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San Juan: "Tras la presentación de la gala de la reina he sufrido la auténtica maldad"

La actriz actuará la próxima semana en el Centro Cívico de Carrizal con su obra 'Mi lucha', su tercera entrega teatral en formato unipersonal

La actriz grancanaria Antonia San Juan. LA PROVINCIA / DLP

Antonia San Juan, ¿qué es de su vida?

Pues aquí estudiando la obra, Mi lucha, que en junio estaré en Madrid en el Teatro Apolo, y en noviembre en el Teatro Arteria de Barcelona. Y ahora por todos los pueblos de las islas, como en Carrizal donde actúo los próximos 10 y 11 de marzo en el Centro Cívico. Después seguiré por Maspalomas, por Teror, en Tenerife por Guía de Isora, La Laguna... Además el lunes represento Lo mejor de Antonia San Juan en el Centro Insular de Cultura de Canarias, por una propuesta del área de Igualdad para celebrar el Día de la Mujer Trabajadora. Y el nuevo ciclo que empiezo en Carrizal es la misma obra que ya representé el pasado de 8 de enero en el teatro Guiniguada, que tuvieron 20 funciones, pero que por lo que veo usted me da que no fue a ninguna. ¿O sí?

Es que soy algo rústico pero le prometo que iré. Aquí en el 'prospecto' pone que es su tercer trabajo teatral unipersonal después de Otras mujeres y Otras mujeresLas que faltaban,

Sí, hace 15 años ya de Otras mujeres y unos 12 años de Las que faltaban. Mi lucha es un alegato de la lucha, como expresa el título, por la cultura y en contra de la ignorancia, la religión y la superstición.

Luego deduzco que usted no va al homeópata.

Pues no. ¿Cómo se le va a atribuir a la homeopatía nada, o a unas flores de Bach la capacidad de actuar sobre los afectos? Hay que posicionarse en el siglo XX, cuando se habla, se estudia y se analiza sobre inconsciente. Yo en todas las obras en las que trabajo trato de tocar el inconsciente precisamente para mover conciencias, y más ahora que está todo tan mal y que es el momento perfecto para hablar de estas cosas.

Y dígame, en 'Mi lucha', ¿por qué le tiene tanto coraje agarrado su hermana gemela? ¿No será que es un poco cursi?

Pero si ella es una poligonera de Las Remudas.

No, digo usted.

¿Yo cursi?

Sí.

Yo de cursi nada. Lo que pasa es me tiene envidia. Sí, ella es una poligonera y ella se quedó ahí y a mí me fue bien. Y al que triunfa siempre se pone verde, y al que le va mal en la vida le ofrecen la compasión y el cariño de la gente, eso siempre funciona así. La obra contiene 14 historias diferentes, con textos de Félix Sabroso, Enrique Gallego y míos, y son muy divertidos, como de comedia.

Se presenta usted como uno de los baluartes, y leo textualmente, de la libertad de expresión escénica. ¿Qué opina pues de las polémicas como la de los titiriteros del reciente carnaval de Madrid y otras que inciden sobre esa misma libertad de expresión?

Hombre, yo creo que está claro que estamos en un momento en el que se confunde el concepto de libertad de expresión, que hoy por hoy parece que consiste en lo que se enseña por la televisión con su sentido de lo moral, en el que se ensañan unos con otros convirtiendo esa libertad en agresión, y nada tiene que ver una cosa con la otra. En la televisión se adoctrina a decir todo lo que se piensa del otro de forma que pretende ser muy clara y transparente, pero no se esta dispuesto a que se practique esa misma crueldad con ellos.

Acaba usted de terminar algo que según apunta va a tener su enjundia.

Acabo de terminar un corto con Solajero Producciones y que se estrenará pronto.

¿Cuál?

Los frecuentadores.

Y qué son los frecuentadores.

Los frecuentadores son los que van al médico y se pasan todo el días sentados en las salas de espera. Los médicos los llaman así, frecuentadores.

Pues ni papa.

En realidad no tienen nada. O van a buscar pastillas y así. Se plantan en los centros de salud o en el ambulatorio para ver a las amigas y relacionarse socialmente. Aquí en el corto se narra la historia de un hermano y una hermana que se ponen a caer de un burro entre ellos, allí en la sala de espera a grito pelado.

También tiene usted entre manos su tercer largometraje como directora.

Elena y Cristina. La historia de dos hermanas muy pijas con mucha risa y mucha situación rocambolesca.

Y también hay quién la echa de menos en La que se avecina

No se crea. Cuando trabajas tantas horas de mucho repetir es muy complicado. La gente sí que se divierte, pero son 12 horas continuas en las que tienes que llegar con el guión aprendido como el Padre Nuestro y siempre con mucha concentración. La tele es dura, aunque estés con muy buenos compañeros, pero luego cuando ves el resultado vale la pena.

Lo que no le valió mucha la pena fue su pasada actuación en la gala de la reina del carnaval, y la posterior reacción de una parte del público.

La reacción del público, sí. Efectivamente hay una parte que me demostró que me quiere. Pero otra que no sólo no me quiere, sino que me ha difamado y dicho muchas barbaridades.

Pero, ¿qué le ocurrió?

Me pusieron un pinganillo de apoyo que empezó a recitar el texto a grito pelado. Ahí pedí perdón al público, me vine abajo y me costó remontar. Me puso muy triste mientras seguía el guión a toda pastilla por el pinganillo. Fue un despropósito y yo di la cara.

¿Se refiere a que devolvió el dinero?

Yo hice el trabajo y ensayé dos días y efectivamente devolví el dinero y espero que todo el mundo sea tan honesto para que cuando trabaje mal no cobre, esto en un país que pretenda ser serio. Es como lo del paro, que se apuntan para recibir los subsidios y luego hacen trabajos en negro por ahí, o profesores de baja que ofrecen clases particulares, en fin, todos conocemos a alguien así.

Pero ha llegado usted a hablar de agresiones, tras la presentación.

Tras la gala he sufrido la auténtica maldad, con gente gritándome por la calle o, la gota que colmó el vaso, asegurando que yo había salido al escenario drogada o borracha, y todos el que me conoce saben que jamás haría tal cosa en mi trabajo.

¿Cómo que gritándole por la calle?

Vamos a ver. Ya antes de la gala también, saliendo de un restaurante en Las Canteras. Es que donde más agresiones recibo es en mi tierra. Hay gente que me quiere mucho, pero también donde sufro a la más agresiva y violenta. Son las dos partes, la cara 'a', y la cara 'b' . Los que vienen a verme y pagan por entrar en el teatro a disfrutar de mi obra, como llevan haciendo desde hace 17 o 18 años, que son las personas que me interesa y a las que me debo y las otras que asimilan que Antonia San Juan es Estela Reynolds, el personaje de La que se avecina, una tirada y una borracha, y que no valoran cuando trabajo gratis para causas como el cáncer. Aquí se ha largado lo más grande, porque no hablaban siquiera de la gala, sino de la persona.

En resumen, que se ha llevado usted el chasco del siglo.

No. En parte me gustó ver esa otra faceta. Era una estupidez por mi parte pensar que me quería todo el mundo, cuando lo que existen son personas que con mucha mala uva quieren destruir tu carrera con cosas como que me fuera de la isla, e insultos vomitivos por las redes sociales como drogadicta, borracha o travesti. Sinceramente, estoy muy sorprendida.

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