Un reencuentro agradable. El Herbalife Gran Canaria saludó de nuevo a la victoria tras imponerse al Divina Seguros Joventut por 94-69. A pesar de la contundencia del resultado, los claretianos tuvieron que sacar a relucir su mejor defensa e imponer su ritmo frenético a partir del tercer cuarto para doblegar a un rival en estado de depresión -todavía no ha ganado- y que no supo reaccionar al arrebato amarillo en la segunda parte.

Si el reclamo de Luis Casimiro en los días previos al partido era intentar alcanzar un equilibrio a partir del trabajo defensivo, los jugadores se encargaron de atenderlo, si bien es cierto que tardaron en ejecutar el procedimiento. Porque el equipo de Badalona sostuvo bien al Granca en el primer cuarto, que ganó por 22-24, intercambió canastas con su rival producto de la baja intensidad de los locales e incluso llegó a alcanzar una diferencia de nueve puntos a su favor.

Pero cuando el Herbalife se puso a trabajar definitivamente y a Marcus Eriksson empezó a entrarle todo (23 puntos, 4/5 en triples), el partido se acabó. Eso sucedió en el tramo final del segundo periodo y, sobre todo, desde el comienzo del tercero, en el que Luke Fischer empezó a consagrarse con su mejor actuación como amarillo (16 puntos, 3 rebotes). Tanto el sueco como el estadounidense se colaron en la fiesta de Albert Oliver, que esta semana cumplió 20 años en la Liga ACB, por lo que se le homenajeó antes de empezar el encuentro.

Los claretianos necesitaban reencontrarse con una buena versión después de dos derrotas consecutivas, una en Liga frente al Morabanc Andorra (78-76) y otra en Eurocup ante el Tofas Bursa turco (98-94). Pero sobre todo era primordial recuperar su identidad como conjunto agresivo e intenso, cualidades desde las que surge todo lo demás. Y si encima ayer contaba con la inspiración de Eriksson, que no entiende de grises en su nivel, ya todo va sobre ruedas.

La mejora defensiva no fue la única cosa que cambió el Granca, sino también su quinteto inicial. Las novedades fueron dos: Xavi Rabaseda jugó por primera vez en la temporada desde el principio y Anzejs Pasecniks, reconvertido a ala-pívot ante la baja por lesión de Pablo Aguilar, lo hizo desde el banquillo -en favor de Balvin-. Ese primer cuarto fue el peor de los claretianos. De la mano de Sergi Vidal y Simon Birgander, el Joventut logró una ventaja de nueve puntos que jamás pensaría que iba a perder de golpe tras un tiempo muerto solicitado por su propio entrenador, Diego Ocampo, nada más encestar el triple que ponía esa distancia en el marcador.

Un parcial de 9-0 para los amarillos entre los últimos minutos del primer periodo y el comienzo del segundo, propiciado por cinco puntos de Eriksson y cuatro de Fischer, empezó a derrumbar el trabajo del equipo de Badalona, que terminó por destruirse cuando el sueco y Oriol Paulí comenzaron a pasárselo bien. El catalán brindó a su socio dos asistencias en formade 'alley oop' -una sin éxito-, hizo un caño con un bote y hasta se lució con un pase por la espalda. El nórdico simplemente se dedicó a ametrallar para que su equipo se fuera al descanso ya con el resultado a favor (41-37).

Por ese entonces el Granca ya había empezado a defender y correr, lo que terminó por corroborar en el tercer cuarto, donde decantó el partido de su lado de forma definitiva. Los claretianos cogieron vuelo e imprimieron el ritmo que les gusta, de mucha intensidad defensiva y velocidad vertiginosa para anotar rápido.

En ese contexto llegó el momento de Luke Fischer, hasta ahora con un papel secundario en el equipo pero que, por primera vez, fue resolutivo. Seis canastas suyas, casi todas sencillas y debajo del aro, y con la colaboración inestimable de Oliver como asistente de lujo, elevaron la diferencia del Granca a los 17 puntos antes de iniciar el periodo final (73-56).

Especialmente significativas fueron las dos últimas, que además de reflejar la máxima distancia hasta ese momento, también confirmaron la buena conexión entre ambos jugadores y que la decadencia del Joventut le había hecho tirar la toalla.

Los 10 minutos finales fueron un paseo para un Herbalife Gran Canaria desatado, con el partido resuelto y empeñado en volver a acercarse a la centena de puntos. Ese tramo sirvió para que Pasecniks y Shaquielle McKissic sumaran sus primeros puntos en el partido, por lo que todos acabaron anotando. El letón, que no jugó tan bien de 'cuatro' como el martes pasado en Turquía, cogió el testigo de Fischer y logró seis, mientras que el estadounidense sólo encestó una canasta y sigue demostrando ser un jugador bastante irregular.

También sirvió para el espectáculo. Fischer puso un tapón para culminar su actuación y salir ovacionado a casi seis minutos del final. Eriksson también se lució con un mate de espaldas espectacular y Oriol Paulí evidenció que su rol dentro del equipo, por fin, ha cambiado. El Granca llegó a tener una ventaja de 32 puntos, pero aflojó en los minutos finales hasta llegar al 94-69 definitivo.

Los de Casimiro no fallaron en casa, donde han conseguido pleno de victorias, ante un rival inferior, pero sobre todo demostraron, una vez más, que con una buena defensa puede llegar lejos. Ahora les toca corroborarlo el miércoles en Alemania ante el Ratiopharm Ulm.