Las calles de Puerto del Rosario se transformaron ayer en un cuento, al igual que la alegoría elegida este año para los Carnavales de la ciudad. Cientos de niños de los diferentes centros escolares tomaron las calles para disfrutar de una jornada festiva. Ataviados con sus peculiares disfraces repartieron alegría y color por las vías públicas.

A ritmo de batucada, los pequeños salieron de sus distintos centros escolares para realizar un recorrido por las calles de la ciudad y por las vías aledañas a los colegios acompañados de sus respectivos profesores.

No faltaron en ningún momento las risas y la diversión porque los niños supieron unirse a la fiesta del disfraz. La mayor parte de los atuendos fueron confeccionados en los propios centros escolares, labores a las que también se sumaron, en algunos casos, los padres.

Uno de los momentos más emotivos se localizó cuando los pequeños cantaron las canciones que habían ensayado en sus respectivos centros. Mientras que los padres y familiares aplaudían a rabiar, los niños, especialmente los de los primeros niveles, ponían la nota humorística de la jornada, porque se entregaron a fondo para interpretar las letras más inocentes, y no siempre lo lograron.