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Herbalife Gran Canaria El análisis y actualidad

Motivos para otra hazaña

El Granca mostró en Siete Palmas el camino para minimizar el potencial del Baskonia y exprimir sus recursos

El base norteamericano Bo McCalebb se escapa de Ilimane Diop, pívot del Baskonia, el pasado jueves. QUIQUE CURBELO

El CB Gran Canaria tiene motivos para creer. Hace menos de una semana, el cuadro de Luis Casimiro acabó tocado el primer partido de la serie de los cuartos de final del Playoff por el título de la Liga Endesa. En el Fernando Buesa Arena, el panorama que se le presentaba al equipo claretiano no era halagüeño. Tras caer en Vitoria, en un partido farragoso, sin virtuosismo en ningún lado de la pista, el Granca estaba como un funambulista sin arnés. Otro resbalón, otra pérdida de equilibrio y su temporada se acabaría en el Gran Canaria Arena.

Pero ese abismo al que se asomaba el Granca no le hizo tambalear. Porque el conjunto amarillo completó uno de sus partidos más serios de toda la temporada para empatar la serie con el Baskonia, todo un equipo de Euroliga que llegaba a la Isla con un único objetivo: sentenciar su pase a las semifinales de la Liga Endesa por la vía rápida. Sin embargo, el Granca se recompuso para pisar la pista de Siete Palmas con otra cara y mandar la eliminatoria al tercer partido. Un hecho que no fue fruto de la casualidad.

Un extra

Por un lado, el Herbalife Gran Canaria salió con la intensidad necesaria para tener la oportunidad de llegar a imponer. Ese factor, el de la intensidad, un término de moda hoy en cualquier deporte, tuvo su influencia inmediata.

Con ese plus de garra, de fuerza, de actitud, el Herbalife pudo igualar el físico del Baskonia, superior al del Granca con solo ver su roster. Ese aspecto del juego fue algo en lo que incidió Luis Casimiro tras la derrota de los suyos en el Fernando Buesa Arena. "Tenemos que intentar igualar el nivel físico. Cuando fallas tanto es una evidencia. Tenemos que igualar ese aspecto físico, y nosotros solo podemos hacerlo de una manera: yendo a comerte el aro, ir a por él. Ir al aro con contudencia", sentenció el técnico manchego al término del partido en Vitoria.

Recuperar el tino

Que el Gran Canaria se quedara por debajo del 30% en acierto en tiros de dos no es habitual. Eso fue precisamente lo que le ocurrió en el primer partido del Playoff. De hecho, el equipo de Luis Casimiro acabó la temporada con un 55,65% de acierto desde esa zona para auparse también a la segunda plaza en la tabla del mejor ataque de la Liga Endesa, con 84,69 puntos de media por partido.

El conjunto claretiano volvió en su casa a unos guarismos que representan mejor quién es el Granca: 68% de acierto en el tiro de dos para convertirse en un equipo demoledor en el aro rival. Porque el Granca anotó contra el Baskonia casi 10 puntos más de lo que representaba su media durante la temporada regular.

En la pintura, el bloque que formaron Darko Planinic, Eulis Báez, Anzejs Pasecniks y Royce O'Neale funcionó; las penetraciones de McCalebb volvieron a recordar el sabor del mejor Bo. En total, 17 canastas pisando la zona. O lo que es lo mismo: 34 puntos que se forjaron al borde de la canasta.

Sin éxito en el 6,75

El Granca fue capaz de tumbar con relativa calma en los minutos al Baskonia sin tener el mejor día en el triple. Con solo cinco lanzamientos de tres puntos por dentro en 18 intentos, el Granca mandó la serie al desempate en Vitoria. El mal día en el triple dejó a un gran damnificado: Kyle Kuric. El escolta de Indiana no anotó ni un solo triple en las cuatro oportunidades que tuvo desde la línea de tres.

Sin su anotador más regular en la temporada, el Herbalife salió vivo de su encontronazo con el Baskonia. En buena medida por la aportación ofensiva del resto del equipo, con cuatro jugadores que alcanzaron los dos dígitos de anotación (Eulis Báez, Royce O'Neale, Bo McCalebb y Darko Planinic).

El capitán

Resulta también imposible obviar el partido de Eulis Báez. El capitán, que llegaba a la cita tras completar más de un mes bastante discreto, se creció ante la adversidad. Su ímpetu levantó el espíritu de un equipo que salió roto del primer partido en el Buesa Arena.

"Una gran persona, amigo mío, me dijo que era un partido de esos en los que te preguntas cómo quieres acabar tu último partido, si es tu último partido. Si quieres terminar con una buena imagen o una mala. Salí con eso en la cabeza, con esa mentalidad salí a pista de querer hacer el mejor partido posible delante de nuestro público por si era el último", explicó el dominicano en declaraciones ofrecidas por el club.

La mentalidad

El Herbalife, sin acudir a las perrerías ni a las triquiñuelas, dominó la psicología del juego. En ningún momento, el Granca titubeó -más allá de unos minutos en el tercer cuarto donde se quedó sin aire- ni se desesperó. Todo lo contrario le sucedió al Baskonia, ahogado en sus propios pensamientos y visiblemente frustrado. Los gestos de su técnico Sito Alonso o el partido de Toko Shengelia, devorado ante Eulis Báez, son una muestra de ello.

La defensa

Que el Herbalife tenía que reducir las canastas fáciles, minimizar las pérdidas y evitar situaciones cómodas de puerta atrás, un clásico de este Baskonia, era un hecho. Excelso en las ayudas, dejó al conjunto vasco agarrarse a su inspiración en el lanzamiento. Y ahí, el Baskonia no tuvo su día; el Granca encontró el camino para desesperarles. Es un buen motivo para creer.

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