El Herbalife Gran Canaria inaugura mañana su 23ª temporada consecutiva en la máxima categoría del baloncesto nacional. Después de un crecimiento progresivo en estas más de dos décadas, el conjunto claretiano da el pistoletazo de salida a una campaña donde la aspiración es asaltar de una vez por todas el vagón de cabeza de la Liga Endesa, ese en el que viajan los grandes de la competición nacional. En definitiva, emular proyectos como los de Valencia Basket o Unicaja Málaga, que han conseguido igualar en galones a los tres estandartes históricos de la ACB, o sea, Real Madrid, FC Barcelona y Baskonia.

El Granca, desde que aterrizara en la élite, ha ido escalando peldaños en el escalafón de la considerada como la segunda mejor liga del mundo tras la NBA. En ese devenir, los amarillos llevan ya bastantes campañas ejerciendo de alternativa, y tienen ahora mismo en su mano, por estructura de club y por potencial de plantilla, dar ese paso adelante en cuanto a jerarquía.

A la hora de poder traspasar esa delgada línea que existe entre un estatus y otro, eso sí, también tienen mucho que ver los muchos factores que influyen a lo largo de una temporada plagada de retos, pero sobre el papel el sueño parece estár más que nunca al alcance de la mano.

El Herbalife Gran Canaria, que desde la etapa de Aíto García Reneses en el banquillo se deja ver por las finales -subcampeón de la Eurocup 2014-15 y de la Copa del Rey 2015-16-, saboreaba por fin el curso pasado la conquista del primer título. Ese hito se lograba en Vitoria. Allí, Eulis Báez, el capitán, levantaba el trofeo de la Supercopa.

Luego, el Granca veía cómo se diluían las opciones de confirmarse entre los grandes de España y volvía a su rol de alternativa, con más sombras que luces. Las eliminaciones de la Copa del Rey y de la Eurocup, en la ronda de cuartos de final en ambos casos, causaba cierta desilusión, a pesar del poderío de los rivales, Valencia Basket y Hapoel Jerusalem. Pero más rasquera produjo a la afición lo ocurrido en la Liga.

Se estuvo muy cerquita de alcanzar dos nuevos hitos en la historia del Granca. En la temporada regular, el cuadro claretiano vio esfumarse sus posibilidades de entrar como cabeza de serie por primera vez en el playoff por el título. Todo pintaba de color de rosa, pero dos derrotas inesperadas ante rivales asequibles como Joventut y Fuenlabrada lo impedían.

Luego, en el cruce de cuartos ante el Baskonia, el Herbalife maldecía su suerte al no encestar Kyle Kuric en el tercer choque de la serie el triple sobre la bocina que hubiese abierto de par en par las puertas de la semifinales, un objetivo que tampoco nunca ha saboreado.

Rota la barrera de inaugurar el palmarés con el primer entorchado conquistado, los amarillos esperan seguir sumando méritos en el curso que ahora arranca. Y a punto estuvieron de estrenar la campaña de la misma manera que la anterior. El Herbalife soñó con revalidar la Supercopa hace apenas una semana en su feudo, pero en la final topaba con un Valencia Basket rocoso.

Sin duda, arranque esperanzador para un equipo que ha cambiado, como suele resultar habitual en el club claretiano temporada tras temporada, bastante su fisonomía. Savia nueva para insuflar ilusión a la parroquia del Granca.

La Copa hace tilín

Después de quedarse con la magua de conquistar la Supercopa ante su afición, los jugadores y el cuerpo técnico del Herbalife tienen otro torneo marcado en rojo en el calendario. Nos referimos a la Copa del Rey. Será la segunda vez que el cuadro amarillo actúe como anfitrión de una competición en el curso 2017-18. Su condición de organizador le otorga plaza directa, así que se ahorra el tener que luchar por estar entre los ocho primeros de la clasificación finalizada la primera vuelta de la Liga Endesa.

Eso sí, como en la Supercopa, tendrá que luchar con la maldición que pesa sobre el local. En toda la historia del torneo únicamente dos han logrado ganar el título: el CAI Zaragoza en 1984 y el TAU Cerámica en 2002. Además, nadie pasa por alto lo ocurrido en 2015. En aquella ocasión, Gran Canaria actuaba como sede y todos soñaban con llegar muy lejos, pero luego se caía en la primera eliminatoria ante el Joventut de Badalona.

Remodelación

De los cuatro refuerzos del anterior verano, ninguno sigue (Bo McCalebb, Richard Hendrix, Darko Planinic y Royce O'Neale). A ello hay que unir las salidas de dos jugadores muy queridos por la afición: Sasu Salin y Kyle Kuric. Al menos,con la política de renovaciones, el Herbalife logra mantener su cuota nacional -Albert Oliver, Oriol Paulí, Xavi Rabaseda y Pablo Aguilar-, además de la continuidad del capitán Eulis Báez y de Anzejs Pasecniks, la perla amarilla que renunció nada menos que a la NBA -elegido en primera ronda del draft por Philadelphia 76ers- para seguir creciendo al abrigo del Granca.

De resto, variedad. Experiencia y juventud, conocimiento de la competición española y apuestas novedosas. Y un retorno, el de DJ Seeley, quien vuelve a la Isla tras jugar para el equipo claretiano en la segunda mitad de la temporada 2015-16 para cubrir la baja de Kyle Kuric. Después de una campaña irregular en el Maccabi Tel Aviv, la vuelta del escolta estadounidense levanta expectación por las buenas prestaciones que tuvo anteriormente.

También del cuadro israelí llega el sustituto de Bo McCalebb. Gal Mekel se trata de un base con características distintas a las del de Nueva Orleans. Aunque tardaba en incorporarse a la disciplina del Herbalife por su participación en el Eurobasket con Israel, el experimentado director de juego ha dejado apuntes de calidad en la corta pretemporada y en la Supercopa.

Amén del regreso de DJ Seeley, el perímetro amarillo se completa con un jugador contrastado como el sueco Marcus Eriksson, ex del Barça, y Shaquielle McKissic, una incógnita cuya experiencia lejos de Estados Unidos pasa por Corea del Sur y Turquía.

Por lo que respecta al juego interior, apuesta decidida por la juventud y por los centímetros. Ondrej Balvin, un 2,17 de 25 años y vieja pretensión del Herbalife, está llamado a tener un rol protagonista junto a Anzejs Pasecnicks en la posición de 5. En principio, como tercera opción parte Luke Fischer, que en Gran Canaria afronta su primera experiencia profesional al dar el salto desde la liga universitaria norteamericana.

Casimiro, histórico

Por segunda temporada consecutiva, Luis Casimiro será el encargado de formar con estos mimbres un Granca fiable. El manchego, con 570 encuentros -268 victorias-, tiene el honor de ser el entrenador con más partidos dirigidos en la ACB, ahora Liga Endesa, después del que hasta ahora líder de esa clasificación, Pedro Martínez, no ocupe ningún banquillo esta campaña después de hacer campeón al Valencia Basket la anterior.