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Herbalife Gran Canaria El reportaje

La despedida de Portugués

El base tinerfeño, último canterano en debutar con el primer equipo, deja el club amarillo

El base Joaquín Portugués domina el balón en el partido de su debut con el Herbalife Gran Canaria. QUIQUE CURBELO

El 3 de diciembre de 2014, hace ya casi tres años, al Gran Canaria Arena se le hinchó el pecho. Porque ante el Dijon francés vio debutar a un hombre de la casa, el último que ha tenido ese privilegio en el club claretiano. Con el dorsal '15' a la espalda, Joaquín Portugués, uno de los proyectos más firmes de la cantera amarilla, salía a escena. Ahora, casi tres años después de aquello y luego de siete cursos en la Isla, el base tinerfeño se despide de la disciplina amarilla, el club que le ha dado la oportunidad de vivir el profesionalismo.

"Son incontables los recuerdos que se me vienen ahora, pero creo que me quedo con mi debut en Eurocup, esa sensación al entrar a la pista y que la afición se vuelque a tu favor, es un sentimiento de adrenalina increíble", explica Portugués, que los dos últimos años los ha pasado de manera casi íntegra en el conjunto filial del Herbalife Gran Canaria, que juega en la Liga EBA.

Porque los mejores momentos de Joaquín Portugués en la disciplina claretiana llegaron en Europa. En el año del estreno de la era Aíto García Reneses, Portugués se asomó al primer equipo de la mano del técnico madrileño. Las lesiones en el plantel y una confección de roster algo limitada le abrieron la puerta del primer equipo. Pero no solo a él. En la temproada 2014-2015, la cantera amarilla se asomó al parqué de Siete Palmas. Edy Tavares, ya era pívot titular del equipo; Mouhamed Barro pudo debutar en ACB y Eurocup, como el propio Joaquín; y Fabio Santana también tuvo sus minutos hasta que su rodilla se quebró en un partido europeo en el Gran Canaria Arena.

"Fue una gran suerte estar con jugadores que hoy en día están buscando hueco o afianzándose en ligas de alto nivel. Barro y Fabio, por ejemplo, están haciéndose un nombre en la segunda liga de España, mientras que Edy sigue creciendo a pasos agigantados y no me extrañaría nada, porque lo merece, que esta temporada o la próxima tenga minutos en la NBA", comenta el playmaker tinerfeño de sus compañeros de generación, todos lejos ya de la disciplina amarilla.

Aquella temporada contaban en el banquillo con un hombre que no sabe entender el baloncesto sin la base: Aíto García Reneses. "Es un entrenador increíble, muy cercano a sus jugadores y que te hace sentir que eres uno más desde el primer entrenamiento, te aporta mucha confianza, que creo que es lo primordial para los jugadores jóvenes", contesta.

Su participación en varios partidos de la Eurocup le valió un billete a la final. El base santacrucero tuvo la oportunidad de sentarse en el banquillo en los dos partidos de la final. En su pecho, cuelga la medalla de subcampeón, el mayor hito continental del Granca. "Llegar a jugar en un equipo subcampeón y estar en una final de una competición de clubes tan importante a nivel europeo creo que es una suerte que pocos tienen", narra.

El tiempo pasó y Portugués no volvió a salir a escena en el primer equipo, más allá de alguna convocatoria. En el filial luchaba por volver a ganarse esa oportunidad. Ahora, camino de los 22 años -los cumplirá en septiembre-, busca acomodo en otro club. "Ahora estamos valorando todo y barajando la mejor opción deportiva. Soy joven y lo que busco es jugar minutos, a poder ser en ligas de superior categoría a la EBA, para lo cual me siento preparado, con muchas ganas y trabajando duro todos los días a ver hasta dónde puedo llegar", sentencia Portugués. Calma y sacrificio es la receta del base tinerfeño, el último canterano que se asomó al primer equipo amarillo y que ahora vuela hacia otros retos.

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