El 'Playoff' es tan apasionante por capítulos como el de ayer en el Gran Canaria Arena. Nada es lo que parece. El guión puede cambiar el rumbo tanto como lo ha hecho en los dos primeros partidos de la eliminatoria entre Baskonia y Herbalife. Si el primero había sido un encuentro triste y aburrido, solo sostenido por un par de momentos de inspiración de los locales, el segundo fue absolutamente todo lo contrario. Con electricidad e intensidad, en un encuentro de altísimo nivel, el Herbalife Gran Canaria impuso su defensa y su ritmo ofensivo frente al Baskonia (94-79) para forzar el tercer partido de la serie de cuartos de final, que se disputará este domingo en el Buesa Arena.

Lo bordó el Granca en los dos lados de la pista con un denominador común: la energía. Tuvo fe el equipo amarillo a pesar del traspié en Vitoria y de la racha de cuatro derrotas en siete partidos con la que se presentaba en el duelo. No tuvo nada que ver el equipo de ayer con el del último mes. Fue un portento más parecido a la versión que encadenó ocho victorias seguidas entre febrero y abril, la mejor en la historia del club. Le debía el Granca un partido así a su afición para cumplir con el mínimo que se le exige: plantarse en cuartos del 'Playoff' y ganar en su casa. Todo lo que venga a partir de ahí es un extra.

Cuando se trata de defender la Isla -el lema que ha utilizado el club para atraer al aficionado- nadie mejor que Eulis Báez. Con una exhibición de carácter -31 de valoración con 18 puntos, 6 rebotes y 8 faltas recibidas- marcó el camino del Gran Canaria, una senda que habían labrado de inicio Royce O'Neale y Bo McCalebb. El trío, junto con Darko Planinic, comandó el apartado ofensivo del Granca. Pese a rozar los 100 puntos no encontró el Granca una buena contribución de Kyle Kuric y Pablo Aguilar, pues los máximos anotadores sumaron solo cinco puntos entre los dos. El internacional español hizo un sobreesfuerzo ya que era duda hasta última hora y jugó con molestias, mientras que el escolta de Indiana tuvo uno de sus peores días de la temporada. Y a pesar de todo, con un 5/18 en triples, el Granca fue un vendaval en ataque.

Ni con esas se destruyó el Granca, que hizo del trabajo defensivo en un auténtico espectáculo. Es muy difícil convertir en vistoso una tarea que supone picar piedra, pero hay ocasiones en las que los amarillos lo consiguen. Y con eso como apoyo, además del poderío en el rebote -37 de los locales por 25 de los visitantes- lograron desquiciar a un Baskonia que murió de pie.

Nunca tiró la toalla el equipo de Sito Alonso, tan incansable en sus protestas como los suyos ante cada arreón amarillo. El Herbalife llegó a superar los 20 puntos de ventaja en el inicio del tercer cuarto. Salió como una exhibición al parqué y se disparó en el marcador, pero los visitantes nunca se rindieron, logrando situarse a diez puntos (73-63) a siete minutos para el final. Fue entonces cuando la puntería de Sasu Salin con cinco puntos seguidos y la experiencia de Albert Oliver y Eulis Báez echaron el cerrojo.

O'Neale desatado

El triple con el que había arrancado el Baskonia en el primer ataque del partido no hacía presagiar lo que se venía luego. O sí. Porque los visitantes empezaron enchufados, ocurre que se toparon con una sobresaliente defensa. Sito cambió los interiores del quinteto inicial y salió con Shengelia y Diop para intimidar en la pintura. Pero no inquietó al Granca, que desde muy pronto encontró huecos por dentro. Especialmente Royce O'Neale, que anotó 7 de los primeros 9 puntos. Y los hizo de todos los colores, síntoma de su polivalencia: dos tiros libres, un triple y una bandeja tras rebote ofensivo. Bo McCalebb también estaba enchufado y un triple de Salin cerró el gran arranque de los locales (14-9, m. 5).

Shengelia, con un triple, mantenía cerca a los visitantes pero un parcial de 6-0 comandado por Eulis Báez y O'Neale obligó a Sito Alonso a pedir su primer tiempo muerto (20-12, m. 7). Funcionaba todo en el Granca, en el que Báez sacó su raza para que no penalizara las molestias de Pablo Aguilar (que completó 14 minutos más que dignos jugando con dolor). El tiempo muerto no hizo más que reforzar la defensa del Granca, que consiguió que el Baskonia se comiera la pelota en varios ataques seguidos. En el otro lado de la pista apareció Darko Planinic con siete puntos. El croata comandó la segunda línea junto con la dirección de Albert Oliver.

Solo faltó Kuric

Fueron minutos en los que el Granca estabilizó su ventaja. Para coronar la faena ofensiva solo faltó la aportación de Pablo Aguilar y Kyle Kuric, que tomaron varias malas decisiones en los lanzamientos. Pero la excelente defensa claretiana hizo que superaran la barrera de los diez de diferencia gracias a un triple de Xavi Rabaseda (32-20, min. 14). Oliver, a pesar de dos pérdidas, marcaba el ritmo del partido y se comió en su emparejamiento a Laprovittola. Al Baskonia le costaba horrores anotar. El festival de talento que acumulan con Larkin y Adam Hanga al mando solo apareció de forma puntual, incapaces de encadenar un par de ataques buenos para acortar la distancia. Se desesperaron los de Sito Alonso, que transformaron su impotencia en una falta técnica y una antideportiva a Shengelia que dieron otra máxima diferencia para el Granca (41-24, min. 17).

El Herbalife, poco a poco pero sin pausa, ponía la directa en el marcador. Jugadas bellas como un 'alley oop' entre McCalebb y Pasecniks hacían las delicias del Arena. Pero, como en el primer cuarto, los más regulares en anotación eran O'Neale y Báez. El dominicano llevaba varios meses sin gustarse tanto en la cancha y rugió otra vez con seis puntos seguidos. Mareó el capitán a un Shengelia que venía de hacer un partidazo en el Buesa Arena y besó la lona en la Isla. Seis tiros libres seguidos de Diop y un canastón de Beaubois sobre la bocina dejaron la ventaja en 17 puntos al descanso (49-32, min. 20).

El corazón del Baskonia

Tras el descanso logró su máxima ventaja el Granca con dos mates de Pasecniks y una delicia de O'Neale (55-34, m. 23). Pero entonces comenzó el Baskonia a endurecer su defensa y llegó el momento más frágil del Granca. Tardó un mundo Luis Casimiro en pedir tiempo muerto en un parcial de 10-0 en contra en un suspiro. Se desató el Baskonia con canastas de todos y se acercaron a once puntos (55-44, min. 25). El partido era mucho más duro y físico que en la primera parte. El Baskonia apretó las tuercas, pero incluso así los amarillos reaccionaron. No solo aguantaron la diferencia sino que la aumentaron. Planinic y O'Neale desatascaron la sequía amarilla en ataque mientras los triples de Larkin anulaban las buenas defensas del Granca. No llegaba a superar el Baskonia la barrera de los diez puntos pero se aferraban al partido. Hasta que apareció McCalebb, que con robos y genialidades en ataque dio un golpe sobre la mesa para llegar al último cuarto bordeando los 20 puntos (71-53, min. 30). El de Luisiana llegó al Herbalife para partidos como el de ayer y apareció.

En el último cuarto un parcial de 2-8 obligó a Luis Casimiro a llamar de nuevo a capítulo a los suyos (73-61, min. 33). Los dos equipos ya estaban en bonus a seis minutos para el final y el Granca supo aprovecharlo, incluso superando una falta técnica pitada de manera incomprensible a Casimito, todo por las protestas de Sito Alonso en el otro banquillo. Eliminado Shengelia tuvo vía libre Báez para bordarlo en la pintura con rebotes, puntos y robos en el momento clave.

Larkin acabó tocado pero insistió en volver a la pista y Oliver, más listo que nadie, le maniató. Sasu Salin fue el invitado sorpresa con cinco puntos seguidos y al Granca, entonces sí, ya no le frenó nadie. Ni siquiera los puntos de Beaubois. Sacó músculo el Herbalife. Con hambre y ya sin nada que perder se plantará en Vitoria.