y que nos paguen a nosotros. Otra cosa es la tarima. Por un error de entendimiento entre no sé quién nos pusieron la tarima y nosotros estábamos en contra, nos dijeron que no la ponían y después de la preselección la montaron sobre el escenario, sin posibilidad de que nosotros pudiéramos decir que no porque nos quitaba espacio y deberían habernos consultado.

Usted también está en la Escuela Drag. ¿Cómo va ese proyecto? ¿Hay cantera?

Sí que hay cantera. Pues a los niños de la escuela drag les teníamos la sorpresa de invitarlos al ensayo general de la gala con todos los drags y estando todos en el escenario teníamos pensado entregarles sus primeras plataformas.

¿Qué es imprescindible para ser un drag?

Tener muchas ganas y no tener sentido del ridículo. Hay que contar con creatividad y descaro.