El carnaval ya se respira en muchos municipios de la Isla. Cabalgatas, concursos de murgas y actividades infantiles sirvieron ayer para calentar motores de cara al fin de semana, en el que la jarana se dejará sentir en forma de mogollones y concursos de disfraces.

En Santa Lucía de Tirajana, más de 1.000 personas se sumaron ayer al carnaval escolar de Sardina, que este año estaba dedicado a las fiestas del mundo. Los estudiantes del CEIP Policarpo Báez y del IES Tamogante, junto al profesorado y a un nutrido grupo de vecinos, recorrieron las calles del pueblo y participaron en el entierro y quema de la Sardina infantil. Con la caída del sol llegó el momento de la Noche de la Polvajera. La plaza se llenó de vecinos ataviados con ropajes blancos que esperaban la llegada de Maruca La Negra y su Valija. Fue a partir de las 21.30 horas cuando comenzó la batalla de polvos de talco. Muchos se acercaron a continuación a la Casa de la Cultura, donde se velaba la Sardina, antes de entregar sus cuerpos al baile con la verbena.

En la otra punta de la Isla, Gáldar también vivió una intensa jornada de fiesta. Las calles del casco se llenaron de miles de vecinos dispuestos a disfrutar de la gran cabalgata de Carnaval. Por unas horas, el espiritu del continente africano empapó el recorrido multicolor del coso carnavalero. Fueron nueve las carrozas que se unieron al recorrido acompañadas por diversas bandas de música, comparsas, murgas y batucadas. El ritmo de todos ellos sirvió para animar este desfile, que partió a las 18.00 horas desde la calle Drago y en el que los alumnos de las guarderías y los colegios del municipio fueron losprincipales protagonistas. En cada esquina era posible encontrarse con tribus enteras, exploradores, leones, cebras y tigres de la sabana africana que bailaban sin cesar al ritmo de la música. La diversión se prolongó hasta la madrugada con el mogollón celebrado en la Plaza de Santiago.

Los niños también disfrutaron con el carnaval en La Aldea. Cientos de escolares participaron en el pasacalles, que arrancó en la avenida de San Nicolás para a continuación recorrer El Casco. Al final, en La Alameda, un surtido de tortillas de carnaval y un baile de piñatas esperaba a los carnavaleros como colofón a la fiesta.